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jueves, 28 de enero de 2016

Bob Dylan, pádel, croissants y mimosas.

Escuchar a Bob Dylan en una tranquila tarde de trabajo.
Jugar un buen partido de pádel en buena compañía inundados por la luz  de un tibio sol de mediodía de un suave invierno barcelonés.
Recorrer el camino a casa entre pinos bañados por la amarilla luz de la cada vez más larga tarde, pasando del azul del mar al verde de la montaña al doblar la carena.
Bañarte una hora con tu hija pequeña mientras te pone suavizante por octava vez y te peina el pelo con sus deditos.
Desayunar fuera en una cafetería a media mañana un croissant de mantequilla caliente con un café calentito con tu compi de coworking.
Acabar el trabajo a tiempo y no tener que hacerlo el fin de semana.
Escoger un libro para una amiga.
Hacer feliz a tus hijas accediendo a que el día de carnaval vengan a comer a casa y les ayudes a disfrazarse y a maquillarse en lugar de apurar a trabajar dos horas más...¿de qué me acordaré de aquí 10 años? ¿de esas dos horas de trabajo o de sus alegres nervios contagiosos mientras las visto y las maquillo?
Ver que ya has cobrado un trabajo en tu cuenta corriente cuando no lo esperabas.
Saber qué vas a regalarle a tu chico cuando aun falta un mes para su cumple.
Acoger entre tus sábanas y reconfortar con todo tu cuerpo a tu pequeña cuando viene de madrugada asustada por una pesadilla.
Leer una página cada una de un libro de aventuras emocionantes y no querer parar.
Acariciar a tu perro y que se ponga a roncar en dos centésimas de segundo.
Dar un buen consejo a una amiga.
Una estupenda clase de yoga visualizando como si fuera real que hueles a mimosas y que sus partículas de sol amarillo entran por tu cuerpo y se esparcen como purpurina de sol dentro de tí, para exhalarlas y recubrir todo cuanto te rodea de la alegría amarilla y el dulce aroma de la flor de mimosa. Y sin necesidad de tripis ;-)


jueves, 7 de enero de 2016

Collares de perlas y ostras de Ferrol

Ayer mi hija mayor no se podía dormir. Imagino que de cansancio, nervios por el viaje de vuelta a Barcelona y porque al llegar se encontraría a sus primas y la cabalgata y los reyes!!! Tanta emoción junta y dispar es difícil de gestionar, yo lo entiendo.

Así que me tumbé con ella como casi cada noche (alterna, una en cada cama, que si no hay furiosas disputas, hay que compartir a mamá!) y me metí acurrucada entre sus sábanas y su tebio cuerpo. La pequeña se duerme en un santiamén, pero a la mayor le cuesta, se resigna pero le cuesta. La cabeza le puede.

Las dos en cucharita nos quedamos un rato, mientras le acariciaba el pelo, pero el sueño no llegaba.

Así que le propuse jugar al juego de los ratos bonitos. Cada una tenía que recordar uno tu uno yo un momento bonito de los pasados estos últimos días en Ferrol, un rato que nos hubiera hecho felices y que al recordarlo y revivirlo volviera una sonrisa de esas que van por libre, que tienen vida propia, que aparecen sin pedir permiso, las verdaderas, las que iluminan.

Fuimos desgranando así cada ratito de felicidad, y pasamos un rato delicioso, más el sueño seguía sin venir, y me pidió un cuento. La mayoría de mis cuentos son inventados, sobre la marcha, según lo que haya pasado aquel día.

Me salió un cuento que me gustó tanto que quiero contarlo aquí...

"Había una vez una sirena muy presumida muy presumida, que siempre quería ser la más bonita de todas. Le encantaban los collares de perlas, porque la hacían muy bella, en su cuello tan largo y moreno. Así que andaba hurgando por las ostras, abriéndolas y molestándolas para ver si guardaban dentro una preciada perla nacarada. Cuando tenía las suficientes se hacía un precioso collar, pero nunca tenía suficientes, nunca se veía lo suficientemente guapa. 
Un día, las ostras, hartas y enfadadas del mal trato de la sirena presumida, se fueron a quejar a la Sirena Sabia. Y al poco, la Sirena Bella, que era como se llamaba, fue llamada para acudir junto a la Sirena Sabia.

- ¿Es cierto que les robas a las ostras sus perlas molestándolas?
- Errr...si, ellas no las quieren para nada! Las esconden a la vista de todos! Y son tan feas pobres!!
- ¿Y para qué las quieres?
- Para estar más bonita
- ¿Y estás realmente más bonita?
- mmmm... la verdad es que no mucho
 - vaya, ¿es que no conoces el secreto de la belleza verdadera?- A la Sirena Bella le chispearon los ojos ansiosa por conocer el secreto
- No....¿hay tal secreto? 
- Por supuesto!! como crees que podría ser yo tan bonita con tantos años y tantas arrugas que tengo!!- y era cierto, la Sirena Bella a menudo se lo había preguntado con cierta envidia
- y...¿yo podría conocerlo?
- Claro, por eso te he llamado. 

Verás, empezó a contar la Sirena Sabia, la verdadera belleza es la que irradía de nosotras cuando somos felices. Pero no siempre somos felices, la felicidad sólo dura a ratitos, pero son ratitos que podemos hacer durar y lamer como a un caramelo. 

Las ostras hacen perlas porque les ha entrado dentro de su concha un grano de arena, una piedrita, cualquier cosa que a la ostra le es incómoda y va creando una capa de nacar alrededor de ella para que le sea menos molesta, cada vez más grande, cada vez más perfecta y redonda, hasta llegar a esas perlas que tanto te gustan. 

Si con esos pequeños ratitos de felicidad haces lo mismo, los vas lamiendo con ternura, suave, despacito, te irá saliendo una sonrisa cada vez que lo hagas, será una sonrisa que te iluminará el rostro, los ojos cambiarán de color y si el ratito ha sido de felicidad verdadera nunca se gastará, al revés, como las perlas, cada vez será mayor tu sonrisa al recordarlo. 

Y así, hilvanando ratitos de felicidad nacarada en forma de sonrisa, que es el más bello de los adornos, te harás bella y radiante, y sin necesidad de robarle nada a nadie, solo estando dispuesta a ser feliz con todos.

Y ahora...a dormir soñando con esos ratitos de felicidad, esas perlas de ostras ferrolanas que su gente, su mar, su pan, su tortilla de patatas y hasta su lluvia repiqueteando en las tejas nos ha dejado. Bona nit....
  

jueves, 11 de diciembre de 2014

De apegos buenos y malos

Ultimamente llevo escuchando que algo que yo tomaba por bueno, el apego, resulta que es malo, según las postulaciones de crecimiento personal del "aquí y ahora" y compañía.

De hecho... ¿Qué es el apego?

Según la wikipedia:

"El apego, concepto que debemos a la etología, se define como una vinculación afectiva intensa, duradera, de carácter singular, que se desarrolla y consolida entre dos personas, por medio de su interacción recíproca, y cuyo objetivo más inmediato es la búsqueda y mantenimiento de proximidad en momentos de amenaza ya que esto proporciona seguridad, consuelo y protección (...).
Desde el punto de vista emocional, el apego surge cuando se está seguro de que la otra persona estará ahí incondicionalmente, lo que facilita que aparezcan la empatía, la comunicación emocional y hasta el amor entre estas personas"

Yo ampliaría que también le podemos tener apego a cosas y a situaciones. Puede darnos seguridad hacer siempre el mismo recorrido al trabajo, nuestro rincón de lectura o la rutina matutina, incluso a cosas como tu coche, o tu peluche de cuando eras pequeña.

