lunes, 22 de diciembre de 2014

Poesía en la ciudad

Es una de esas noches frías frías en Barcelona, frías de verdad, de las que cae la humedad de golpe condensada en el asiento de la moto, en el pelo, en el tuétano de tus huesos.

Las calles desiertas, iluminadas, la travesera del Guinardó, la subida al Carmelo, cada vez más helada a medida que gano altura, el viento cortante en el poco trozo de cara que libera el casco, las manos heladas a pesar de los guantes, las piernas apretadas al refugio del escaso carenado.

Y de pronto, huelo a chimenea.

Ese olor inconfundible a leña ardiendo. A pueblo.

¿De dónde vendrá ese rastro que lleva a mi niñez?

Rebaso el monte y veo las luces tintineantes del sur de la ciudad, y cuando se acaban, abruptas, adivino el mar.

Montes, mares, frío, leña al fuego.

A veces, aún es posible la poesía en la ciudad.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Átaque de frivolidad dietética prenavideña

Por aquello de ir avanzando tarea, estas (pre)navidades me ha dado por anticiparme a mis lamentos de kilos de más.

La verdad es que ante mi perplejidad constato que mi propósit prenavideño de llegar como un figurín a tan temidas fechas ha sido un fracaso estrepitoso, como todo fracaso que se precie.

Hace un mes y medio, UN MES Y MEDIO! decidí que iba a perder (en un mes y medio) 2 kg.

Tal que así: me pesé, me preocupé, y me dije, voy a perder 2 kg para antes de las navidades -para poder comen turrón a mis anchas, claro, que es la gran diferencia respecto el mismo propósito pero en distinta época, preveraniego, a saber, lucir tipazo (bueno, vamos a dejarlo en mejor tipo)-.

A día de hoy, peso exactamente lo mismo, o incluso puede que algo más.

Y a no ser que venga una bendita gastroenteritis en una semana (negaré haberlo deseado en caso de ocurrencia), lo tengo crudo crudo como el ápio que me he comido hoy, en un intento desesperado de conseguir en un día lo que no he hecho en un mes.

Constatado el hecho una, que es analítica por naturaleza, me he puesto a pensar los motivos del fracaso, por aquello de que una vez se conoce el problema ya se tiene éste medio resuelto. A mi me gusta esta frase porque me encanta analizar problemas. Pasa que me suelo alargar en esta fase y para la parte ejecutiva ya llego como con medio desánimo, como medio desmotivada, y ahi me suelo empantanar.

El resultado de mis reflexiones acerca del fracaso es que hay tres motivos principales.

El primero tiene que ver con lo de pensar más que hacer, precisamente.

Básicamente, con tomar la decisión ya me dí por satisfecha.
Decidí, pero no hice nada para ejecutar mi decisión. Como cuando esquías, que basta con pensar quiero ir hacia allí ¡y ya vas! (o al menos, así se lo expliqué a mi hija como la técnica del giro en esquí y funcionó. ¡A mi me funciona vaya!).
Pero con lo de perder peso he de constatar que no ha funcionado.
Decidiéndolo no era suficiente.
Hacía falta una estrategia, algún método, no sólo el objetivo.
¡Queriendo ir a NY uno no va a NY!

El segundo motivo es que el nivel de sacrificio al cuál estoy dispuesta a llegar en aras a dos kilos menos sospecho que es muy muy bajo.
No he podido profundizar demasiado en un nivel teórico ni mucho menos en la práctica en mi resistencia a las tentaciones culinarias, entre otras cosas porque aún no se ha dado tal caso. Creo que nunca me he resistido, por aquello que la mejor manera de evitar la tentación es caer en ella, pero sé que soy muy débil, y que cedo ante las presiones con mucha facilidad.

En general es así ya, pero es que con las del estómago me pasa especialmente. No me siento capacitada para negarme a comer fuera si alguien me lo propone, a renunciar al pan, a la pasta, a las cookies, al chocolate, a las pizzas. Por no hablar del vino y la cerveza, que resulta que al alcohol engorda horrores, ¡y eso que pasa como agua! Quien lo diría ¿no?

El tercer y último punto es que a pesar de incrementar visiblemente mi nivel de actividad física yendo dos veces a la semana (¡una fui tres!) al gimnasio, y que hace un par que voy andando a trabajar (35 minutos aproximadamente con desniveles pronunciados ida y otros tantos vuelta aunque por otro camino), está claro que no es suficiente.
Mi amiga Bea me dijo que los 15 minutos de elíptica eran de chiste ¡y eso que yo se lo contaba como una proeza! Es más, para mayor ahondamiento en mi ofensa, dijo que eso servía de calentamiento. CALENTAMIENTO.
¿Pero que harán en mi cuerpo con 45 minutos que me dice ella que tengo que estar? ¿Brasas? ¿Pondrán calçots y butifarras? ¡Por dios, si sudo como un pollo dando vueltas en el ast con 15 minutos!
Lo peor es que con eso, con mis 15 laaaaargos minutos me dice la máquina que quemo... 60 calorías. ¿Sabéis que tiene 60 calorías? No lo quieras saber. Es ridículo. Descorazonador. Frustante.

Así que ahora he decidido que tengo que hacer un plan, y no sólo eso. También cumplirlo.

Mi plan para esta semana es:

CADA (cada, cada... quien dice cada dice casi cada, entiéndeme) mañana hacer una rutina (los que saben lo llaman así) de escaleras. Subirlas de calentamiento, bajarlas y subirlas de nuevo de dos en dos. Bajarlas y subir dos y bajar un peldaño. Bajar. Y luego subir de lado bajar y subir del otro. Parece q esto es lo que más quema y que si me estoy con este sube baja durante media hora quemo 400 calorías, que es bastante más que 60. ¡Llámadme arrojada!

Y CADA (idem que paréntesis anterior) mañana desayunar una tortita integral de arroz con jamón del bueno, que eso lo hace mi amiga Elena y el tema del jamón bueno para desayunar me parece razonable. Y un iogurt con salvado de avena. Pasa que creo que me he equivocado y he comprado copos en lugar de salvado. Y parece que esos engordan. No estoy aún muy puesta en el tema...

No sé que tal me irá el plan de choque, para empezar voy a reducir el objetivo a un kilo, ya que sólo me queda una semana, y a ver si con lo de la presión del efecto último día para el exámen, que es lo que siempre me ha funcionado, me pongo las pilas.

Prometo compartir resultados en una semana, justo antes de la comilona 1.1 (nochebuena) os contaré que tal me ha ido con el ápio.
Luego de los asaltos:
1.2 Navidad
1.3 San Esteban
2.1. Noche de Fin de Año
2.2 Comida de Año Nuevo
3.1 Comida de Reyes

Más las comilonas propias de pasar una semana en Galicia y sus desvaríos gastronómicos, volveré a compartir resultados.

Ya puedo hartarme a apio ya! Total, para luego de propósito de enero, ¡repetir!

La vida es puro bucle. :-)



jueves, 11 de diciembre de 2014

De apegos buenos y malos

Ultimamente llevo escuchando que algo que yo tomaba por bueno, el apego, resulta que es malo, según las postulaciones de crecimiento personal del "aquí y ahora" y compañía.

De hecho... ¿Qué es el apego?

