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miércoles, 21 de agosto de 2013

Mi yo verano

En el mundo llamado occidental (es decir, los que tienen vacaciones) la población en realidad es el doble de la que dicen las estadísticas. Eso, o padecemos todos de trastorno bipolar.

Yo, por ejemplo, llevo ya unas semanas (desde que vino el calor de verdad) instalada en mi yo verano. Pero ahora que (por fin!) me veo despojada de (casi, q soy free lance) toda responsabilidad ando por mi vida de verano como Pedro por su casa.

De repente me parece una aberración haber sido capaz de resistir tantos meses con zapatos cerrados aprisionando el pie! y encima con calcetines!!!! Puag!! deberían estar prohibidos!!!

También me parece inconcedible estar más tiempo en casa que el imprescindible para dormir (sea siesta o por la noche)... ¿qué se le pierde a la gente dentro de una casa? que claustrofobia, por dios! tanta pared!! que corra el aire!!!!



Me parece de un insalubre total andar en moto entre los coches, respirar los tubos de escape de los buses, estar entre repetidores wifi, movil, microondas y todas las gamas de longitudes varias de ondas electromagnéticas. Y la tele? aix, q ruido más estéril! y que apabullo tantas imágenes en tan poco tiempo!
Y la pantalla del portátil me daña la retina! me deslumbra....



Y los cuerpos? no hay como la piel dorada de la gente, que se vean los cuerpos!!
Que la piel no esté escondida, que note el aire, la brisa, el sudor, el tacto de cada cosa que toca!!

Que se cocine en bañador!!





Que se vaya descalzo todo el día!

que los pies te queden negros y que antes de acostarte te los limpies con agua fría de la ducha y salgan churritos y ya puestos aproveches para remojarte por octava vez ese día, y  te acuestes fresquita fresquita!





Y ese es mi yo de verano, y el de invierno me queda tan lejos como lejos me queda el de verano en invierno, y al final no sé cuál es el de verdad, pero como de la verdad ya no me fío en realidad me da igual!

Supongo que en la variedad está el gusto, pero yo por quedarme me quedaría con el sol, con el mar, con los días largos y las noches a la fresca, con las fideuás, el gazpacho y las siestas.

Con que todo el mundo está relajado y contento, con que con unas cervecitas frías se arregla el mundo y con que por mal que esté todo nadie nos podrá nunca quitar el placer de tumbarse al sol balanceándose al son de un mediterráneo en pleno estado de voluptuosidad, en un modesto patín de pedales de playa (intercambiable por una todavía más modesta colchoneta, o directamente por la arena de la orilla) con un pie y una mano sumergida bailando el agua y el resto de la piel secándose a la brisa cálida....Mi yo de invierno ya sabrá apañárselas con lo que le venga, yo me quedo aquí!!


martes, 16 de julio de 2013

La mirada ferroviaria



He escrito tan a menudo en los impases aeroportuarios que me deja mi vida, que es un frenesí, que hoy, desde el traqueteo de un tren de cercanías, mi deuda para con este transporte me obliga a abrir portátil y esbozar estas líneas.

El primer tren que cogí sola fue de Barcelona a Lleida, a principios de octubre de 1.995, 3 meses recién cumplidos los dieciocho. No pudo ser más simbólico, más de la ya enorme carga que llevan de por sí los trenes.

Empezaba una nueva era, ese día. Empezaba la universidad, mi estancia en una ciudad diferente a la que había vivido siempre, mi vida autónoma en lo que a compañía familiar y de amistades de toda la (hasta entonces) mi vida. 

No quise que me viniesen a despedir mis padres porque quería hacer ese trayecto sin ellos, pero en cambio si lo hizo mi primer novio, que de hecho ya hacía un año que no lo era, pero ambos comprendimos la magnitud del momento vital de cada uno y el del común, que era un claro cierre.

El trayecto fue especialmente bello, a pesar de la mirada aguada con la que lo inicié, y aún lo reconozco así después de las innumerables horas que vendrían más tarde, pues la carrera fue larga y los viajes muchos. 