Parece que todos coinciden en que el apego en edades muy tempranas, desde recién nacidos hasta los tres, cuatro años, es bueno y necesario. Es una estrategia de la manada en la que se protege a la cría, que crece en un entorno seguro y en el que desarrolla el sentimiento de cohesión que en determinadas especies les ha funcionado evolutivamente  para hacer frente a agresiones externas. Los mamíferos en general, vaya.

Pero en personas a partir de cierta edad es (dicen) absolutamente nocivo, al contrario de lo que se nos ha venido vendiendo en forma de "...y comieron perdices" y de fomento de modelos  familiares "indestructibles" de largo plazo, desde la religión, la economía y la política.

Eso en occidente, claro. En oriente, que llevan mucho más tiempo que nosotros pensando en estos menesteres, parece que no están por la labor de la permanencia per se.

Aquí la búsqueda de la estabilidad emocional, continuidad, seguridad, protección, predictibilidad ... Etc es el camino marcado y el que seguimos convencidos de sus bondades, anhelando su consecución y envidiando a quien (aparentemente) lo ha conseguido.

Para luego llevarnos las manos a la cabeza cuando rompe una pareja amiga que nunca lo hubieras dicho, una hija adulto se autoexilia voluntariamente a 10.000 km mar mediante de unos padres aparentemente perfectos.... qué frágiles son las relaciones, qué rápido giran las tornas, qué radicalmente puede cambiarnos la vida en unos segundos, cuando alguien tira de la manta y deja la estructura podrida al descubierto, y vemos que lo único que en realidad nos hacía seguir era el apego al otro, la costumbre, la falsa creencia de la necesidad.

Y aún así, aún viéndolo a nuestro alrededor, seguimos generando todo tipo de mecanismos tácitos para evitar, minimizar y esconder bajo la alfombra de la rutina cualquier atisbo de cambio, porque los cambios no nos gustan. Nos hacen pensar. Nos duelen horrores. Ponen las cosas patas arriba y tenemos que repensarlo todo. Y no sabemos hacerlo, no nos han enseñado. Nos gusta creer que todo es para siempre.

Cuando en realidad, sólo hay una cosa permanente en la vida: el cambio.

Deberíamos acostumbrarnos a autoevaluar de manera fluída y contínua los motivos que nos empujan a hacer lo que hacemos.

¿Hoy, prefiero vivir con esta persona a mi lado en lugar de sola o otra?
¿Me gusta el trabajo que hago, y si es que sí, es por que me aporta o por que me es fácil?
De las personas a las que les dedico mi tiempo y energía, ¿hay alguna que en realidad me hastíe, y que siga viendo por momentos juntos que hayamos pasados o una antigua amistad? ¿Todas me aportan?

El apego hace que en nombre de glorias pasadas o rutinas actuales aparentemente confortables vendamos nuestro futuro y nuestra alma al diablo, que es el miedo. Miedo al cambio, a la evaluación, al diagnóstico y a la decisión. Miedo a quedarnos solos con nosotros mismos. Miedo a la libertad, que requiere ingentes cantidades de energía y valentía.

Los motivos para llegar a estos asuntos profundos de reflexión nunca vienen solos, siempre aparecen a la vez. O mejor dicho, siempre están ahí pero una los ve a la vez cuando está preparada para verlos, volvemos al maestro que aparece cuando el discípulo está listo, y esta vez el maestro ha sido una circunstancia personal próxima a mi, una conversación entre coworkers y un libro en la misma semana.

Las dos primeras daban vueltas al apego entre adultos como pareja.

Y el tercero, entre madres e hijos ya crecidos, y no es uno, sino en vários libros de la misma escritora (Rosemund Pilcher) porque es un tema recurrente en ella.

Quizás es por su propia madurez personal, o quizás es cultural por la metálica forma de ser británica, al fin y al cabo el desapego familiar es un rasgo muy anglosajón, y me atreviría a decir protestante. O al revés, el apego es un rasgo muy católico.

A través de sus novelas insiste en la necesidad de dar aire a los hijos cuando éstos llegan a la edad madura (18 años). En animarlos a irse fuera del nido, en no inmiscuirse en sus asuntos salvo en caso de ser requerida por ellos. En respetar su vida y sus decisiones como a cualquier otro adulto. Y lo dice desde la sabiduria de quien desea evitar hijos inmaduros, infantiles y apegados. Y con la fortaleza de quien sabe que el mejor antídoto a las relaciones familiares enfermizas y castradoras es dar distancia asumiendo que quizás ésta sea para siempre.

Miro a mi entorno y me llevo las manos a la cabeza.

Prácticamente todas mis amigas y desde luego me incluyo tenemos relaciones malsanas con sus padres (especialmente madres). Seguimos articulando planes en función de la familia sin que probablemente sea lo que en realidad deseamos. Seguimos con roles totalmente absurdos que sólo representamos en el hogar familiar, que ni nos corresponden ni nos definen, y que nos sacudimos de encima como si fuera un jersey de lana hecho por la abuela de los que pica rápidamente, ahora que no nos ven, al decir el último adiós.

Y volvemos a nosotros mismos sintíendonos avergonzados de nuestra cobardía de seguir aceptando jugar con las cartas de una baraja marcada que no hemos repartido nosotros, y nos vamos con un regusto amargo en la boca y el cuerpo acartonado.

Esa, creo, es la peor forma de apego, porque te inhabilita para la vida adulta y te obliga a repetir el mismo patrón por referencias con tu pareja y con tus hijos, repitiendo los mismos errores, que al final es uno. Estar tan lejos de ti mismo. Confiar tan poco en tus posibilidades sin ataduras. En no saber andar solo por la cuerda floja. Tu gente ha de ser tu red, para al caerte saberte amado. Pero tenemos que caminar solos, sin apoyos que nos vicien y nos hagan olvidar que podemos hacerlo solos.

Joder. Me ha salido un post de autoayuda. Horror! ;-)

Que me (auto)ayude al menos a integrar en mi mente, alma, o dónde se anclen estas verdades que sólo el cambio es permanente, que hay que saber en todo momento lo que preferimos, y que hay que educar para ello, sin caer en la fácil tentación de repetir patrones de apego del malo.

No, si esto va a ser como el colesterol! Hay apego del bueno y del malo ¿de cuál tienes tu?

domingo, 28 de septiembre de 2014

Sedimentada crónica de mi(s) maravillosa(s) boda(s) veraniegas


Primero fue Ferrol....

Fue un inolvidable paseo en barco por la Ría de Ferrol, y si, fui esa, fui la novia radiante que no para de sonreír encantada de la vida, de su ahora marido, de sus amigos, de su família, del paisaje verde azul, de la mejor tarde de verano que el caprichoso tiempo gallego podía regalarnos, del albariño fresquito cortesía de David y su bodega, de la increíblemente inmensa luna llena roja de julio que inundó de luz la ría y de destellos la mar calma, de la voz y la guitarra de Roger, de la armónica de Jose, del cariño de Carmen al hacer posible (y un éxito) nuestra penúltima idea peregrina de celebrar la boda a bordo del Rías Altas I!

Y de navegar por la ría de tu vida con la gente que te ha acogido en tierra extraña y han sido tu familia por diez años, y los que han de llegar, a la que quieres y te quieren, y a la que tantas gracias tienes que dar...

A Bea por su amor incondicional y correspondido tal cual, por los incontables momentos pasados, por los muchos buenos pero sobretodo por los malos, por ayudarnos mútuamente a pasarlos mejor y que nos han unido con superglue para siempre jamás!

A la otra Bea por su coraje y por su alegría de vivir y por ser tantas veces mi inspiración y ejemplo a seguir cuando me veo superada y no sé priorizar lo que vale de verdad de lo que no. Y a todo su clan por acogernos con simpatía y cariño sincero.

A Rocío por ser mi alma gemela, por conocerme tanto y aún así quererme, por entenderme con mirarnos y por ser bruixa curuixa y sorprenderme continuamente con su sagacidad!