Según la wikipedia:

"El apego, concepto que debemos a la etología, se define como una vinculación afectiva intensa, duradera, de carácter singular, que se desarrolla y consolida entre dos personas, por medio de su interacción recíproca, y cuyo objetivo más inmediato es la búsqueda y mantenimiento de proximidad en momentos de amenaza ya que esto proporciona seguridad, consuelo y protección (...).
Desde el punto de vista emocional, el apego surge cuando se está seguro de que la otra persona estará ahí incondicionalmente, lo que facilita que aparezcan la empatía, la comunicación emocional y hasta el amor entre estas personas"

Yo ampliaría que también le podemos tener apego a cosas y a situaciones. Puede darnos seguridad hacer siempre el mismo recorrido al trabajo, nuestro rincón de lectura o la rutina matutina, incluso a cosas como tu coche, o tu peluche de cuando eras pequeña.

Parece que todos coinciden en que el apego en edades muy tempranas, desde recién nacidos hasta los tres, cuatro años, es bueno y necesario. Es una estrategia de la manada en la que se protege a la cría, que crece en un entorno seguro y en el que desarrolla el sentimiento de cohesión que en determinadas especies les ha funcionado evolutivamente  para hacer frente a agresiones externas. Los mamíferos en general, vaya.

Pero en personas a partir de cierta edad es (dicen) absolutamente nocivo, al contrario de lo que se nos ha venido vendiendo en forma de "...y comieron perdices" y de fomento de modelos  familiares "indestructibles" de largo plazo, desde la religión, la economía y la política.

Eso en occidente, claro. En oriente, que llevan mucho más tiempo que nosotros pensando en estos menesteres, parece que no están por la labor de la permanencia per se.

Aquí la búsqueda de la estabilidad emocional, continuidad, seguridad, protección, predictibilidad ... Etc es el camino marcado y el que seguimos convencidos de sus bondades, anhelando su consecución y envidiando a quien (aparentemente) lo ha conseguido.

Para luego llevarnos las manos a la cabeza cuando rompe una pareja amiga que nunca lo hubieras dicho, una hija adulto se autoexilia voluntariamente a 10.000 km mar mediante de unos padres aparentemente perfectos.... qué frágiles son las relaciones, qué rápido giran las tornas, qué radicalmente puede cambiarnos la vida en unos segundos, cuando alguien tira de la manta y deja la estructura podrida al descubierto, y vemos que lo único que en realidad nos hacía seguir era el apego al otro, la costumbre, la falsa creencia de la necesidad.

Y aún así, aún viéndolo a nuestro alrededor, seguimos generando todo tipo de mecanismos tácitos para evitar, minimizar y esconder bajo la alfombra de la rutina cualquier atisbo de cambio, porque los cambios no nos gustan. Nos hacen pensar. Nos duelen horrores. Ponen las cosas patas arriba y tenemos que repensarlo todo. Y no sabemos hacerlo, no nos han enseñado. Nos gusta creer que todo es para siempre.

Cuando en realidad, sólo hay una cosa permanente en la vida: el cambio.

Deberíamos acostumbrarnos a autoevaluar de manera fluída y contínua los motivos que nos empujan a hacer lo que hacemos.

¿Hoy, prefiero vivir con esta persona a mi lado en lugar de sola o otra?
¿Me gusta el trabajo que hago, y si es que sí, es por que me aporta o por que me es fácil?
De las personas a las que les dedico mi tiempo y energía, ¿hay alguna que en realidad me hastíe, y que siga viendo por momentos juntos que hayamos pasados o una antigua amistad? ¿Todas me aportan?

El apego hace que en nombre de glorias pasadas o rutinas actuales aparentemente confortables vendamos nuestro futuro y nuestra alma al diablo, que es el miedo. Miedo al cambio, a la evaluación, al diagnóstico y a la decisión. Miedo a quedarnos solos con nosotros mismos. Miedo a la libertad, que requiere ingentes cantidades de energía y valentía.

Los motivos para llegar a estos asuntos profundos de reflexión nunca vienen solos, siempre aparecen a la vez. O mejor dicho, siempre están ahí pero una los ve a la vez cuando está preparada para verlos, volvemos al maestro que aparece cuando el discípulo está listo, y esta vez el maestro ha sido una circunstancia personal próxima a mi, una conversación entre coworkers y un libro en la misma semana.

Las dos primeras daban vueltas al apego entre adultos como pareja.

Y el tercero, entre madres e hijos ya crecidos, y no es uno, sino en vários libros de la misma escritora (Rosemund Pilcher) porque es un tema recurrente en ella.

Quizás es por su propia madurez personal, o quizás es cultural por la metálica forma de ser británica, al fin y al cabo el desapego familiar es un rasgo muy anglosajón, y me atreviría a decir protestante. O al revés, el apego es un rasgo muy católico.

A través de sus novelas insiste en la necesidad de dar aire a los hijos cuando éstos llegan a la edad madura (18 años). En animarlos a irse fuera del nido, en no inmiscuirse en sus asuntos salvo en caso de ser requerida por ellos. En respetar su vida y sus decisiones como a cualquier otro adulto. Y lo dice desde la sabiduria de quien desea evitar hijos inmaduros, infantiles y apegados. Y con la fortaleza de quien sabe que el mejor antídoto a las relaciones familiares enfermizas y castradoras es dar distancia asumiendo que quizás ésta sea para siempre.

Miro a mi entorno y me llevo las manos a la cabeza.

Prácticamente todas mis amigas y desde luego me incluyo tenemos relaciones malsanas con sus padres (especialmente madres). Seguimos articulando planes en función de la familia sin que probablemente sea lo que en realidad deseamos. Seguimos con roles totalmente absurdos que sólo representamos en el hogar familiar, que ni nos corresponden ni nos definen, y que nos sacudimos de encima como si fuera un jersey de lana hecho por la abuela de los que pica rápidamente, ahora que no nos ven, al decir el último adiós.

Y volvemos a nosotros mismos sintíendonos avergonzados de nuestra cobardía de seguir aceptando jugar con las cartas de una baraja marcada que no hemos repartido nosotros, y nos vamos con un regusto amargo en la boca y el cuerpo acartonado.

Esa, creo, es la peor forma de apego, porque te inhabilita para la vida adulta y te obliga a repetir el mismo patrón por referencias con tu pareja y con tus hijos, repitiendo los mismos errores, que al final es uno. Estar tan lejos de ti mismo. Confiar tan poco en tus posibilidades sin ataduras. En no saber andar solo por la cuerda floja. Tu gente ha de ser tu red, para al caerte saberte amado. Pero tenemos que caminar solos, sin apoyos que nos vicien y nos hagan olvidar que podemos hacerlo solos.

Joder. Me ha salido un post de autoayuda. Horror! ;-)

Que me (auto)ayude al menos a integrar en mi mente, alma, o dónde se anclen estas verdades que sólo el cambio es permanente, que hay que saber en todo momento lo que preferimos, y que hay que educar para ello, sin caer en la fácil tentación de repetir patrones de apego del malo.

No, si esto va a ser como el colesterol! Hay apego del bueno y del malo ¿de cuál tienes tu?

sábado, 6 de diciembre de 2014

De electores y elegidos

Leo en el párrafo que antecede "El Balneario" (1.953) de la grande Carmen Martín Gaite en "Todos los cuentos" lo siguiente:

"Cuando un hombre, dormido e
inerte en la cama, sueña algo, ¿qué
es lo que más existe: él, como con-
ciencia que sueña, o su sueño?"

Miguel de Unamuno: Niebla (1.907)

El tema de los sueños en su enésima vuelta de tuerca, como el monólogo de Segismundo de Calderón de la Barca  (1.635) y su

".....que toda la vida es sueño
y los sueños sueños son"

o aún más atrás Shakespeare en 1.595 con "Sueño de una noche de verano"...

"Cuatro días pronto pasarán,
y cuatro noches en sueños se irán"

Gaite bebiendo de Unamuno, Unamuno de Calderón.

