"Los expertos reconocen que la lectura estimula la actividad cerebral y protege nuestro cerebro.
La Sociedad Española de Neurología ha
concluido tras varios estudios sobre cómo evoluciona el cerebro en las
personas que leen habitualmente que la lectura estimula la actividad cerebral, fortalece las conexiones neuronales y aumenta la reserva cognitiva del cerebro, lo que implica que la lectura protege nuestro cerebro ante enfermedades neurodegenerativas.
La protección llega gracias a que leer es una de las actividades que más activan nuestro cerebro y esto hace además que nuestro cerebro se mantenga joven y se retrase la pérdida de memoria en un 60%.
Por último, la Sociedad Española de Neurología reconoce que la lectura también genera temas de conversación, lo que facilita la interacción y las relaciones sociales. Por ello, una vez más, sabemos que leer ¡solo tiene ventajas!" (http://www.sen.es/saladeprensa/pdf/Link95.pdf)
Sinceramente, estoy confusa! No sé si debo alegrarme o entristecerme de que la Sociedad Española de Neurología haya "concluido tras VARIOS estudios" que la lectura nos beneficia!
Por otra parte tal y como lo describen no puedo dejar de pensar en que están hablando de un tripi, pero eso me alegra decididamente y sin fisuras porque viene a reforzar una teoría que tengo yo desde hace tiempo acerca de la lectura: la lectura es una droga, y de las duras!
Y una resaca al día siguiente de haberlo terminado que ando como si se me hubieran matado al gato.
No todos los libros me trastocan así, pero tengo la suerte de dar con los que sí con relativa frecuencia (y desde aqui agradezco de corazón recomendaciones).
Un libro que te atrape, que te absorbe, que te abre puertas, ventanas y zaguanes a nuevas vidas, a nuevas reflexiones que tu intuiste alguna vez pero nunca acertaste a ponerle las palabras que se enfundan a ellas como un guante.
Personajes de los que te enamoras, aborreces o con los que desearías encontrarte a lo largo de tu vida para tomaros unos buenos vinos y echaros unas risas y que te hiciera una transfusión de todo lo que has admirado en él a lo largo de sus páginas: su inteligencia, su humor, su postura ante la vida...
Paisajes que de tan plásticos se te meten en la retina como si hubieras vivido en ellos, como si fueran escenarios de tu infancia, como si los olieras y notaras su humedad en tus huesos.
Gracias a ellos he conocido desde países lejanos hasta barrios de mi propia ciudad que nunca he pisado, ya sea porque no hemos coincidido en el tiempo o en el espacio.
Culturas que me son ajenas y visiones nuevas y sorprendentes de la mía, sentimientos que reconozco en mi o que me son extraños pero reconocibles en otros.
No podría recordar todos los que me han alimentado el alma y dado cobijo para salir de ellos reforzada y más grande, más lista, más sensible y más compleja, en definitiva, más humilde y más sabia.
Lo poco (o mucho ;-)) que lo pueda ser se lo debo en gran parte a ellos, aunque nunca en tan gran parte como a los que me rodean, of course, al césar... los libros son como los amigos, cuando están bien escogidos te dan lo mejor de ellos, y a cambio los llevas en tí para siempre.
Polvos!? He dicho polvos?? lo veis? es una droga, y de las duras!!
No puedo por menos que dedicar este post a mi último maravilloso tripi recién acabado:
Filomeno a mi pesar (memorias de un señorito descolocado)
Gracias por el viaje, me he reído un montón contigo, Gonzalo Torrente Ballester!
(No hemos sido vecinos por un pequeño desacompasamiento de 70 años, que pena, me hubiera encantado coincidir contigo en la cola del pan del Forno de Xoane, o en la sala de espera del Centro de Salud de Serantes e intercambiar unas palabras y que me regalaras algúna reflexión, otro día será!)