En ese traqueteo, en esas casi tres horas de viaje que duraba entonces sucedió lo que tenía que suceder, una pequeña metamorfosis simbólica de salida del capullo para volverme mariposa (mejo eso que de gusano a capullo, no? ;-)) .

De esto hará 18 años ya.

Algunos otros trenes han tenido sus momentos especiales, pero todos el sabor de la libertad...el viaje a Andalucía con mi amiga Aitana, el eterno Estrella de Galicia, o Shangai, con compartimentos de seis de madera y sus 17 horas de las más disparatadas confesiones entre sus ocupantes, las excursiones con los amigos del instituto, cargados de mochilas, sacos, esterillas y todo el ajuar, el divertidísimo viaje a Madrid siendo muy jovencitas con Isa y Aitana, el de Girona con el que buscábamos infructuosamente sensaciones nuevas en Figueres, el que perdí a París, que aunque parezca el título de una película es de verdad…


Este trayecto en el que estoy ahora es especialmente bonito, y bien podría ser un tren turístico, a un lado el azulísimo mar de una espléndida y calurosa tarde de julio de la Costa del Garraf, y al otro los todavía milagrosamente existentes campos de algarrobos alternados con los de olivos, esa belleza un tanto arisca del campo mediterráneo.


Y el tren, en definitiva, como metáfora…

De un espacio en el que no puedes hacer que las cosas vayan más rápidas, no puedes pisar el acelerador, sólo puedes dejarte llevar…

De la mezcla de humanidades variopintas que poco probablemente te cruzarías en otros lugares…

De la sucesión de paisajes cada vez menos rurales, cada vez más acementados, cada vez más frecuentados, hasta entrar por las tripas negras de la ciudad, por donde nadie se ha preocupado de adecentar, porque las vías del tren siempre han sido y son el patio de atrás.

De la mirada desde ese patio de atrás, que nos da muchas lecciones de las ciudades (y las nuestras, con esa cutrez mediterránea de la que nos es tan difícil desprendernos porque la llevamos en nuestro ADN)…



De que estás sola contigo misma, y que puedes embobarte con el paisaje o con la gente, pero que tarde o temprano te cruzarás la mirada con la que mira por la ventana, con esos ojos reflejados que no son otros que los tuyos, y con ese pequeño alto en el camino que nos da el tren para parar, tomar aliento, echar la vista atrás, ver el recorrido hecho y acordarse del destino al que vamos…

¿Tenemos destino prefijado? ¿O vamos simplemente “haciendo”? ¿Qué le pides a tu tren? ¿Cuál es la estación a la que te diriges? 

La estación de la felicidad es el trayecto, dicen los que saben. 

Y no hay que olvidarlo nunca, aunque tendamos a ello!

Este trayecto va acabando, por mi parte cero quejas de mi tren de cercanías, ni del real ni del metafórico. No sólo no hay queja, ha sido un viaje delicioso y muy agradable, y encima me he dejado el móvil, qué más podía pedir!! Sin este olvido este post muy probablemente no hubiera salido.

Tren, un placer dejarme llevar! Hasta la próxima!!


(*)Apunte: me ha sido tremendamente difícil encontrar una imágen para la cutre-ciudad desde el tren, y creo que a nadie se le escapa que toda entrada a toda ciudad en modo tren es un auténtico desastre del paisajismo urbano, pero como es feo de carallo nadie hace fotos, como nadie hace fotos no aparece en Google Images, luego...no existe? mmm...para la reflexión!

miércoles, 20 de marzo de 2013

Volando voy...

Mientras pruebo suerte alternando entre las dos posibles posturas que me permite mi asiento del avión (a saber: piernas cruzadas en diagonal derecha vs. piernas cruzadas e diagonal izquierda) me pregunto cómo diablos es posible que yo, con mi fastuoso 1,62 de altura me vea en esta tesitura, por dios, altos: cómo sobrevivís!!??