Niebla de Unamuno hermana de casi título y año con Ciudad de Niebla de Pío Baroja, esta última con su sorprendente (para mí) contemporaneidad, esperando una reliquia me encontré con algo "como recién escrito", por su ironía, por sus rápidos y ácidos diálogos, por lo aún hoy día inusual de ser una mujer inteligente e independiente la protagonista, siendo el autor un hombre.

Unamuno citado varias veces en "Bilbao Nueva York Bilbao" de Kirmen Uribe (2.008) como alguien de carne y hueso, real, amigo de los Arteta, una de las familias entrecruzadas protagonistas.

Las grandes obras (y las pequeñas, y las medianas) van saltando caprichosas por los años como ranas por nenúfares, sirviendo la fecha únicamente como contexto para entender mejor una época.

La escala temporal desaparece en el mundo paralelo de la literatura (¿de los sueños?) tejiendo una red de conexiones vigentes ajenas a su edad que, si tiramos de la madeja, iremos descubriendo, infinita, y cada vez cobrando todo más sentido.

La gran ventaja es que no perece, que la red es cada vez mas tupida, que a los clásicos se les unen las obras del siglo XX, las que se acaban de editar en el XXI, las que pronto florecerán explosivamente en soporte digital sin necesidad de filtros editoriales, contactos o favores....
¡Cuánto trabajo se nos viene encima!

Pero no hay que agobiarse, sería estúpido.

Hay tiempo para irse deleitando con el hilo de la madeja del que nos apetezca tirar.

Ahora me he ensimismado en mediados del siglo XX, y últimamente en mujeres (la citada Gaite, Rosemund Pilcher), y me asombro de cúanto han cambiado para nosotras (para bien) las cosas en relativamente muy poco tiempo (para lo que la humanidad viene siendo, claro).

Sé que mi brújula apunta ahora a la Matute, que ya le tengo ganas, y a la Wolf, que me mira retadora cada día desde la estantería del recibidor cuando dejo las llaves junto a ella.

Me espera, y estoy lista. Será la próxima en caer.

Y a veces me pregunto...
¿Por qué ahora si y ahora no?
¿A qué viene ahora este interés mío reciente por la posguerra y la miseria moral Barcelonesa de los años cuarenta retratada por Marsé, por Terenci Moix, por Goytisolo?
¿Y por qué de manera recurrente cada cierto tiempo el frenesí por autores ingleses?
¿Por qué salvo Paul Aster y Truman Capote no me han llamado (por el momento) autores norte americanos?
¿Qué fue de esa ola voraz de García Márquez y de rebote otros autores de su constelación, al que deboré y murió de éxito fagocitado?
¿Por qué miro el grueso lomo del Quijote haciendo prácticamente una reverencia cuando mis pupilas se pasean por él como conteniendo la respiración sin apenas rozarlo? ¿Cómo sé que no es aún su momento, ni lo ha sido desde hace veinte años?

Simplemente lo sé. Instintivamente.

¿No es SU momento, o no es MI momento?...

¿Quíen escoge a quíen?

No hay duda.

Ellos me escogen. El objeto escoge al humano. Los objetos nos llaman, como dice mi amado Millás.
El objeto no varía, es el humano que sintoniza o no con el objeto en ese momento.

El objeto es un libro, es un coworking, o un vestido.

Un vestido rojo escotado sólo te lo pondrás en determinado estado de ánimo y momento.
Todas las mujeres en todos los momentos que se pongan un vestido rojo escotado serán prácticamente la misma mujer.

Ya no me preocupa quíen entre por la puerta del coworking y tras verlo se quiera quedar. No me preocupa que encaje con la gente, con el espacio. Si se queda, es porqué el coworking llama, como Hamelin a los niños, a los que encajarán en él. No deciden ellos. Decide el coworking siendo cómo es.

Los libros están ahí, y cuántos más leas más querrás leer, simplemente deja que los propios autores, temas, épocas o estilos, lo que más te haya atrapado del último libro, te muestren los hilos a seguir para escoger el siguiente, formando un eslabón más de una cadena que a menudo se ramifica, se enzarza o vuelve a su zona de confort, cual casilla segura de salida, cuando las prospecciones no han cuajado.

Como reza un dicho oriental, el maestro aparece cuando el alumno está listo"

Poco a poco, libro a libro, en el calidescopio del universo irás atisbando un sentido, una mirada algo menos desorientada, y cada libro te rellenará un hueco vacío que tal vez (seguramente) ignoraras que tenías.

Y luego te cuentan la gran revolución humana que estamos viviendo con los móviles, internet, smart cities y demás cacharrería... Que sí que sí, pero de Calderón hasta hoy se inventó la pólvora, la electricidad y el coche, entre otras cosas, y los sueños, que yo sepa, sueños siguen siendo! En realidad, cincuenta, cien, doscientos años no son nada, las grandes pasiones, las eternas incógnitas y las pequeñas realidades son siempre las mismas... Por no hablar de Homero!

sábado, 22 de noviembre de 2014

Fetichismos, amuletos y talismanes

Hoy no va de chamanes.

Va de nuestro apego absurdo a las cosas que nos han acompañado. Nuestra dificultad para deshacernos de ellas. O al menos la mía!.

Hoy he alcanzado un hito en el proceso reorganizador y de adopción de buenos hábitos en el que me veo inmersa: hacerme tuppers en lugar de mal comer por ahí a base de bocatas o directamente no comer, ir de verdad cada semana al gimnasio como mínimo una vez por semana, acostarme pronto, no tener úlceras... etc.

Hoy me he enfrentado a un armario lleno hasta arriba de papeles míos de cuando era algo parecido a algo serio profesionalmente hablando.

¡Y los he tirado todos!

Si. Mis 20 libretas de espirales y tapas duras que siempre me acompañan al lado del teclado.

Me resisto a abandonar el boli, y me gusta ordenar mis ideas, hacer listas de cosas o cálculos rápidos a mano. Ojeándolas ahora veo direcciones de correo de gente que te trae recuerdos de proyectos, números de teléfonos que en su momento no sabías si sólo hablarías una vez o se convertirían en clientes o colaboradores con los que acabarías desarrollando incluso una estrecha amistad....

Cálculos rápidos de presupuestos de proyectos que ignorabas si acabarías haciendo, fichas de proyectos, repartos de tareas, esquemas, diagramas, dibujos geométricos a base de cuadraditos reseguidos acompañando a saber qué conversación telefónica...

Los cuadernos són más personales que las agendas, porque no te limitan el espacio, y tanto puedes anotar una lista de la compra como redactar los antecedentes de un proyecto, o notas de un software nuevo.

Por eso me he resistido a deshacerme de ellas durante tanto tiempo. Las he paseado de mudanza en mudanza, cada vez más numerosas, cada vez exigiendo más volumen de casa para ellas. Y qué me daban a cambio. Hasta hoy que las he tirado no las había vuelto a mirar.

¿Por qué guardamos este tipo de recuerdos? Para muchos encima no siendo personales todavía es más absurdo, pero es que lo de personal es un concepto muy difuso. Para mi Aresta, mi pequeña ingeniería fue mucho, y desde luego, muy personal. Ahora que ya la "dí por muerta" hace unos meses, supongo que todavía tenía menos sentido seguir cargando con su cadáver.

Aunque no negaré que Aresta Ingeniería me dio muchos dolores de estómago, me dio tantas otras cosas que siempre me he sentido muy afortunada de haber podido vivir esta etapa.