A Pilu por su energía infatigable y amistad leal, por ser noble y tener los pies anclados, la cabeza amueblada, un punto de locura y la risa fácil.

A Antía por su inteligencia eléctrica y brillante, por su sentido del humor, por su cultura, porque nunca nos cansaríamos de hablar ni de hacerlo en el mismo idioma. Y mil gracias por esas palabras exactas, llenas de poesía y de razón, que nos regaló en el templo civil en el que nos dimos el "si, quiero". Templo que otra alineación cósmica, como el radiante sol que tiñó la tarde de rojo y esa luna de belleza blanca casi insoportable, se llamaba Centro Torrente Ballester, con lo que adoro yo a este hombre!

A Jose por ser un amigo de los de verdad, por sus pocas pero acertadas palabras, por su autenticidad, y por dejar a su paso la atmosfera calma del hombre tranquilo. Y por su armónica!

A David por su Albariño y su sonrisa, y por ser ese hilo transparente que une mundos tan lejanos en todo, como son Lleida y Galicia.

A Carlos por incorporar a Dani en las interminables tertulias lata de Estrella de Galicia en mano que se libraban en la báscula del puerto y hacer que se sintiera parte de algo cuando no formábamos parte de nada...

Y a todos ellos, a los que me dejo en el tintero, por acogernos y convertir nuestra estancia en Galicia en una de las más felices etapas de nuestras vidas, sin ellos, nunca lo habría sido!

Y luego Barcelona...

La transformación de lo que era un recuerdo lejano de jardín y charca con posibles pero decrépito a un auténtico jardín aterrazado con una espectacularmente azul piscina, sofisticado y sensual donde la merendola inicial pensada paso al cóctel con clase, relajado pero elegante gracias al voluntarioso esfuerzo de Dani y su padre Pere y las acertadas elecciones de cátering y grupo de música.

Conseguir por fin esa fiesta tantas veces anhelada pero aplazada 10 años al darla por imposible, capaz de juntar a 140 personas, darles de comer, de beber y de bailar, y sobretodo darles felicidad, sin necesidad de montar mesas juntando primos y alternando géneros, ni de vestirse de blanco con cola y velo, sin sesiones de fotos, sin servilletas haciendo el estúpido molino a la entrada de los novios, sin vals cutre malbailado, sin tarta de novios con monigotes arriba, sin centros de mesa, sin mesas a penas! Sin ramo que tirar a nadie, sin "que se besen", sin "Vivan los novios!"....

Con una calurosa noche perfumada de verano, con un atardecer que a medida que la luz del sol apagaba las obviedades del fabuloso jardín modernista, las tintineantes luces de las velas y los focos desvelaban rincones especiales, reflejos azules, verdes palmeras...con unos amigos y familiares, queridos todos, que ya viniendo dispuestos a darlo todo se dejaron contagiar por la magia de la noche, seducir por la sensualidad de la música, asumir mansamente el calor y darse a él, palpitar con la efervescencia alegre de las rumbas mediterráneas de Blas, Tomy y el resto de la banda, que entre palmeras y en un escenario de ensueño con gallineros al fondo nos hicieron bailar, sudar y vibrar de alegría a ritmo de Los Rodríguez arrumbados, entre la barra y la piscina, de tentación a tentación! Hasta que vino la policía claro....

Con todo el mundo guapo, vestido de manera dispar pero guapos todos a su manera, Dani estupendo con su buena planta y su traje a medida y yo sintiéndome tan guapa y radiante que iba tan como flotando que ni notaba los tacones, será que volaba de verdad??

Con la calidad insuperable de los manjares servidos, bocadito de esto y de aquello, con el cava fresquito o la cerveza helada (que hubo que reponer de urgencia por superar toda previsión gracias a Javi)!

Con las charlas distendidas y alegres al borde de la piscina de Iñaki, Miguel, Víctor, Alberto y compañías...con los pies en el agua de Fátima y Jaume, con las risas contagiosas de Isa, con la inestimable e imprescindible ayuda de Aitana para conectar gente, con los bailoteos insaciables de Natalia trayendo viejos tiempos de los noventa a la noche, con la alegría de los Galino, con los bailes de la Tía Carmen de 80 años que no bailaba fuera de las clases de aquagym desde hacía más de 20!

Con la felicidad en forma de chiribitas en los ojos de Elena e Isma, de Gemma, de Ananda, con el regalo en forma de palabras que Alberto nos dio diciendo que era la noche con más felicidad por metro cuadrado que había vivido nunca (algo así, era muy largo, casi tanto como las copas de vino que se tomó ;-))

Con el cariño de tu família, que está contenta por ti y tu por ellos, y ellos por ti, y así vuelta a empezar en un bucle de felicidad!

Con la risueña comprobación por enésima vez de que tus amigos son unos gamberros, unos borrachos y unos personajes de cuidado, ya por separado, ni te cuento juntos!

Con la emoción de vernos juntos de nuevo los de la carrera, bailando canciones de hace 20 años en el Akanahi de Lleida, sudados como pollos y abrazándonos saltándo al ritmo de Legalización! Sergio que no se había visto con David, ni Azu con Belén, ni Vero con nadie que es madre primeriza vuelta al mundo tras su destierro auto infringido.... Y todos felices de vernos de nuevo, en una réplica de lo que fueron probablemente las mejores noches de fiesta de nuestras vidas.

Con las satisfacción que te obliga a sonreír hasta reventar comisuras de ver cómo dos amigos que no se conocían entre ellos pero tú sabías que tenían que cruzarse sus vidas, se están tomando un gin tónic y bailando abrazados como viejos amigos brindando a nuestra salud: Llum y Belén, David y Joachim, Javi y Bea, va por vosotros!

Con los pies ya enfundados en mis crocs, el goteo de despedidas terminado, las piernas sobre la mesa a lo Bush/Aznar, sólo el puñado de amigos que han venido de lejos y que a penas os veis y el rímmel medio corrido por las lágrimas de tanto reír ante la enésima vez que Paco de Azu nos amonesta con la insistencia con la que sólo los borrachos (y los niños de 3 años) pueden.... que tenemos ya 40 años, que estamos ya en el ecuador de nuestras vidas y no nos hemos enterado todavía de qué va esto, de lo que cuenta y lo que no. Que ya no nos cogen en los trabajos, que ya no nos quiere nadie para ligar si vamos de copas, y que da igual porque tenemos una mujer y unos hijos que nos quieren y que queremos, que la vida es eso, y que lo otro, a tomar por el culo!

Y tiene razón, cuánta razón! Y yo, que he llegado a esta conclusión con tres años de antelación (siempre fui algo precoz ;-)), lo sé. Lo sé y lo practico! (O lo intento)

Ya mandé a tomar por culo mi carrera profesional entendida como tal (o al menos como la entendía yo) y comprendí que proyectos cada vez mayores no equivalían a cada vez más felicidad (ni siquiera satisfacción profesional). Ya mandé al carallo al sistema y ya no pago autónomos y ya soy una outsider que no aparezco en ninguna lista, ni de hacienda, ni del INS, ni del INEM!

Ya decidí destinar lo mejor de mí a mis hijas, y a lo que me vaya dando sin excesivo desgaste, no malgastar un gramo más de energía que me es tan necesaria para ellas en chorradas de curro que no es más que eso, aún siendo tu propio jefa y lo que quieras, es curro y no compensa...nunca compensa!

Y ya, ya le he dicho al mundo, por todo lo alto y en dos meridianos distintos que sí, que me caso, que quiero a mi marido, que a parte de ser el padre de mis hijas, mi compañero de aventuras y fatigas, mi cotitular de varias hipotecas, mi socio en unas cuantas empresas, pasadas, presentes y futuras, mi complemento, mi "seny" siendo yo su "rauxa", es tan parte de mi, me hace tan mejor persona, me ha enseñado y lo sigue haciendo tanto día a día y nos queremos tanto, que simplemente no concibo mi vida sin él a mi lado.