Y ahí entra mi teoría de la elasticidad: no la de los cuerpos, sino la de las mentes humanas.


  • Lo comprobé en mis propias carnes en la maternidad y la relatividad del umbral del dolor / sueño / paciencia / cansancio y / como no, amor.


  • Lo compruebo en las masas humanas nacionales cada vez que escucho las noticias y asisto impasible al fracaso de país en el que vivimos y las tragedias colectivas que sufrimos impasibles también.


  • Pero el caso de los usuarios del avión y aledaños del sector siempre me ha maravillado por su capacidad de amansar pequeños colectivos de gentes en los que igual reconoces al ejecutivo de multinacional con su impecable traje (y sueldo), a la madre agobiada con su bebé, a la abuela que trata de acomodar sus cansados huesos, todos ellos abocados irremisiblemente  al infame trato que nos depara este amado sector desde el mismo momento en que te ves en la obligación de volar.

Y que me dispongo a relatar... 



Fase I: La elección del vuelo

Hay que escoger compañía. Empiezas a cotejar horarios y precios. Si vas de capital a capital eres una afortunada, si no es así vamos mal, y si vas mal de pasta para taxis y coches de alquiler estás vendida!

Intentas casar horarios de vuelos con el del autobús del aeropuerto con el del autobús/tren que te ha de llevar a tu no-capital-con-aeropuerto (cosa rara en España, por otra parte). 

Yo he llegado a pasarme en esta operación lo equivalente al propio viaje, palabra!

Tampoco es rara la desproporción teniendo en cuenta que existen otras desconcertantes proporciones como que el taxi al aeropuerto te cueste más que el vuelo! 

Fase II: La compra del vuelo

Comprueba que has hecho realmente la compra. ¿No has recibido el sms de confirmación?? Malo. Ni el mail de confirmación? No, el mail de reserva no vale, ha de ser el de confirmación! Tienes código? Pero código de vuelo, no de reserva! Vale...dos días antes de volar no te han mandado nada? Uy uy uy!! 

Hasta que no estás sentada en el avión no tendrás la certeza absoluta de que vas a a volar, no hay que fiarse nunca!! Te lo dice una que se ha quedado en tierra más de una y más de dos veces! ;-) y hasta creo que más de tres... :-( snif


Fase III: El día del vuelo
Ha llegado el gran día. Si vuelas a las auroras esa noche asume que no vas a pegar ojo pensando que te dormirás y perderás el avión. Y si eso no te preocupa tranquila, se confabularán tus hijos, el perro del vecino y los ronquidos de tu pareja para evitar que lo hagas. 

Cuanto antes lo asumas mejor. Si vuelas a las 7:45, a las 6:45 hay q estar en el aeropuerto, a las 6:15 salir de casa, a las 5:45 despertarte. No dormirás. Y llegaras a la reunión echa unos zorros. Es así! 

Lo único que te puede consolar es que el aeropuerto un lunes a las 6:45 es un auténtico festival, la primera vez que lo ves no te lo crees, ¿que te creías!? ¿que eras la única desgraciada que se pegaba semejante madrugón!? Pues ya ves q no! Ni siquiera tienes ese pequeño placer! ;-)

Esperas en la cola de facturación rogando a dios que esa "afable" señorita o señorito azafata/o de tierra cuya misión es mandar tu troley a la panza del avión no lo haga. Para evitarlo has conseguido comprimir gracias al sistema de bolsas al vacío que usaba tu madre para enviarte jamón cuando estabas de erasmus toda tu ropa y cumplir con la normativa....a no ser...ah! que vuelas con Ryan Air?? Ni lo intentes, paga, factura la maleta y olvídate, estás tratando con el diablo!

Bien. has hecho todas las trampas! Por suerte eres mujer y te pasas el "sólo un bulto" por el forro de tu troley, el de tu bolso y el de tu bolsa del portátil...algún problema?