Aprendí lo que no está escrito. De cosas técnicas desde luego. Pero también de cómo funcionaba el mundo en el que vivíamos (al menos el de antes de la crisis), de cómo es una empresa por dentro, de cómo responde la gente y de cómo no. A trabajar duro, a amar mi trabajo, a tener ilusión y generar ilusión en los clientes, a tener confianza y generar confianza. A entender que los trabajadores son trabajadores y a no pedirles o no decepcionarme si no hacían lo que en mí salía de natural.

Aprendí muchísimo de mis numerosos errores.

Fui muy feliz trabajando duro, ganando autonomía, sentido de la responsabilidad, confianza y sabiduría, y eso, eso está en las libretas. Pero eso lo llevo yo todavía más dentro de mí.

Quizás no recuerde ese teléfono garabateado en 2005, pero sé que ese nombre, Miguel Teixido, me dio la oportunidad de hacerme valer. Quizás ese presupuesto que salió por mucho más en la realidad vaya a la basura, pero las lecciones aprendidas a la hora de calcular presupuestos se fijaron a mí en su momento y por siempre.

No necesitamos amuletos voluminosos pero vacíos, talismanes que nos recuerden tiempos mejores. Lo que tenía que quedar quedó, marcado en nuestra alma como hormigón impreso.

Podemos viajar ligeros, debemos dejar espacio en nuestras estanterías para lo que vaya trayendo el devenir, y no vivir de joyas pasadas, cuyas enseñanzas ya se forjaron.

El pasado, pasado está. Y el papel, a reciclar!

(Creo que si "maté" a Aresta hace unos meses, hoy le he dado sepultura y esto ha sido la necrológica... Que en paz descanse pues! Te recordaré con una sonrisa)

martes, 28 de octubre de 2014

La intensa vida de una mamá chacha (que no mamarracha)

Voy a contar un tópico. Y pensaréis buaaaa q aburrido, siempre con la misma monserga, que pesadas sois!

Pero es q es una verdad de las verdaderas. De las verdaderas de verdad! De la buena.

Ser madre-ama-de-casa es agotador. Es que no paras de trabajar!

Yo de por mi era perezosa, vaga, holgazana, me escaqueaba a la que podía, nunca me levantaba de la mesa para ayudar en cenas multitudinarias si no era ya de flagrante mala educación inexcusable.
En mi casa por aquello de yo ya pongo la casa y en ajenas por lo de yo es que no sé donde están las cosas. En definitiva. Que no pegaba ni sello en casa.

Y desde que soy madre, quien me viera oyes! Me han cambiado por otra! No me reconozco en los espejos en los que ya por no verme ni me miro!

Soy una máquina de trabajar.

Con lo profesional ni entro ni salgo, más o menos con la misma intensidad de siempre, que, todo hay que decirlo, es mucha! Porque que una puede ser vaga por sectores. Y a pencadas eficientes (y la mayor parte de las veces apasionadas) pocos me tosen.

Pero con lo doméstico.... Hoy ha sido uno de esos días cúspides de mi carrera doméstica. Me permitiréis retozarme en ello.

He empezado como siempre; ducha, despertar niñas, vestir niñas, desayunos, mochilas, cole. Como hoy las llevaba mi consorte señor marido (ya), he podido proceder a recoger cocina, baño, hacer camas, recoger juguetes, ordenar libros, poner una lavadora, sacar una secadora, doblar ropa, colocar ropa en sus armarios, preparar bolsa piscina, ir a trabajar.

Trabajar-trabajar-trabajar-trabajar-(si, la que estaba en el paro, ya dije que era un paro tácito)-trabajar-trabajar-trabajar.... Ups! Las 4! Corre corre

Moto a toda pastilla q llego tarde (¿¿nunca aprenderé a salir antes??)

Recoge niñas, no llevas merienda?

No, no llevo merienda, (a tanto no llego, no me explaiaré), ala! al paki a por unos donuts y unos cacaolats, y la integración de nuevos hábitos alimenticios con la que llevamos dos semana a base de pan de verdad que compro en un horno de los buenos a precio de titanio (el titanio es caro, no?) y de legumbres de verdad puestas en remojo ochocientas horas, y de arroz integral que no se cuece ni tras tres tristes horas... A la mierda! Dos donuts x niña, no uno no, DOS!

Vamos a la piscina corriendo que no llegamos. Agotadas tras una caminata (sube, baja, recto, sube, baja) de 15 minutos vertiendo cacaolat (obvio) por la camiseta llegamos.

Desviste niñas (y creía q ir a la piscina yo sola era complicado!, juas juas! Inocente...), pon bañadores, gorros, chanclas. Ya, al agua patos.

Y yo? ¿Me doy un merecido descanso y me tomo un café y me leo algo q creo que se llama periódico? Nooooo!

Decidí sabiamente en su día que lo mejor era apuntarme yo al gimnasio esa hora, yendo x c.....s con las niñas era la única manera de asegurarme que iría, tras varios infructuosos intentos de hacer deporte. Así que durante 45 minutos a la semana un señor me maltrata sometiéndome a las tan temidas máquinas cual sala de torturas.

Salgo exhausta pitando cuando veo q salen de la piscina. Ahora ya somos tres a duchar y a vestir y a secar el pelo. Que bonito...

Una hora después salimos dispuesta a pegarme otra caminata hasta a casa, y encima ya tan de noche!

Hoy por un designio divino ha venido el padre de las criaturas a por nosotras en ese artefacto con 4 ruedas q hay q reconocer que a veces es maravilloso.

Llegamos a casa, muerta de hambre me dispongo a hacer un risotto de bolets (si, quien me mandaba).

Media hora larga después, con las niñas en pijama y la lavadora puesta con las cosas de la piscina, nos dan ambas la cena; que no les gusta el risotto, con lo bueno que me ha salido, oyes. Al final se lo han comido las dos.

Pasa que después de recoger la cocina, sacar secadora, doblar otra vez toallas, contar un cuento y que se durmieran, la pequeña de tanto toser lo ha echado todo por la borda. Cambia sábanas, pijama, albornoz, muñecos, todo al cubo de la ropa sucia.

Pena de rissotto de bolets.

Limpia con agua caliente y jabón el cosi en el que ha acabado de darlo todo, pasa el mocho por el suelo, dale de cenar al perro que protesta, recoge las bolitas de pienso que se han caído, vuélvete a lavar las manos por quinta vez en 20 minutos.

Ya se ha acabado la lavadora, pon la secadora y lava ya las sábanas y el muñeco afectado que huele que alimenta. Vuélvete a lavar las manos.

Son las diez.

Luego la fisio de suelo pélvico me preguntará porqué no hago lo que me dice y practico ejercicios de Kegel media hora cada noche y lo del etíope en plena hambruna que se llama ejercicios hipopresivos.

Señora. No puedo con mi alma!

Y con los dos platos de rissotto q me he comido no puedo hacer el etíope!

Si yo no era así!!! Devuélvanme a mi Maria!!! Era mucho más cómodo! Vas a comparar!!

Aunque bien mirado...creo que debería sentirme más orgullosa de ésta que de aquella....al fin y al cabo, ahora ayudo todo el rato y no hago casi nada para mi. No es que ayude, es que sin mi (y el 50% correspondiente a mi esposo) nada de esto tiraría adelante.

Y creo q lo de ser madre va por ahi.

Me refiero a anteponer a la família a hacer lo que te rota en cada momento.

Porqué lo de hacer de chacha digo yo que te lo ahorras si eres rica y tienes interna, no? Es una opción interesante, miraré mi cuenta corriente a ver si me ha salpicado por casualidad una de estas tramas de sobrecitos!