QUE SÍ, QUE QUIERO! Y que si hace falta nos casamos otra vez!

miércoles, 20 de agosto de 2014

De suspiros y genes...

Suspiros de cansancio, suspiros de desesperación, suspiros de frustración por no saber hacerlo todo mejor, suspiros de alivio, suspiros de ternura, suspiros de amor... Todos ellos, todos, sin excepción, suspiros de amor!

6 años han pasado desde aquel 19 de agosto, tras tres días con sus tres largas noches, cortadas a intervalos de quince minutos por contracciones que me hacían incorporar de dolor, cronometrando nerviosa los minutos que habían transcurrido desde la última.

6 años de ver esa cara de ángel preciosa y perfecta que, con lágrimas en los ojos, rodando mejilla abajo y salando mis labios, miraba yo atónita sin alcanzar a entender el milagro, ese que ocurre cada día en casa de otros y es natural, pero que cuando ocurre en la propia es pura magia...

De bebé pasó a niña chica, y ahora ya a niña.
Todavía es pequeña, lo sé...pero el tiempo va pasando, y lo que va pasando no ha de volver.
Vendrán cosas buenas, y malas también! Habrán más suspiros, muchos más suspiros!

Pero tengo la sensación casi palpable, casi mordible, de fin de etapa. Y a mi los fines de etapa, cuando los reconozco, siempre me ponen triste, pero un triste sereno y feliz. Necesito hacer un pequeño duelo por ellos, aunque esté ansiosa de entrar en la siguiente. Es como si acabarán las colonias de verano y cantáramos "És l'hora dels adéus". Es superior a mi, así de cursi soy!

Y aquí me tenéis, la noche antes a su sexto aniversario, un buen rato después de acostarla, de haberle explicado de cuento el día en que nació, como cada vigilia de su aniversario...

La miro dormida y me viene como a borbotones la emoción, se me inunda el amor, me sale rodando con las lágrimas que otra vez me mojan la cara y me salan los labios. Claro que no se escapa, el amor, vuelve a mi porqué me bebo mis propias lágrimas, cómo no lo iba a hacer, con lo saladitas que están!

Y no se escapa, si algo he aprendido con mis hijas es que das lo que recibes. Das respeto y te devuelven respeto. Chillas y gritan. Risas por risas. Besos por besos. Amor por amor.

Nada escapa, todo vuelve. Y es el puro ejercicio de la responsabilidad por eso. Porque lo que des, te volverá. Y multiplicado. Te volverá a ti una parte, pero esa es la menos importante, aunque sea la más visible ahora. La otra las acompañará toda su vida, para bien o para mal. A ella y a los que la rodeen, a sus amigos y a su familia cuando la tenga, a los hijos de tus hijos. Por suerte todos hacemos camino al andar, y hacemos cosechas propias, no todo va a ser culpa de los padres! Pero mucha parte de responsabilidad desde luego si tenemos!

Por eso es crucial proyectar en ellas lo mejor que pueda escarbar de mi propio baúl. Del nuestro! Porque igual que nuestras células se juntaron para complementar cromosomas nuestras enseñanzas deben dar lo mejor de cada uno. Darles amor, curiosidad, respeto, belleza, saber, generosidad, ética, esfuerzo, orden, límites, confianza, autonomía....
Yo quizás pueda hacerlo mejor en algunas, pero mejor recibirán de su padre muchas otras cualidades que yo carezco o de las que no me enorgullezco especialmente!

Supongo que de algún modo eso es lo que ves en la pareja que escoges como padre/madre de tu prole. Alguien cuyas virtudes admiras porque careces de ellas o las reconoces mayores en el otro. Dicen que la admiración produce enamoramiento. Y yo lo comparto.

Te enamoras de alguien por sus virtudes, quieres convivir con él por ellas, porque te hacen sentir feliz y a gusto y un buen día te ves pensando que es genial que tus hijos no sólo puede que las hereden sino que probablemente las aprehenderán por imitación, como referente.

A veces creo que soy muy obtusa con las cosas más básicas e instintivas. Hay gente que nace con una sabiduría práctica de supervivencia milenaria y yo estoy en la parra y descubro sopas de ajo por doquier!

Yo sólo pido que aunque vaya creciendo y ya no me reclame como lo pudiera hacer cuando tenía 3años, aunque prefiera irse con sus amigas a jugar, aunque ya no se guíe sólo por mi mirada, oaunque sus horizontes se vayan ampliando...sólo deseo que sepa que siempre puede contar conmigo, que la amo con locura, que soy su fan incondicional y que siempre estaré ahí, dónde me necesite. Que lo sepa, lo sienta y lo utilice. Que me quiera un gramo de lo que yo la quiero a ella.

Que consigamos mostrarle nuestros mejores yoes para que pueda aunar virtudes que hagan de ella una persona feliz y equilibrada con capacidad para hacer felices a los suyos. Que haya amor, vaya,

miércoles, 14 de mayo de 2014

Dónde están mis amigos

El título no es una pregunta, como la de Extremoduro, es una afirmación retórica, y le falta la segunda parte, pero como me mola la canción le hago este pequeño homenaje.

La segunda parte de la frase no es en Carabanchel, ni toda la retahíla de cárceles españolas, sino yo. Están dónde esté yo, o mejor todavía, al revés. Estoy donde estén ellos.

Los amigos se llevan a cuestas, y en lugar de pesarte te hacen más liviano el camino. Por varios motivos resulta que tengo amigos dispersos por ahí, lejos geográficamente, pero cerca, muy cerca, en cariño.

Los amigos son capaces de hacerte una ciudad áspera amable, porqué es dónde ellos viven y dónde quizás hasta habéis compartido momentos deliciosos, o simplemente puede que hayáis compartido aburrimiento, que siempre se sobrelleva mejor acompañado. Pero esas calles ya no te son ajenas, vacías. Esa ciudad, ese barrio, ya te atrapa, ya es tuyo, y ya no es tan feo.

Del mismo modo que la amistad tiñe de pocos kilómetros que son muchos, también enmascara escenários de grises a rosas, y vidas que te pueden parecer anodinas a llenas de intensidad, o como mínimo con ciertos intereses interesantes.

De este modo en un pequeño periplo peninsular visitando amigos y familiares, he pasado de mi crítica fácil a flor de piel al modelo de vivienda suburbial de urbanización de anuncio "si me compro un pareado aquí seré feliz" a pensar que ciertamente otra cosa quizás no, pero paz y silencio si te dá, y quizás, al fín y al cabo tampoco sea tan terrible.

He pasado de considerar una ciudad que recordaba con cariño (pero que me va quedando cada vez más lejos) como fea, gris y anodina para luego ir recuperando su pulso vital a cada viejo amigo que veía en carne y hueso, a cada  café, a cada chato de vino, a cada corto de cerveza, hasta irme de ella a los poco días con pena, volviendo a ver sólo lo bueno, con esa habilidad maravillosa tan humana de vista selectiva que nos permite sobrevivir obviando lo malo y resaltando lo bueno.

A parte de tus amigos en sí mismos también tienes sus formas de vida, de las que aprendes o como mínimo te sacuden la consciencia. Tu vida la vives a tu manera y te crees que es universal, que todos vivimos igual. Y cuando te alojas en casa ajenas vives por unas horas su ritmo, su atmósfera, su día a día. Y de pronto entiendes que no, que no es universal.

Que puede que tu vida no sea el producto de una elección a la carta: vida de ejecutivo, vida de ama de casa, vida de ocioso... No la has escogido así tan fácilmente, pero lo cierto es que nadie te ha puesto una pistola en la sien para que estés haciendo lo que haces del modo que lo haces.