Y a la vuelta añades al árbol de navidad en que te has convertido la bolsa llena de merchandising de tus clientes! Es un regalo, no vas a facturarlo!


Felicidades, campeona!! has conseguido colarles 4 BULTOS!! jeje!

Fase IV: el arco y sus adorables guardianes

El arco. Te acercas desafiante mientras te apresuras (aprietan los de atrás y tus bandejas avanzan solas sin contenido) a desnudarte y a segmentar hasta la atomización de partículas tus cosas ( pq llevaré 4 BULTOS? pq no habré facturado!!). Mi flamante portátil nuevo tamaño "extralarge" panorámico me juega especiales malas pasadas porque quise compensar el tamaño "extralarge" de su presupuesto con la no-compra de la funda apropiada. Resultado, que meterlo y sacarlo se convierte en un suplicio, en un parto con forceps!... y ya llego al arco, y aún con estos pelos!!

Bandeja para portátil.
Bandeja para la bolsa, el abrigo y la vida.
Bandeja para el bolso.
Bandeja para la bolsa de merchandising
Bandeja para el cinturón, las monedas y las llaves si eres hombre

Definitivamente no era tan buena idea lo de no facturar....y a rezar para que los zapatos no te piten!

Fase V: esperando...
Escudriñas con hábiles ojos de lince especializados en la geolocalización de enchufes el territorio comanche del aeropuerto, para anidar en algún rincón y restablecer tu vida_propia/burbuja vía correo/whatsapp en ese inmenso frigorífico espiritual en forma de aeropuerto. Qué bien tener que llegar con medio día de antelación a estos espacios tan humanos y acogedores!


Fase VI: el embarque
Antes, el embarque consistía en que la gente se ponía en cola civilizadamente y esperaba con infinita paciencia, puesto que avión y filas va siempre unido:


Fila para facturar
Fila para el arco
Fila para el café
Fila para el baño
Fila pare el embarque
Fila en el finger
Fila para entrar en el avión
Fila para salir del avión...etc

Las filas están mal, son un rollo, pero al menos sabes a qué atenerte y pones el cuerpo y el alma en "modo avión".

Ahora, visto que tenemos esa capacidad innata e infinita de resistir calamidades aeroportuarias han decidido darnos una vuelta de tuerca más, y se han inventado unos maquiavélicos sistemas para hacernos hacer los movimientos más grotescos y desconcertantes hasta lograr su clímax: el ridículo grupal de los pasajeros!

Estando todos ordenaditos y tranquilitos en la cola, al grito de EMBARQUE DE:


  • Familias y niños primero!
  • Los VIPS, Duos, XL e inventos varios cuando gusten (que para eso pagan más!)
  • de la 1 a la 16 los últimos
  • los últimos serán los primeros (no, si ya lo decía la Biblia, vendría en el Nostradamus también?)

Consiguen que todos despertemos de nuestro letargo "colil" (palabro) y nos movamos tímidamente de nuestro sítio, mirándonos los unos a los otros sin saber cúal es nuestra supuesta fila. Eso en el supuesto de que hubieran 4 filas (familias, VIPS, 16 a 31, 1 a 16), pero lo único que hay es un batiburrillo de gente indecisa que se aglutinan alrededor de la puerta de embarque sin orden ni concierto, y poco a poco, cual desagüe, los últimos van pasando mientras los primeros (aun aferrados a sus primeros puestos que de poco les han servido) miran el desfile con mal disimulado fastidio!

El único remedio que les queda es observar cómo los sufridos pasajeros compañeros pasan por la azafata de la siguiente y digna tesitura: 
DNI en los dientes, bolso colgando del codo, bolsa del portátil colgando (y destrozando) el hombro, troley arrastrado por el meñique a punto de descuajeringar su falange, falangina y falangeta, abrigo colgando del bolso y barriendo el (por suerte) impoluto suelo del aeropuerto, y of course, no nos olvidemos del maravilloso mechandising de los c.j...s!