Au, bona nit, a descansar, yo desde luego caeré frita frita !

miércoles, 8 de octubre de 2014

Un ratito de gratitud

Gracias, gracias y más gracias.

Por la vida, que me ha dado tanto, como diría Violeta Parra.

Por tantos motivos deberíamos dar las gracias cada día al levantarnos, y cada noche al acostarnos, que al final no darlas no deja de ser un signo inefable de lo perfectísimamente bien que estamos, y siempre hemos estado, queja mediante.

 Ayer empecé (y casi acabé) "Si te dicen que caí", de Juan Marsé.


Todavía tengo una pelota incrustada entre el esófago y el estómago, una retroexcavadora con bulldozer ha entrado en mi aparato digestivo y se me ha llevado parte del alma que guardo allá y ahí ando intentando recomponerla, sacar la pelota y devolverme la fisiología que debiera estar en su lugar.

Brutalidad. Dolor enquistado en la corta memoria infantil de los niños protagonistas, rotos y ya viejos. Personajes sórdidos absolutamente faltos de toda moralidad. Violencia sexual. Sociedad putrefacta. Y Barcelona, años 40 de telón.

Y para más inri las calles que piso cada día. Secretàri Coloma, Escorial, Legalitat, Providència. Hoy ciudad ejemplar, con sus tiendas y sus bares, sus personas mayores sentadas al sol, su ajetreo de barrio. Sus acera arregladas, los edificios de pisos dignos y decentes. La calle limpia. La escuela rebosante de niños alegres. Que no juegan a que torturan, que no comen de entre las basuras, que no se ponen azufre en la cabeza para combatir la sarna. Que no se prostituyen por 4 chavos.

Niños que no tienen el recuerdo de sus padres fusilados, ni colgados, ni humillados. Niños cuyas madres son razonablemente felices, entre sus estreses laborales y sus conciliaciones, pero amigos, amigas, bendito problema!

75 años han pasado. Sólo una vida. Marsé y tantos otros están ahí para contárnoslo. Nos cuentan ellos lo que nuestros abuelos han callado. Porque lo sufrieron en sus carnes y recordarlo es revivirlo o porqué en su momento pudieron escoger no quererlo ver, se amarraron bien fuerte y a consciencia la venda en los ojos y ahora, a estas alturas, el paso del tiempo lo pone en bandeja para hacerlo todavía más insignificante. Más irreal. Probablemente hasta lo hayan conseguido olvidar. Ellos han ganado. Ya casi nadie sabe ni quiere saber lo que ocurría hace una vida.en los descampados alrededor del campo del Europa, en el Guinardó, en el Carmelo, en las faldas de Montjuïc,  en el Somorrostro.Ya nadie se acuerda de la miseria. Somos una ciudad opulenta, rica y orgullosa. Estamos entre las 10 más turísticas del mundo. La mierda se ha barrido bajo la alfombra del olvido.

El Carmelo y el Guinardó son, sin ser de lujo, barrios dignos con todos los servicios. Montjuïc es una zona ajardinada y monumental, testigo orgulloso y mudo de los fastos de la Barcelona Olímpica. El Somorrostro ha quedado enterrado por la arena de la Barceloneta, las icónicas torres Mapfre y el pez dorado, así como por el resto de la Vila Olímpica. En el Raval, en cambio, la miseria continúa, pero esta vez los emigrantes vienen de tan lejos que nos cuesta empatizar, y la venda en los ojos vuelve a apretarse.

Yo no soy de los que se quejan de que Barcelona sea ahora un escenario de cartón piedra sin personalidad, para rodar anuncios de coches y darle un marco coherente a las obras de Gaudí. No extraño esa Barcelona de moral carcomida, de vencedores y vencidos. De muy vencedores y de extremadamente vencidos.

Me siento afortunada de haber llegado a ella con este lapso de vida que me ha ahorrado vivencias desgarradoras, difíciles de sobrellevar con dignidad el resto de tu vida. Me maravillo de que en sólo una vida las heridas hayan cicatrizado, que la dignidad haya sobrevivido.Se las llevan, las unas y la otra, sus víctimas a la tumba. Nos las han ahorrado. Y la prosperidad ha hecho lo demás.

No digo que antes fuera mejor, esa cínica e insultante afirmación merece embucharle al susodicho la bibliografía completa de Marsé, Gil de Biedam, Terenci Moix y Vázquez Montalbán en 24 horas y que escuche luego testimonios reales, a ver que tan "auténtico" le parece! (Sacaremos a Mendoza de ahí porqué sería capaz de no entender más allá de la ironía graciosa de sus hilarantes peripecias.)

No era mejor. Ni mucho menos. Pero aunque duela, aunque se nos lleve un trozo de esófago por el camino, o precisamente por eso mismo, hay que conocer esa Barcelona. Para valorar la de ahora. Para valorar este momento, esta vida. Esta paz (aunque haya quien la quiera tergiversar), esta prosperidad (aún con la que está cayendo), el respeto por los derechos humanos y la protección férrea a nuestra infancia. Para crecer. Para madurar.

Y para dar las gracias a quien corresponda. Para tener un ratito de gratitud.






miércoles, 1 de octubre de 2014

Downshifting y otras quimeras

A 1 de octubre de 2014 me hallo como una sopa de mocos y con mis planes de downshifting tan tierna y amorosamente amasados durante el verano tambaleándose peligrosamente.

En menos de dos semanas he visto caer uno tras otro cual piezas del serpentín mis grandes propósitos de septiembre (todos ellos en la línea de trabajar menos, estar más y mejor con los míos...etc etc)

Empecé bien a grito eufórico de "a tomar todo por el culo" antes del verano.

Continué mejor que bien tomándome tres meses de vacaciones, así, rollo l'Oreal, porqué yo lo valgo!

Septiembre empezó a torcerse pero yo aguanté estoicamente las embestidas a fuerza de repetirme a mi y al mundo tercamente "mientras las niñas no empiecen el cole yo tampoco"!

Pero las dos semanas siguientes han sido el castigo divino de los dioses envidiosos de mis 3 meses de verano!

Me temo que estoy pagando con creces mi osadía.

En dos semanas he tenido QUE LIDIAR

Con correos histéricos de gente idem que total, acaban de llegar de vacaciones como yo y de ir a medio gas en julio y pretenden que esté todo listo sólo llegar y hacen pagar sus agobios a los del siguiente eslabón de la cadena.
Con la nevera vacía.
Con poner (o intentarlo sin mucho éxito) al día todo lo atrasado.
Con vuelta al cole (así, en plan genérico).
Con el tetris de extraescolares (así, específicamente).
Con la nevera vacía.
Con hacerme con los equipamientos propios de sendas extraescolares (bañadores, gorros, toallas, gafas, chanclas...se repite la historia, q es un bucle, y kimono de judo como novedad)
Con los sueños mal domados.
Con la nevera vacía.
Con temas de curro aplazados a octubre pensando que octubre no existiría porque el mundo se habría acabado antes porque nos caería un meteorito o nos ahogaríamos en el mar (los barceloneses) con lo del cambio climático.
Con las lluvias torrenciales.
Y con la nevera vacía.

Tengo que recomponerme el moño, respirar hondo en la medida en que mis virus ascensor (léase los q pasan de niños a adultos) me lo permitan y plantarle cara al mundo, y darle calabazas al sitio que me tiene reservado.

Que no, que a mi ya no se me engaña. Que yo ya he pringado. Que no quiero meterme en el ciclón del día a día ni en la rueda de las urgencias.
Que el curro más importante nunca lo es tanto como para dejarte exhausta y sin energía para los tuyos.
Que de hambre no moriremos.
Que necesitamos poco, que como decía mi abuelo Erundino "es más rico quien menos necesita que quien más tiene".