Pero entonces... Tus disconformidades con tu vida y en cómo la vives las has de buscar en tí mismo, ay amigo, y eso es lo jodido! Porque eres el único puto (con perdón) responsable de tu estrés, de tu frenesí, de tus angústias y de tu modo de vivir no acorde con tus gustos. No puedes culpar al mundo, ni siquiera a tu jefe.

¿Por que uno sale a navegar día si día también cada tarde? Porqué ha ido tomando una serie de decisiones que así se lo permiten.

¿Por que otra tiene tiempo para hacer pasteles, cup cakes y delicias várias aún trabajando y con hijas? Por lo mismo.

Este viaje me ha reafirmado en dos cosas.

Que los amigos son vitales, y a los que están lejos hay que mimarlos especialmente a distancia para reencontrar el regalo de su cariño cuando los vuelves a ver, mal que tenga que pasar mucho tiempo entre una y otra vez.

Que uno tiene la vida que se merece y que si la quiere mejorar en el aspecto que sea ha de esforzarse mucho para cambiarla, porque nadie dijo que iba a ser fácil!

Ha de ser sabio para detectar lo que le resulta tóxico y eliminarlo de su vida, fuerte para introducir o eliminar hábitos sabiendo lo difícil que es eso, y agradecido para reconocer para dentro y para fuera lo que le alimenta y le hace feliz.

Yo creo que ya voy siendo algo sabía y algo agradecida, me falta más sabiduría para saber cómo atacar mis vicios (que los conozco) y fortaleza para combatir mis malos hábitos (que los reconozco) que viene siendo uno, a saber, meterme en jardín tras jardín profesional por no decir en cuantos más simultáneos mejor! Si al menos me dieran dinero o no me generarán estrés ni interfirieran en mi vida personal que ya ni límite tengo (ni he tenido)!

Pero soy tan estúpida que no sé decir que no a nada por variopinto y extravagante que sea ni a no vivirlo con intensidad devastadora y ni mi cuerpo ni mi cabeza ni mi tiempo pueden con todo.


Con lo tranquila que he visto con mis propios ojos que se puede vivir!!!

QUIERO HACER CUPCAKES Y SALIR A NAVEGAR!!! Y quiero ser rica.




















domingo, 2 de marzo de 2014

El olor de la nieve

Hemos ido a la nieve.

Con varias artimañas que no detallaré hemos conseguido practicar un deporte de ricos siendo pobres!

Como somos pobres pero gozamos de una libertad que para mi la quisiera de no tenerla hemos importado de Francia esta sana costumbre de hacer una Semana Blanca. Así, a la brava!

Aprovechando que las niñas son pequeñas y la ausencia de máquina fichadora de nada, que mis suegros alquilan chalet en el Pirineo francés durante una semana con unos amigos desde tiempos inmemoriales y que sobraba una habitación, para allá nos hemos ido.

Dado lo obscenamente caro que resulta este deporte, contábamos con hacer trineos, raquetas, esqui de fondo, muñecos de nieve etc, todas ellas muy nobles y bellas actividades, pero finalmente nos ha sonreido la fortuna y también
hemos podido iniciar a las niñas (especialmente a la mayor, con 5) en esto del esquí alpino, y disfrutar nosotros también.

Como todo últimamente hacía muuuuucho que no esquiaba. Esquié mucho de niña, de adolescente y algo de joven, menos porque entonces me lo tenía que pagar yo y no andaba boyante que digamos.. como ahora vamos!

Así que la mayor parte de vivencias con el esquí las he tenido de niña. Y al ver a mi hija enfrentándose alborozada con sus primeros telearrastres, sus primeras telesillas y sus primeras bajadas me venían recuerdos en forma de sensaciones a oleadas, tan frescas como la nieve que pisaba, como si no hubieran pasado 30 años!

Y me di cuenta de que los deportes en los que te ves solo ante las circunstáncias, casi siempre gratificantes, pero también a menudo adversas, realmente curten mucho y te refuerzan el carácter.

Recuerdo con el mismo soplo al corazón que entonces cómo habían telearrastres que tiraban tanto que aún con todas tus fuerzas y tus 30 kg no lograbas mantenerte en contacto con el suelo y salias volando luchando por no perder el control. Y lo orgullosa que te sentías cuando conseguías volver a pisar nieve indemne, y contarlo al llegar arriba!

Recuerdo cuando no lo conseguías y te caías del arrastre, rodeada de altos abetos oscuros y silenciosos, con nieve virgen alrededor y sin saber muy bien que hacer, si esperar a que alguien bajara a por tí o lanzarte a la brava en busca de la pista perdida.

Recuerdo tremendas ventiscas con la nieve como agujas perforando la cara, los pies helados y las manos paralizadas del frio, el cuerpo encogido, las manos cubriendo el rostro, meciéndote en el silencio silbante de la ventisca en una silla inoportunamente parada por largos minutos en tan hostiles condiciones.

Recuerdo pistas heladas en los que no había cantos qu
e se clavasen, empinadas como acantilados, minadas de "bumps" y piernas agotadas que ya no respondían orden alguna.

Recuerdo monitores hablandome en francés, sin entenderlos ni jota y asintiendo a la vez con la cabeza, que si que si, cuando era que no que no, no me entero de nada y todos los del cursillo se van a reir de mi.

Todo esto que lo sufrí lo recuerdo en bueno, como recuerdan, los que la hicieron, las batallitas de la mili.




Supongo que lo recuerdo en positivo porque viene reforzado por cientos de flashes que me hacen esbozar un amago de sonrisa involuntariamente.....

Una naranja que sabe a gloria comida al sol de cualquier piedra en la Molina con amigas, ya en 8º yendo solas a esquiar un domingo con la UEC después de unas estupendas bajadas y muchas risas...


 


La adrenalina supurando por los poros en las últimas bajadas a toda castaña cerrando pistas como si fuera el útlimo día de esquí de nuestras vidas tras un día sin parar de esquiar con los chicos del CEC.

Los primeros saltos un poco dignos que te ponían el estómago en la boca, los primeros chuss a velocidades ya peligrosas, el placer de una bajada hecha a la perfección con una nieve perfecta, un sol perfecto y unas piernas perfectamente flexionadas en un
estado de forma perfecto...

Las tremendas óstias que me he ido pegando, o se han pegado a mi alrededor, la pata rota de mi primo, la triple voltereta que dí en un chuss mal calculado, el cabezazo de mi hermana contra el hierro de una silla al bajar y la espectacular bajada acompañándola en la camilla llevada por los camilleros, o mi propia bajada en camilla, que no recuerdo porque perdí el conocimiento de un golpe que nunca llegué a retener porque se me borró casi una hora de memoria de antes del tortazo, commoción cerebral, dijeron (y rotura de gafas), y así me quedé! :-(

El olor del cuerpo después de esquiar, el olor de la nieve, una mezcla de sudor fresco con frío y crema solar, de naranja, con la cara ardiendo, el pelo despeinado con la forma de gorro de lana o de cinta de gafas de ventisca.

El placer de los pies quitándose las botas de esquiar (malditas sean)...

El cansancio infinito en todo el cuerpo, que queda derrengado y dispuesto a un sueño reparador donde sea, en los incómodos asientos del autocar de vuelta, en el coche, o en la cama tras un baño caliente caliente caliente para sacarse de encima el frío pasado.

Así, desgranando recuerdos y reviviendo los primeros pasos en la mirada vibrante de mi hija me doy cuenta de lo mucho que me ha dado el esquí, y quien dice el esquí dice la montaña, o dice cualquier deporte, pero especialmente si son al aire libre, y en plena naturaleza.