Fase VII: El finger
Merece fase a parte, porque con demasiada frecuencia, cuando ya te creías a salvo de todos los aledaños avioniles y contabas con que sólo te quedaba el combate central en el avión, vas y te das con el finger.

O lo que es peor! la jardinera (autobusito)!

El finger (dedo en inglés), para los que lo ignoren, es un tubo del tamaño del que llevas en tu neceser de pasta de dientes, en el que todos los pasajeros se apelotonan una vez pasado el trámite DNI en los dientes, recomponiéndose como pueden sin dejar de avanzar posiciones respecto sus competidores, que en definitiva es lo que se viene haciendo desde que se llega al aeropuerto.

Esta yo diría que es una de las maniobras nacida en alguna mente perversa de la gestión de pasajeros aeroportuarios más refinada: los vamos embarcando pero...ay amigo! el avión todavía no está listo!! 

está CERRADO!! 

Desde las ventanas ves perfectamente cómo justo empiezan a ponerle el combustible!!! o están limpiando el avión! Así que cada vez hay más gente en el finger, menos espacio y menos recursos vitales (O2)!! 

Digo yo que nos deberían pagar en lugar de cobrar! Se me ocurre...

El finger llega a temperaturas dignas de sauna, y si has cometido el error de ponerte el abrigo para disminuir un accesorio colgante y no barrer el suelo, el nivel de sudoración puede llegar a extremos alarmantes que, junto el ridículo que vienes de hacer cambiándote 8 veces de cola dice poco de tu dignidad. 

Nunca, repito, nunca, pretendas ligar en estos trámites de tu vida. No lo conseguirás.

De la jardinera no puedo hablar mejor. Con especificaros que en el argot de aviación se le llama así porque transporta a todo de capullos de un lado a otro ya os lo he dicho todo! 

Viene a ser exactamente igual que el finger pero en móvil, con el agravante de que alternas las altas temperaturas con las siberianas mientras dejan las puertas abiertas para que vayan entrando los pasajeros en plena madrugada invernal. 


Y bueno, claro, por supuesto se ha desorganizado de nuevo la fila, y los que tan ufanamante habían entrado primero (familias, VIPS y demás) se vuelven a ver en el lodo del montón! 

Fase VIII El avión
El avión. Mido 160, peso digamos que entre 50 y 60 kg (si, así en plan holgado). Gasto una 38. Y no quepo. Con eso creo que lo he dicho todo.

Pero hay más...hay más.

Hay esos compartimentos enanos en los que meter el troley, el bolso, el portátil, el abrigo y el p... merchandising . En los que cualquier atisbo de agrupamiento familiar es un lujo, y acabas haciendo de abeja diseminando partes de tí a lo largo y ancho del avión. 

Yo con eso tengo un truco para que no me pase, pero no os lo digo para que no me copiéis, que se me acabaría el chollo! (pero cuando lo hago tengo q hacerlo rápido y sin que me vean las azatas/os, es la mejor parte, junto con la de "colar 4 bultos (fase I)" por lo que tiene de adrenalínico de infracción de normativa aeroportuaría).

Hay esos compañeros de viaje con los que clavarse los codos mutuamente del modo más amigable en la medida de lo posible...esos mismos que, lamento entrar en temas escatológicos, pero alguien tenía que decirlo, por muy trajados y encorbatados que vayan, sus sistemas digestivos se ven alterados por los cambios de presiones y amenizan el viaje a los de su alrededor regalándonos momentos irrespirables. 
Este efecto (se evidencía en los oídos, como no iba a hacerlo en los intestinos?) es especialmente severo en esos adorables viajes madrugón, en los que se mezcla el café de polvos del avión con la hora all-bram de muchos pasajeros, y las consecuencias pueden ser nefastas. Y ya abandono el tema.

Fase IX La llegada
La llegada al destino es una cosa, y la de verdad es otra. Es otra desproporción digna de mención, en un vuelo BCN_Palma te pasas más rato rodando por las pistas del aeropuerto que volando!