Y aun así me voy viendo metida por compromisos adquiridos, porque en el fondo (y en la superficie) me va la marcha y no sé decir que no porque todo me apasiona incluso los proyectos ruinosos...casi parece que cuanto más ruinoso mejor! Y a todo esto, yo no estaba en el paro? ¿Que ha pasado? Ahhh si, que era un paro virtual, un paro emocional, una declaración de intenciones venida a menos. Al final la única diferencia es que yo me considero en el paro. Vamos, otra estratagema de autoengaño de las mías. No hay que preocuparse.

Tengo mucho camino que recorrer buscando el equilibrio, y aprendiendo a planificarme mejor.

He descubierto que gran parte de mis desasosiegos y estreses vienen porque mi nivel de planificación es cero y siempre ando con la nevera vacía y llegando tarde a todas partes (tarde y estresada).

Quiero cumplir un horario (con muy pocas horas laborales puestos a pedir).
Quiero cobrar (parece una perogrullada pero sé de lo que me hablo).
Quiero cocinar más y mejor.
Quiero dedicarme íntegramente a mi familia por la tarde (sin intrusismos de mails de curro leídos y lo que es peor, contestados, a hurtadillas con una mano y un ojo mientras con la otra mano columpio una niña y con el otro ojo vigilo que no se me desnuque y así en plan global bizqueo)
Quiero que cenen pronto y se acuesten pronto.
Quiero escribir (más) y leer (más).

Aunque he mejorado muchísimo desde mi primer post de reconstruyendoamamá (entre otros indicadores: leo y escribo ;-)), aún me queda...
.... Y me da que para cuando haya aprendido a organizarme con esto de llevar una familia y ser una emprendedora apasionada con proyectos ruinosos de bombero las niñas ya se habrán ido de casa a estudiar, conocer mundo o lo que sea que se haga de aquí 15 años y yo tendré que consolarme inaugurando la nueva temporada de post "Reconstruyendo a mamá post nido vacío" ;-)!

Hasta entonces seguiré en la brecha!

domingo, 28 de septiembre de 2014

Sedimentada crónica de mi(s) maravillosa(s) boda(s) veraniegas


Primero fue Ferrol....

Fue un inolvidable paseo en barco por la Ría de Ferrol, y si, fui esa, fui la novia radiante que no para de sonreír encantada de la vida, de su ahora marido, de sus amigos, de su família, del paisaje verde azul, de la mejor tarde de verano que el caprichoso tiempo gallego podía regalarnos, del albariño fresquito cortesía de David y su bodega, de la increíblemente inmensa luna llena roja de julio que inundó de luz la ría y de destellos la mar calma, de la voz y la guitarra de Roger, de la armónica de Jose, del cariño de Carmen al hacer posible (y un éxito) nuestra penúltima idea peregrina de celebrar la boda a bordo del Rías Altas I!

Y de navegar por la ría de tu vida con la gente que te ha acogido en tierra extraña y han sido tu familia por diez años, y los que han de llegar, a la que quieres y te quieren, y a la que tantas gracias tienes que dar...

A Bea por su amor incondicional y correspondido tal cual, por los incontables momentos pasados, por los muchos buenos pero sobretodo por los malos, por ayudarnos mútuamente a pasarlos mejor y que nos han unido con superglue para siempre jamás!

A la otra Bea por su coraje y por su alegría de vivir y por ser tantas veces mi inspiración y ejemplo a seguir cuando me veo superada y no sé priorizar lo que vale de verdad de lo que no. Y a todo su clan por acogernos con simpatía y cariño sincero.

A Rocío por ser mi alma gemela, por conocerme tanto y aún así quererme, por entenderme con mirarnos y por ser bruixa curuixa y sorprenderme continuamente con su sagacidad!

A Pilu por su energía infatigable y amistad leal, por ser noble y tener los pies anclados, la cabeza amueblada, un punto de locura y la risa fácil.

A Antía por su inteligencia eléctrica y brillante, por su sentido del humor, por su cultura, porque nunca nos cansaríamos de hablar ni de hacerlo en el mismo idioma. Y mil gracias por esas palabras exactas, llenas de poesía y de razón, que nos regaló en el templo civil en el que nos dimos el "si, quiero". Templo que otra alineación cósmica, como el radiante sol que tiñó la tarde de rojo y esa luna de belleza blanca casi insoportable, se llamaba Centro Torrente Ballester, con lo que adoro yo a este hombre!

A Jose por ser un amigo de los de verdad, por sus pocas pero acertadas palabras, por su autenticidad, y por dejar a su paso la atmosfera calma del hombre tranquilo. Y por su armónica!

A David por su Albariño y su sonrisa, y por ser ese hilo transparente que une mundos tan lejanos en todo, como son Lleida y Galicia.

A Carlos por incorporar a Dani en las interminables tertulias lata de Estrella de Galicia en mano que se libraban en la báscula del puerto y hacer que se sintiera parte de algo cuando no formábamos parte de nada...

Y a todos ellos, a los que me dejo en el tintero, por acogernos y convertir nuestra estancia en Galicia en una de las más felices etapas de nuestras vidas, sin ellos, nunca lo habría sido!

Y luego Barcelona...

La transformación de lo que era un recuerdo lejano de jardín y charca con posibles pero decrépito a un auténtico jardín aterrazado con una espectacularmente azul piscina, sofisticado y sensual donde la merendola inicial pensada paso al cóctel con clase, relajado pero elegante gracias al voluntarioso esfuerzo de Dani y su padre Pere y las acertadas elecciones de cátering y grupo de música.

Conseguir por fin esa fiesta tantas veces anhelada pero aplazada 10 años al darla por imposible, capaz de juntar a 140 personas, darles de comer, de beber y de bailar, y sobretodo darles felicidad, sin necesidad de montar mesas juntando primos y alternando géneros, ni de vestirse de blanco con cola y velo, sin sesiones de fotos, sin servilletas haciendo el estúpido molino a la entrada de los novios, sin vals cutre malbailado, sin tarta de novios con monigotes arriba, sin centros de mesa, sin mesas a penas! Sin ramo que tirar a nadie, sin "que se besen", sin "Vivan los novios!"....

Con una calurosa noche perfumada de verano, con un atardecer que a medida que la luz del sol apagaba las obviedades del fabuloso jardín modernista, las tintineantes luces de las velas y los focos desvelaban rincones especiales, reflejos azules, verdes palmeras...con unos amigos y familiares, queridos todos, que ya viniendo dispuestos a darlo todo se dejaron contagiar por la magia de la noche, seducir por la sensualidad de la música, asumir mansamente el calor y darse a él, palpitar con la efervescencia alegre de las rumbas mediterráneas de Blas, Tomy y el resto de la banda, que entre palmeras y en un escenario de ensueño con gallineros al fondo nos hicieron bailar, sudar y vibrar de alegría a ritmo de Los Rodríguez arrumbados, entre la barra y la piscina, de tentación a tentación! Hasta que vino la policía claro....

Con todo el mundo guapo, vestido de manera dispar pero guapos todos a su manera, Dani estupendo con su buena planta y su traje a medida y yo sintiéndome tan guapa y radiante que iba tan como flotando que ni notaba los tacones, será que volaba de verdad??

Con la calidad insuperable de los manjares servidos, bocadito de esto y de aquello, con el cava fresquito o la cerveza helada (que hubo que reponer de urgencia por superar toda previsión gracias a Javi)!