Ojalá les gusten tanto como a mi, y les aporten tanto como me han aportado. No sé si les hará mejores personas, pero desde luego más vividas y más felices!


martes, 16 de julio de 2013

La mirada ferroviaria



He escrito tan a menudo en los impases aeroportuarios que me deja mi vida, que es un frenesí, que hoy, desde el traqueteo de un tren de cercanías, mi deuda para con este transporte me obliga a abrir portátil y esbozar estas líneas.

El primer tren que cogí sola fue de Barcelona a Lleida, a principios de octubre de 1.995, 3 meses recién cumplidos los dieciocho. No pudo ser más simbólico, más de la ya enorme carga que llevan de por sí los trenes.

Empezaba una nueva era, ese día. Empezaba la universidad, mi estancia en una ciudad diferente a la que había vivido siempre, mi vida autónoma en lo que a compañía familiar y de amistades de toda la (hasta entonces) mi vida. 

No quise que me viniesen a despedir mis padres porque quería hacer ese trayecto sin ellos, pero en cambio si lo hizo mi primer novio, que de hecho ya hacía un año que no lo era, pero ambos comprendimos la magnitud del momento vital de cada uno y el del común, que era un claro cierre.

El trayecto fue especialmente bello, a pesar de la mirada aguada con la que lo inicié, y aún lo reconozco así después de las innumerables horas que vendrían más tarde, pues la carrera fue larga y los viajes muchos. 



En ese traqueteo, en esas casi tres horas de viaje que duraba entonces sucedió lo que tenía que suceder, una pequeña metamorfosis simbólica de salida del capullo para volverme mariposa (mejo eso que de gusano a capullo, no? ;-)) .

De esto hará 18 años ya.

Algunos otros trenes han tenido sus momentos especiales, pero todos el sabor de la libertad...el viaje a Andalucía con mi amiga Aitana, el eterno Estrella de Galicia, o Shangai, con compartimentos de seis de madera y sus 17 horas de las más disparatadas confesiones entre sus ocupantes, las excursiones con los amigos del instituto, cargados de mochilas, sacos, esterillas y todo el ajuar, el divertidísimo viaje a Madrid siendo muy jovencitas con Isa y Aitana, el de Girona con el que buscábamos infructuosamente sensaciones nuevas en Figueres, el que perdí a París, que aunque parezca el título de una película es de verdad…


Este trayecto en el que estoy ahora es especialmente bonito, y bien podría ser un tren turístico, a un lado el azulísimo mar de una espléndida y calurosa tarde de julio de la Costa del Garraf, y al otro los todavía milagrosamente existentes campos de algarrobos alternados con los de olivos, esa belleza un tanto arisca del campo mediterráneo.


Y el tren, en definitiva, como metáfora…

De un espacio en el que no puedes hacer que las cosas vayan más rápidas, no puedes pisar el acelerador, sólo puedes dejarte llevar…

De la mezcla de humanidades variopintas que poco probablemente te cruzarías en otros lugares…

De la sucesión de paisajes cada vez menos rurales, cada vez más acementados, cada vez más frecuentados, hasta entrar por las tripas negras de la ciudad, por donde nadie se ha preocupado de adecentar, porque las vías del tren siempre han sido y son el patio de atrás.

De la mirada desde ese patio de atrás, que nos da muchas lecciones de las ciudades (y las nuestras, con esa cutrez mediterránea de la que nos es tan difícil desprendernos porque la llevamos en nuestro ADN)…



De que estás sola contigo misma, y que puedes embobarte con el paisaje o con la gente, pero que tarde o temprano te cruzarás la mirada con la que mira por la ventana, con esos ojos reflejados que no son otros que los tuyos, y con ese pequeño alto en el camino que nos da el tren para parar, tomar aliento, echar la vista atrás, ver el recorrido hecho y acordarse del destino al que vamos…

¿Tenemos destino prefijado? ¿O vamos simplemente “haciendo”? ¿Qué le pides a tu tren? ¿Cuál es la estación a la que te diriges? 

La estación de la felicidad es el trayecto, dicen los que saben. 

Y no hay que olvidarlo nunca, aunque tendamos a ello!

Este trayecto va acabando, por mi parte cero quejas de mi tren de cercanías, ni del real ni del metafórico. No sólo no hay queja, ha sido un viaje delicioso y muy agradable, y encima me he dejado el móvil, qué más podía pedir!! Sin este olvido este post muy probablemente no hubiera salido.

Tren, un placer dejarme llevar! Hasta la próxima!!


(*)Apunte: me ha sido tremendamente difícil encontrar una imágen para la cutre-ciudad desde el tren, y creo que a nadie se le escapa que toda entrada a toda ciudad en modo tren es un auténtico desastre del paisajismo urbano, pero como es feo de carallo nadie hace fotos, como nadie hace fotos no aparece en Google Images, luego...no existe? mmm...para la reflexión!

viernes, 7 de junio de 2013

Lo que nos mantiene en pie

Una es, como todo hijo de vecino, una y sus circunstancias.

Y como resulta que ha coincidido mi maternidad con la explosión de la burbuja, mis hijas van creciendo a la vez que los años que nos van diciendo puntualmente que llevamos en crisis declarada. Visto así suena feo, me recuerda a la fecha de nacimiento de mi madre, que va ligada irremisiblemente a la del (casi) día que cayó la bomba de Iroshima, malas fechas.

Pero al final que más da la crisis y que más da la bomba (sobretodo cuando no te cae encima), lo que nos mantiene en pie, y lo que nos hace decir "adelante" son esos golpes de felicidad, a menudo escondidos entre la rutina, entre las telas de nuestro día a día.

Pensando en este post me forcé a recordar momentos en los que soy, era o he sido feliz, y me perdí en un agradable laberinto de sensaciones cuyo denominador común era la felicidad, esa felicidad que dura un segundo, o dos, y que dicen, dicen, es la de verdad (pq más que eso es sospechosa de no serlo).

El resultado inmediato es que me dormí con una sonrisa en los labios.

La felicidad tiene efectos dopamínicos, por eso crea adicción y la buscamos a veces sin éxito para encontrarla luego en los momentos/sitios más inesperados.

  • Debajo de las sábanas con alguna de tus hijos susurrándote al oído un "t'estimo" recién aprendido a decir tras un día agotador.
  •  Cuando una mirada cómplice con alguien que te lleva y llevas dentro te lo dice todo sin palabra mediante y te empiezas a reír sin contención alguna.
  • Cuando de pronto suena en la radio una canción que se sintoniza a la perfección con tu estado de ánimo y parece que te envuelve y te sube a estadios suprahumanos.
  •  Cuando te maravillas ante un párrafo genial que sintetiza sensaciones indescriptibles (para ti) y vuelves los ojos atrás incrédula de leer lo que estás leyendo  y de que haya en el mundo alguien tan inteligente como para ello.
  • Cuando un amigo, un ser querido, un desconocido entra en resonancia contigo hasta el punto de pensar que es imposible (o cosa de brujas) tanta conexión entre dos individuos diferentes.
  • Incluso cuando resuelves un problema o una demostración de matemáticas compleja. 
  • Cuando un paisaje te entra más allá, mucho más allá de la retina y te invade y se queda gravado en tu memoria fotográfica con un pie de imagen que reza: aquí fui feliz, sólo por el mero hecho de estar aquí.




Pero la más duradera, y la que más largo y buen poso deja es cuando de pronto, después de una larga temporada de dispersión aparece el el milagro, y ahí, en medio del pasillo de tu casa, se produce el reagrupamiento familiar interno: cuerpo, alma y mente.

Por fin juntas, por fin una. Por fin los cauces convergen y se hace la paz en tu seno. Es como cuando se encuentran el padre, el hijo y el espíritu santo (no es un chiste, eh?), quizás en el fondo toda la historia de Jesús &Cia sea tout ça pour ça, como dicen los franceses.