La llegada a puerta viene precedida por todos los ninuninu... (musicado) de móviles encendiéndose apresurosos de volver a sus realidades y los tropemil whatsapp, sms de llamadas perdidas y correos entrantes actuando de banda sonora de la llegada y del efecto push up.

El efecto push up es el tsunami humano que hace que todos, TODOS los pasajeros se pongan de pie en actitud de "me estoy yendo del avión". Es un momento mágico, puesto que lo hacemos todos de golpe y muy rápido, pero luego nos quedamos así, congelados, cuál estatuas de cera en esa postura imposible. 

Es muy democrático, a todos nos pasa por igual independientemente de que estemos en la fila 31 lado ventana y todavía queden lustros para que nos toque a nosotros el ansiado momento de liberarnos del avión o seamos el VIP number 1 lado pasillo. 

Es así, democrático modalidad española! tu te piensas que tienes los mismos derechos y que vas a salir igual que todos, y te levantas igual que todos cual resorte en tus nobles partes, pero te vas a tener que tragar aún mucho rato y muchas calamidades cuando los vips y demás ya hace rato q están fuera. 

Somos todos iguales en expectativas, lástima que a unos se les cumplan y a otros no! Quien se lo iba a decir a tantos, con tres carreras, dos másteres y cuatro idiomas que iban a currar de becario toda la vida!


Fase X Aeropuerto de destino
La llegada al aeropuerto de destino es lo más parecido (especialmente en los vuelos nocturnos) que he presenciado a una estampida de búfalos atravesando las desiertas (e impolutas de tanto abrigo escoba) llanuras del aeropuerto camino de la "salida"!

Y total, para qué correr?

jeje, si tenemos tres opciones! Encontrarnos en:

  • la cinta del equipaje
  • la fila de los taxis/bus
  • la fila de la máquina del párking!
Qué glamour, oye! como me gusta volar!! 

Ya he llegado, os dejo!

Acaba de ocurrir el fenómeno "push up" y ya me empuja mi compañero del lado ventana para que me inserte (solde?) con el mogollón del pasillo y se impacienta porque me ve escribiendo. Me pregunta si voy a salir y le contesto que no, que me voy a quedar a vivir en el avión, que me encanta! pero no tiene sentido del humor, que pena por él! 

Voy a intentar hacer el reagrupamiento familiar de bultos en la medida que los que vienen empujando por detrás me lo permitan, hoy me he olvidado de hacer mi supertruco :-(

Gracias por acompañarme, y recordar que cualquier parecido con mi realidad de este relato es coincidencia, lo mío es purita ficción!

Buen viaje!!! 



(otro día el especial: Viajar sola con bebés, no tiene parangón!!)



martes, 5 de marzo de 2013

...y el whatsapp llegó a nuestras vidas!

Cruzamos la calle tecleando compulsivamente y con la cabeza gacha que cualquier día nos atropellan y por tontos ni la ambulancia se hará cargo de nosotros!

Cubrimos la pantalla del móvil de una pátina grasienta al intentar hacerlo a la vez que cocinamos con irregular éxito (ninguna de las dos tareas, claro).

Atendemos a nuestros amados hijos con monosílabos sin quitar ojo a esa pantalla intermitente (grasienta si es después de la cena), tan intermitente como la sempiterna lucecita de alarma de: "estás siendo maaaalaaa maaadreee!!! estás siendo maaalaaaa maaaadreeee!!! parpadeando como una loca en nuestra conciencia (otras veces llamada "culpa" así a secas, sin paños calientes).

Tenemos ubicadas las zonas secas del baño a las que no llegan las mareas (o tsunamis) procedentes de la bañera en modo "baño niños" donde alojar a nuestro preciado cacharro.

Nos (casi)pasamos la parada del metro, total, ya no es divertido mirar a la gente porque todos están en plena competición de a ver quien escribe más rápido con el móvil, cualquier día superamos a los coreanos en esos estúpidos concursos!

que es????

Si! adivinaste!!

Luego...el whatsapp también ha irrumpido en tu vida!!!???