Con las charlas distendidas y alegres al borde de la piscina de Iñaki, Miguel, Víctor, Alberto y compañías...con los pies en el agua de Fátima y Jaume, con las risas contagiosas de Isa, con la inestimable e imprescindible ayuda de Aitana para conectar gente, con los bailoteos insaciables de Natalia trayendo viejos tiempos de los noventa a la noche, con la alegría de los Galino, con los bailes de la Tía Carmen de 80 años que no bailaba fuera de las clases de aquagym desde hacía más de 20!

Con la felicidad en forma de chiribitas en los ojos de Elena e Isma, de Gemma, de Ananda, con el regalo en forma de palabras que Alberto nos dio diciendo que era la noche con más felicidad por metro cuadrado que había vivido nunca (algo así, era muy largo, casi tanto como las copas de vino que se tomó ;-))

Con el cariño de tu família, que está contenta por ti y tu por ellos, y ellos por ti, y así vuelta a empezar en un bucle de felicidad!

Con la risueña comprobación por enésima vez de que tus amigos son unos gamberros, unos borrachos y unos personajes de cuidado, ya por separado, ni te cuento juntos!

Con la emoción de vernos juntos de nuevo los de la carrera, bailando canciones de hace 20 años en el Akanahi de Lleida, sudados como pollos y abrazándonos saltándo al ritmo de Legalización! Sergio que no se había visto con David, ni Azu con Belén, ni Vero con nadie que es madre primeriza vuelta al mundo tras su destierro auto infringido.... Y todos felices de vernos de nuevo, en una réplica de lo que fueron probablemente las mejores noches de fiesta de nuestras vidas.

Con las satisfacción que te obliga a sonreír hasta reventar comisuras de ver cómo dos amigos que no se conocían entre ellos pero tú sabías que tenían que cruzarse sus vidas, se están tomando un gin tónic y bailando abrazados como viejos amigos brindando a nuestra salud: Llum y Belén, David y Joachim, Javi y Bea, va por vosotros!

Con los pies ya enfundados en mis crocs, el goteo de despedidas terminado, las piernas sobre la mesa a lo Bush/Aznar, sólo el puñado de amigos que han venido de lejos y que a penas os veis y el rímmel medio corrido por las lágrimas de tanto reír ante la enésima vez que Paco de Azu nos amonesta con la insistencia con la que sólo los borrachos (y los niños de 3 años) pueden.... que tenemos ya 40 años, que estamos ya en el ecuador de nuestras vidas y no nos hemos enterado todavía de qué va esto, de lo que cuenta y lo que no. Que ya no nos cogen en los trabajos, que ya no nos quiere nadie para ligar si vamos de copas, y que da igual porque tenemos una mujer y unos hijos que nos quieren y que queremos, que la vida es eso, y que lo otro, a tomar por el culo!

Y tiene razón, cuánta razón! Y yo, que he llegado a esta conclusión con tres años de antelación (siempre fui algo precoz ;-)), lo sé. Lo sé y lo practico! (O lo intento)

Ya mandé a tomar por culo mi carrera profesional entendida como tal (o al menos como la entendía yo) y comprendí que proyectos cada vez mayores no equivalían a cada vez más felicidad (ni siquiera satisfacción profesional). Ya mandé al carallo al sistema y ya no pago autónomos y ya soy una outsider que no aparezco en ninguna lista, ni de hacienda, ni del INS, ni del INEM!

Ya decidí destinar lo mejor de mí a mis hijas, y a lo que me vaya dando sin excesivo desgaste, no malgastar un gramo más de energía que me es tan necesaria para ellas en chorradas de curro que no es más que eso, aún siendo tu propio jefa y lo que quieras, es curro y no compensa...nunca compensa!

Y ya, ya le he dicho al mundo, por todo lo alto y en dos meridianos distintos que sí, que me caso, que quiero a mi marido, que a parte de ser el padre de mis hijas, mi compañero de aventuras y fatigas, mi cotitular de varias hipotecas, mi socio en unas cuantas empresas, pasadas, presentes y futuras, mi complemento, mi "seny" siendo yo su "rauxa", es tan parte de mi, me hace tan mejor persona, me ha enseñado y lo sigue haciendo tanto día a día y nos queremos tanto, que simplemente no concibo mi vida sin él a mi lado.

QUE SÍ, QUE QUIERO! Y que si hace falta nos casamos otra vez!

sábado, 23 de agosto de 2014

Un día de melancolía

El otro día intenté mantener una conversación, que acabó resultando monólogo y encima infructuoso, con mi hija mayor (6 años) acerca de cómo quitarse uno de encima esa lacra llamada mal humor.

Le expliqué lo que me contaba a mí mi padre, acerca del mal humor, que como la tristeza, y la melancolía, esas primas hermanas, están amontonados formando una montaña de la cuál cada uno coge lo que quiere.

De pronto una se da cuenta de que es terrible, porque una es enteramente responsable de su mal humor (como de casi todo). No es que el tren venga con retraso, que alguien nos haya soltado un exabrupto o que la bolsa caiga en Nueva York. Es que nosotros hemos decidido voluntariamente estar de mal humor y nosotros seremos quien decidamos cuánto estamos dispuestos a alargarlo.

Es cierto que hay gente con más tendencia al ombliguismo y al ensimismamiento, que viene a ser lo mismo, a saber darse vueltas a uno mismo, como si uno fuera mucho más interesante que lo que le rodea.

Pero mirando sólo hacia adentro es complicado salir del embrollo en el que una se ha metido, porque podemos darnos la razón, a sabiendas de no tenerla, hasta el infinito y más allá.

Hay que abrir la puerta a la burbuja de melancolía en la que nos hemos metido solitos para que entre un soplo de aire fresco que desvicie el ambiente y la rompa, devolviéndonos a la realidad sin filtros oscuros mediante. Pero incluso eso, o eso más que nada, es fruto de una decisión.

Y aún estando dispuestos a dejar que alguien nos ayude a salir del pozo ni todo el mundo tiene la paciencia, la habilidad ni la voluntad de hacerlo, al revés, la mayoría de las veces el malhumorado genera un rechazo visceral a la gente que no quiere que le amarguen su día y con razón!

De ahí el sabio refrán de que el que se enfada tiene doble trabajo!

Y así estoy yo, inmersa en mi día de melancolía.

Debatiéndome entre dejarme rescatar o mantenerme obstinadamente en mi malhumor.

Y diseccionando el proceso mientras tanto para poder explicarle mejor a mi hija cómo diantres aprender a salir de estos lodos sin dañar a los de nuestro alrededor, que aunque no por falta de ganas sino por exceso de amor no nos mandan al carallo como nos merecemos!

Aunque bueno, un día de melancolía de vez en cuando.... ;-)

(mierda, ha salido el sol!, algo habrá que hacer....mmmm, bueno va!)

miércoles, 20 de agosto de 2014

De suspiros y genes...

Suspiros de cansancio, suspiros de desesperación, suspiros de frustración por no saber hacerlo todo mejor, suspiros de alivio, suspiros de ternura, suspiros de amor... Todos ellos, todos, sin excepción, suspiros de amor!

6 años han pasado desde aquel 19 de agosto, tras tres días con sus tres largas noches, cortadas a intervalos de quince minutos por contracciones que me hacían incorporar de dolor, cronometrando nerviosa los minutos que habían transcurrido desde la última.

6 años de ver esa cara de ángel preciosa y perfecta que, con lágrimas en los ojos, rodando mejilla abajo y salando mis labios, miraba yo atónita sin alcanzar a entender el milagro, ese que ocurre cada día en casa de otros y es natural, pero que cuando ocurre en la propia es pura magia...