Quizás, al fin y al cabo la biblia nos viene a decir eso, que cuando se sientan los tres a cenar la paz (ergo la felicidad? otro debate) está contigo. Sólo hay que cambiar los nombres cuerpo (Jesús), mente (el padre) y alma (el espíritu santo). Y no es ninguna tontería.Con lo necios que somos deberían haberse dejado de tanta parábola, pq los detalles nos pierden y al final no llegamos al quid...resulta que era eso!

La felicidad, en definitiva, creo que viene cuando se producen acoplamientos (jeje).
Acoplamientos de amistad, de amor, intelectuales, de estados de ánimo internos con sensaciones que vienen de fuera, cuando chocan dos electrones y generan energía, dos bits de información y generan un tercero, resultado de ambos.

Y en ese sentido si encima es un acoplamiento a tres bandas, como la reagrupación familiar del pasillo, ya es la repera, y tienes pila para rato.

Yo me siento así. Y el mundo me responde. Y estoy contenta. Parece que la terapia reconstructiva va dando frutos y en breve podréis conectaros a mi propia red eléctrica, generaré luz a doquier! YEAH! :-)

(desde el centro peninsular, desde donde hoy escribo me será más fácil montar el tendido eléctrico, jeje)

QUE SE HAGA LA LUZ, pues

(creo que me ha imbuido la 1ª Comunión de mi sobrina a la que asistiré mañana...me empieza a preocupar ;-))

martes, 30 de abril de 2013

De libros y tripis

Bueno, no me he podido contener, atención a la noticia:

"Los expertos reconocen que la lectura estimula la actividad cerebral y protege nuestro cerebro.



La Sociedad Española de Neurología ha concluido tras varios estudios sobre cómo evoluciona el cerebro en las personas que leen habitualmente que la lectura estimula la actividad cerebral, fortalece las conexiones neuronales y aumenta la reserva cognitiva del cerebro, lo que implica que la lectura protege nuestro cerebro ante enfermedades neurodegenerativas.

La protección llega gracias a que leer es una de las actividades que más activan nuestro cerebro y esto hace además que nuestro cerebro se mantenga joven y se retrase la pérdida de memoria en un 60%.

Por último, la Sociedad Española de Neurología reconoce que la lectura también genera temas de conversación, lo que facilita la interacción y las relaciones sociales. Por ello, una vez más, sabemos que leer ¡solo tiene ventajas!" (http://www.sen.es/saladeprensa/pdf/Link95.pdf)

Sinceramente, estoy confusa! No sé si debo alegrarme o entristecerme de que la Sociedad Española de Neurología haya "concluido tras VARIOS estudios" que la lectura nos beneficia! 


Por otra parte tal y como lo describen no puedo dejar de pensar en que están hablando de un tripi, pero eso me alegra decididamente y sin fisuras porque viene a reforzar una teoría que tengo yo desde hace tiempo acerca de la lectura: la lectura es una droga, y de las duras! 

 
libros y tripisPara mí al menos, y ahora que me estoy reconstruyendo más, que he vuelto a sus mieles con todas sus consecuencias yonkies: adicción, escapismo, viajes mentales, esquizofrenia y bipolaridad (me vuelvo como el/la protagonista, me fundo con él, soy él mientras dura el viaje), sensación de tristeza cuando se acaba y desorientación cuando vuelvo en mi y se abre la fase "dónde era que andaba yo en mi vida real?" e insisto con lo del anuncio de Fairy del post de la vuelta al cole! "Children, garden and dog included"


Y una resaca al día siguiente de haberlo terminado que ando como si se me hubieran matado al gato.

No todos los libros me trastocan así, pero tengo la suerte de dar con los que sí con relativa frecuencia (y desde aqui agradezco de corazón recomendaciones). 

Un libro que te atrape, que te absorbe, que te abre puertas, ventanas y zaguanes a nuevas vidas, a nuevas reflexiones que tu intuiste alguna vez pero nunca acertaste a ponerle las palabras que se enfundan a  ellas como un guante. 

Personajes de los que te enamoras, aborreces o con los que desearías encontrarte a lo largo de tu vida para tomaros unos buenos vinos y echaros unas risas y que te hiciera una transfusión de todo lo que has admirado en él a lo largo de sus páginas: su inteligencia, su humor, su postura ante la vida...

Paisajes que de tan plásticos se te meten en la retina como si hubieras vivido en ellos, como si fueran escenarios de tu infancia, como si los olieras y notaras su humedad en tus huesos.

Gracias a ellos he conocido desde países lejanos hasta barrios de mi propia ciudad que nunca he pisado, ya sea porque no hemos coincidido en el tiempo o en el espacio. 

Culturas que me son ajenas y visiones nuevas y sorprendentes de la mía, sentimientos que reconozco en mi o que me son extraños pero reconocibles en otros.

La palabra, lo que daría por poder alinear las palabras de manera que cual hormiguitas nos llevaran en procesión hasta el tuétano de historias ajenas que se convierten en la nuestra cuando terminamos el viaje, escribir esos libros que crean una vida nueva a cada lectura, nunca iguales, ni siquiera en el mismo lector. 

No podría recordar todos los que me han alimentado el alma y dado cobijo para salir de ellos reforzada y más grande, más lista, más sensible y más compleja, en definitiva, más humilde y más sabia.

Lo poco (o mucho ;-)) que lo pueda ser se lo debo en gran parte a ellos, aunque nunca en tan gran parte como a los que me rodean, of course, al césar... los libros son como los amigos, cuando están bien escogidos te dan lo mejor de ellos, y a cambio los llevas en tí para siempre.

Muchos a pesar de todo lo que han hecho por mi ya ni recuerdo sus títulos, sus autores... pero lo esencial queda, y cuando paseo el dedo o la pupila por sus lomos ordenados en cualquier estantería, en una casa, en una librería, en las fastuosas paradas de Sant Jordi, se me van los ojos y las mentes tras lo que sus títulos  evocan, y cuando veo uno de los que me ha alimentado lo reconozco de inmediato y me vuelve como una oleada las mismas sensaciones que me trajo, o al menos, si no todas, el poso que en mi quedó se revuelve para volver a dejar en el aire la reminiscencia de sus polvos mágicos...

Polvos!? He dicho polvos?? lo veis? es una droga, y de las duras!!

No puedo por menos que dedicar este post a mi último maravilloso tripi recién acabado: 

Filomeno a mi pesar (memorias de un señorito descolocado)
Gracias por el viaje, me he reído un montón contigo, Gonzalo Torrente Ballester!

(No hemos sido vecinos por un pequeño desacompasamiento de 70 años, que pena, me hubiera encantado coincidir contigo en la cola del pan del Forno de Xoane, o en la sala de espera del Centro de Salud de Serantes e intercambiar unas palabras y que me regalaras algúna reflexión, otro día será!)







martes, 2 de abril de 2013

Que bonita es la vuelta al cole!

Hoy es como cualquier otro día después de vacaciones.

Hay días que se parecen tremendamente entre sí.

Y hoy ha sido uno de ellos.

Da igual que pasen los años, que tengas 5, 15 o 40.

Da lo mismo que vuelvas a primaria, secundaria, universidad o al curro, e intuyo que si vuelves al paro todavía es peor... El caso es que vuelves! (voooolveeeeeer...con la frente marchita nananinanana! ;-) (musicado))


Vaya por delante que me siento muy afortunada, que tengo una vida maravillosa, que soy muy feliz y que bla bla bla, cuando quieran los de Fairy les vendo el detergente, que por tener tengo hasta perro y jardín, pero DA IGUAL!





Da igual. Son todos mortíferos. Como los de Harry Potter, que con solo verlos ya te entra el pánico!