Sinceramente, hay veces que tiraría el móvil por la ventana sólo para librarme de la esclavitud de este nuevo invento del diablo. Sólo que no lo hago porque me costó una pasta y porque luego tendría un síndrome de abstinencia al que no estaría preparada psicologicamente, y hemos quedado que escribía este blog para sanearme mentalmente y no al revés, no? Pues eso, que no lo tiro.

Al que quizás si tiro es al típico interlocutor que en lugar de escucharte y mantener un simulacro de conversación algo digna contigo (al menos que los de alrededor no se enteren de que no lo es) se dedica a mantener una conversación paralela con su amiguito watsapero que evidentemente está siendo infinitamente más divertida que la tuya...Oohhhh q rabia más grande!!

Pero otras veces....Ay otras veces!!! (suspiro de amor)...

Otras veces tiende puentes. Puentes inexistentes hasta la fecha, o muy difíciles de conseguir, puentes antes intuidos, imaginados, pero inexistentes.

  • Una amiga lejana (por tiempo o por distancia) con la que piensas con extraña frecuencia, pero con la que realmente no tienes trato, pq hay tanto que contar q no sabrías qué contar. Como el whatsapp te limita por razones de espacio acabas diciendo una de dos cosas (o combinación de ambas): 
    • Chorradas
    • Cosas esenciales
    • Pero lo más habitual es decir chorradas esenciales. La necesidad agudiza el ingenio, ya sabes! 
  • Crear grupos para una fiesta q se está montando...en el caso de que no se conozcan del todo entre ellos no me negareis el alto contenido morbótico (palabro, no lo busques que no existe, me lo he inventado) q puede tener el tema
  • Y como no, los grupos de mamis del cole. Y aquí quería venir a parar (mami ponis, dedicat a vosaltres!)
El grupo de wsp de las mamis del cole

No se si me creeréis cuando os digo que con mi grupo de mamis del cole con las que compadreo (casi mejor comadreo,no? más apropiado ;-)) con elevada frecuencia vía whastaspp y a través de cuyo canal me he  echado más de una y más de dos risas, luego, a la hora de la verdad, no las reconozco en la puerta del cole (a algunas si, q conste). Ya se que suena raro, pero es que es realmente terrible!!!

De pronto no sé ni entre quién he aireado mis "intimidades" Y claro, me entran unas vergüenzas terribles que por las mañanas soy yo quien se esconde entre las sábanas que no quiero ir al cole!!

Estoy aterrada porque quieren montar una cena, y tengo la sospecha de que soy la única que no sé aunar nombres con caras. Pero es que es más difícil de lo que pensáis, porque hay que hilvanar 4 variables!

cara niño/a-nombre niño/a-cara madre-nombre madre.(*) 

(* a los padres por favor ni me los introduzcáis, estábamos en lo de la cordura eh?)

Lo que no entiendo es porqué no les pasa a las demás!

Y estoy segura de ello porque cuando tímidamente sugerí que en la presunta cena fuéramos con un cartelito a lo "fiesta de solteros" ("los otros" jeje es broma, tengo incluso amigos entre ellos) con nuestro nombre y en la frente la foto de nuestro retoño se rieron mucho y se pensaron que era un chiste!

Pero bueno, yo sigo dándole al wsp con entusiasmo y con la esperanza de que iré atando cabos, y estoy muy contenta de que mi escasa vida social últimamente (los últimos 5 años, y lo q me queda...glups) se vea incrementada por la irrupción (nunca mejor dicho) del wsp. 

Pero insisto en que estoy aterrada con la perspectiva de la cena real...Dios, de qué hablaremos??? Sabré poner las muecas que tocan en cada momento de la conversación con los músculos faciales??

Ya os contaré...creo que hay hasta fecha...glups ("emoticono con la lengua fuera...no hay de esto aquí!!! :-P)

Y a ti?
q tal te va con el wsp? cómo lo llevas? invento del diablo o tabla de salvación?