Y como todo lo que es pasto del miedo tiene su máximo esplendor el día anterior, cuando anticipas, cuando la sombra alargada acecha y el pavor se mira en los espejos de feria, que lo hacen todo más grande, más deforme, más peor!

Luego suena el despertador y te dices un: ánimo valiente! Tu puedes! Te duchas, te vistes, preparas desayunos intercambias monosílabos con tu marido/cooperante en la ong "Salvémonos de nuestros niños" (en inglés "Save ourselves from our children" no confundir con una q nos medio plagian siempre).

Intentas despertar a dos momias egipcias que te han cambiado por tus hijas durante la noche con alevosía y como no nocturnidad...vamos, que recuperas al milimetro tu rutina.

Pasas el día como vas pudiendo, ayer queda en el jurásico y ese conato de felicidad que lleva todo escape de la realidad del día a día es un ténue recuerdo que ya se ha apelmazado con el resto de recuerdos de las vacaciones de tu vida, cual fotos en una misma caja de galletas (de hojalata, claro).

Ya hoy es hoy, todo va volviendo, los engranajes parece que avancen como entrechocándose, como cuando te lías con las marchas del coche y pones la que no toca (si, que pasa? Mi marido a veces me llama "manoloca")

Y al final ya ha pasado, lo has conseguido! Estás agotada y con ganas de que acabe el día. Así que te tumbas (¿desplomas?), escribes unas líneas y escoges el método escapista doméstico que más te apetezca, yo le tengo especial cariño a dos:

- leer cualquier libro con altas capacidades abductoras (de abducir, no de hacer gimnasia ;-))
- buscar próximos destinos obviando temas de índole económico y lo que pone en el Libro de Familia de no se qué descendientes de corta edad)

Tengo una amiga que es una artista en varios aspectos, pero en ingeniería postvacacional debo rendirle tributo público porque es una fiera! Su especialidad es organizar cualquier sarao EN el trayecto de vuelta (a más tardar al día siguiente (hoy)) de modo que pueda enlazar dos eventos atractivos (salvando distancias) y estos días no sean más que un mero trámite.

Y no sabeis lo que me alegra irme a tomar una(s???) cervezas con ella este viernes! Puede que en algún momento ESA fuera mi rutina, pero desde el retiro monástico al que estoy abonada (espero que temporalmente) el visionado (¿Aparición? ¿Iluminación? Las procesiones del post anterior me han conmocionado) de unas cervezas bien frías, una terracita, y unas risas en buena compañía desde luego me ayudará a pasar la semanita en mucho mejores condiciones!

Te apuntas?? :-)

martes, 5 de marzo de 2013

...y el whatsapp llegó a nuestras vidas!

Cruzamos la calle tecleando compulsivamente y con la cabeza gacha que cualquier día nos atropellan y por tontos ni la ambulancia se hará cargo de nosotros!

Cubrimos la pantalla del móvil de una pátina grasienta al intentar hacerlo a la vez que cocinamos con irregular éxito (ninguna de las dos tareas, claro).

Atendemos a nuestros amados hijos con monosílabos sin quitar ojo a esa pantalla intermitente (grasienta si es después de la cena), tan intermitente como la sempiterna lucecita de alarma de: "estás siendo maaaalaaa maaadreee!!! estás siendo maaalaaaa maaaadreeee!!! parpadeando como una loca en nuestra conciencia (otras veces llamada "culpa" así a secas, sin paños calientes).

Tenemos ubicadas las zonas secas del baño a las que no llegan las mareas (o tsunamis) procedentes de la bañera en modo "baño niños" donde alojar a nuestro preciado cacharro.

Nos (casi)pasamos la parada del metro, total, ya no es divertido mirar a la gente porque todos están en plena competición de a ver quien escribe más rápido con el móvil, cualquier día superamos a los coreanos en esos estúpidos concursos!

que es????

Si! adivinaste!!

Luego...el whatsapp también ha irrumpido en tu vida!!!???

Sinceramente, hay veces que tiraría el móvil por la ventana sólo para librarme de la esclavitud de este nuevo invento del diablo. Sólo que no lo hago porque me costó una pasta y porque luego tendría un síndrome de abstinencia al que no estaría preparada psicologicamente, y hemos quedado que escribía este blog para sanearme mentalmente y no al revés, no? Pues eso, que no lo tiro.

Al que quizás si tiro es al típico interlocutor que en lugar de escucharte y mantener un simulacro de conversación algo digna contigo (al menos que los de alrededor no se enteren de que no lo es) se dedica a mantener una conversación paralela con su amiguito watsapero que evidentemente está siendo infinitamente más divertida que la tuya...Oohhhh q rabia más grande!!

Pero otras veces....Ay otras veces!!! (suspiro de amor)...

Otras veces tiende puentes. Puentes inexistentes hasta la fecha, o muy difíciles de conseguir, puentes antes intuidos, imaginados, pero inexistentes.

  • Una amiga lejana (por tiempo o por distancia) con la que piensas con extraña frecuencia, pero con la que realmente no tienes trato, pq hay tanto que contar q no sabrías qué contar. Como el whatsapp te limita por razones de espacio acabas diciendo una de dos cosas (o combinación de ambas): 
    • Chorradas
    • Cosas esenciales
    • Pero lo más habitual es decir chorradas esenciales. La necesidad agudiza el ingenio, ya sabes! 
  • Crear grupos para una fiesta q se está montando...en el caso de que no se conozcan del todo entre ellos no me negareis el alto contenido morbótico (palabro, no lo busques que no existe, me lo he inventado) q puede tener el tema
  • Y como no, los grupos de mamis del cole. Y aquí quería venir a parar (mami ponis, dedicat a vosaltres!)
El grupo de wsp de las mamis del cole

No se si me creeréis cuando os digo que con mi grupo de mamis del cole con las que compadreo (casi mejor comadreo,no? más apropiado ;-)) con elevada frecuencia vía whastaspp y a través de cuyo canal me he  echado más de una y más de dos risas, luego, a la hora de la verdad, no las reconozco en la puerta del cole (a algunas si, q conste). Ya se que suena raro, pero es que es realmente terrible!!!

De pronto no sé ni entre quién he aireado mis "intimidades" Y claro, me entran unas vergüenzas terribles que por las mañanas soy yo quien se esconde entre las sábanas que no quiero ir al cole!!

Estoy aterrada porque quieren montar una cena, y tengo la sospecha de que soy la única que no sé aunar nombres con caras. Pero es que es más difícil de lo que pensáis, porque hay que hilvanar 4 variables!

cara niño/a-nombre niño/a-cara madre-nombre madre.(*) 

(* a los padres por favor ni me los introduzcáis, estábamos en lo de la cordura eh?)

Lo que no entiendo es porqué no les pasa a las demás!

Y estoy segura de ello porque cuando tímidamente sugerí que en la presunta cena fuéramos con un cartelito a lo "fiesta de solteros" ("los otros" jeje es broma, tengo incluso amigos entre ellos) con nuestro nombre y en la frente la foto de nuestro retoño se rieron mucho y se pensaron que era un chiste!

Pero bueno, yo sigo dándole al wsp con entusiasmo y con la esperanza de que iré atando cabos, y estoy muy contenta de que mi escasa vida social últimamente (los últimos 5 años, y lo q me queda...glups) se vea incrementada por la irrupción (nunca mejor dicho) del wsp. 

Pero insisto en que estoy aterrada con la perspectiva de la cena real...Dios, de qué hablaremos??? Sabré poner las muecas que tocan en cada momento de la conversación con los músculos faciales??

Ya os contaré...creo que hay hasta fecha...glups ("emoticono con la lengua fuera...no hay de esto aquí!!! :-P)

Y a ti?
q tal te va con el wsp? cómo lo llevas? invento del diablo o tabla de salvación?