De bebé pasó a niña chica, y ahora ya a niña.
Todavía es pequeña, lo sé...pero el tiempo va pasando, y lo que va pasando no ha de volver.
Vendrán cosas buenas, y malas también! Habrán más suspiros, muchos más suspiros!

Pero tengo la sensación casi palpable, casi mordible, de fin de etapa. Y a mi los fines de etapa, cuando los reconozco, siempre me ponen triste, pero un triste sereno y feliz. Necesito hacer un pequeño duelo por ellos, aunque esté ansiosa de entrar en la siguiente. Es como si acabarán las colonias de verano y cantáramos "És l'hora dels adéus". Es superior a mi, así de cursi soy!

Y aquí me tenéis, la noche antes a su sexto aniversario, un buen rato después de acostarla, de haberle explicado de cuento el día en que nació, como cada vigilia de su aniversario...

La miro dormida y me viene como a borbotones la emoción, se me inunda el amor, me sale rodando con las lágrimas que otra vez me mojan la cara y me salan los labios. Claro que no se escapa, el amor, vuelve a mi porqué me bebo mis propias lágrimas, cómo no lo iba a hacer, con lo saladitas que están!

Y no se escapa, si algo he aprendido con mis hijas es que das lo que recibes. Das respeto y te devuelven respeto. Chillas y gritan. Risas por risas. Besos por besos. Amor por amor.

Nada escapa, todo vuelve. Y es el puro ejercicio de la responsabilidad por eso. Porque lo que des, te volverá. Y multiplicado. Te volverá a ti una parte, pero esa es la menos importante, aunque sea la más visible ahora. La otra las acompañará toda su vida, para bien o para mal. A ella y a los que la rodeen, a sus amigos y a su familia cuando la tenga, a los hijos de tus hijos. Por suerte todos hacemos camino al andar, y hacemos cosechas propias, no todo va a ser culpa de los padres! Pero mucha parte de responsabilidad desde luego si tenemos!

Por eso es crucial proyectar en ellas lo mejor que pueda escarbar de mi propio baúl. Del nuestro! Porque igual que nuestras células se juntaron para complementar cromosomas nuestras enseñanzas deben dar lo mejor de cada uno. Darles amor, curiosidad, respeto, belleza, saber, generosidad, ética, esfuerzo, orden, límites, confianza, autonomía....
Yo quizás pueda hacerlo mejor en algunas, pero mejor recibirán de su padre muchas otras cualidades que yo carezco o de las que no me enorgullezco especialmente!

Supongo que de algún modo eso es lo que ves en la pareja que escoges como padre/madre de tu prole. Alguien cuyas virtudes admiras porque careces de ellas o las reconoces mayores en el otro. Dicen que la admiración produce enamoramiento. Y yo lo comparto.

Te enamoras de alguien por sus virtudes, quieres convivir con él por ellas, porque te hacen sentir feliz y a gusto y un buen día te ves pensando que es genial que tus hijos no sólo puede que las hereden sino que probablemente las aprehenderán por imitación, como referente.

A veces creo que soy muy obtusa con las cosas más básicas e instintivas. Hay gente que nace con una sabiduría práctica de supervivencia milenaria y yo estoy en la parra y descubro sopas de ajo por doquier!

Yo sólo pido que aunque vaya creciendo y ya no me reclame como lo pudiera hacer cuando tenía 3años, aunque prefiera irse con sus amigas a jugar, aunque ya no se guíe sólo por mi mirada, oaunque sus horizontes se vayan ampliando...sólo deseo que sepa que siempre puede contar conmigo, que la amo con locura, que soy su fan incondicional y que siempre estaré ahí, dónde me necesite. Que lo sepa, lo sienta y lo utilice. Que me quiera un gramo de lo que yo la quiero a ella.

Que consigamos mostrarle nuestros mejores yoes para que pueda aunar virtudes que hagan de ella una persona feliz y equilibrada con capacidad para hacer felices a los suyos. Que haya amor, vaya,

miércoles, 11 de junio de 2014

La maravillosa terapia de mandarlo todo tomar por el culo

Por fin!

Por fín me he decidido a mandarlo todo a tomar por el culo!

Que muerto me he quitado de encima! Que muerto no, que morgue!!

Ya está. Después de 4 años picando piedra para sacar chirlas, inventándote y reinventándome y volviéndome a reinventar.

He pasado de tener una pequeña ingeniería con 4 personas a ser ingeniera free lance sola con colaboradores conforme los proyectos iban cayendo y la capacidad de financiación iba ahogándome más y más.

He pasado de facturar 120.000 € anuales a no poder costearme autónomos, que he pagado religiosamente sin que por ello tenga a cambio ningún derecho de paro que me facilitara el paso que voy a hacer ahora.

He pasado de redactar proyectos, dirigir obras e incluso ejecutarlas a gestionar y limpiar pisos turísticos.

Me he levantado nuevas actividades de cero que pudieran contribuir a saldar la deuda generada por la actividad anterior:

- He montado y gestiono una casa rural a distancia.
- He creado un coworking que ahora está a pleno rendimiento.
- He montado un piso vacacional con un 9'7 de media de 26 comentarios a pleno rendimiento.
- He creado y atendido tres cursos online de nivel universitario por el que han pasado un centenar de alumnos a los que me he dedicado en cuerpo y alma
- He co-creado un curso a nivel de máster de un colegio profesional en el que me he volcado para que aprendieran un software que no tenían ningún interés particular en aprender.
- Estoy montando una iniciativa para crear programas para estudiantes extranjeros en prácticas en Barcelona
- Y estoy creando dos cursos MOOC para una academia de Nueva York.

Y todo esto sin ver apenas un duro, no me preguntéis cómo lo he conseguido porque ni yo misma lo entiendo, tendré que reflexionar acerca de mi patológica aversión a ganar dinero, el día que me decida y tenga pasta para hacer terapia.

Puede que tenga que ver con que cuando levantas todo tan de cero nunca te alejas demasiado del cero, y después de invertir mucha energía, esfuerzo y tiempo (del que no dispongo, por lo que todavía es más valioso) no llego más que al uno o al dos. Y así una no se quita de pobre y en cambio llega a límites de agotamiento crónico, angustia y una terrible sensación de que arrastras un carro lleno de piedras.

Y no tengo más energía. Hace tiempo que he llegado a la reserva y ya estoy grimpando el motor.

Antes de que explote, he decidido hacer terapia: la terapia de mandarlo todo a tomar por el culo!

Y no sabéis la sonrisa que se me puso en cuanto me día cuenta que esta vez si, esta vez en lugar de dar vueltas y vueltas a mi malestar crónico como un ratón atrapado en un laberinto tomaba una decisión, firme y drástica.

Me voy al paro!

Al paro relativo, pero como si fuera paro.

Para empezar me doy de baja de autónomos, julio va a ser mi último mes después de 10 años cotizando y sólo este paso me aligera la mitad del peso. Porque pagar autónomos no es sólo pagar 260 € al mes.

Cuando pagas autónomos haces un pacto con la sociedad, en el que renuncias al estado paternalista y asumes la responsabilidad de tu vida profesional. Asumes que vas a carecer de unos derechos que para quien nunca los ha disfrutado se le antojan un auténtico lujo asiático. Vas a carecer de ellos porque apuestas por tí. Apuestas a que te vas a saber buscar la vida, a que vas a saber aprovechar y generar contactos, a negociar con tus clientes y proveedores, a ser mejor o venderte mejor o ambas cosas que tus competidores, a conseguir buenas financiaciones con los bancos, a aprender a administrar tu tiempo y la carga de trabajo que te auto asignes, a controlar tus emociones y a conciliar y separar los problemas que quieras o no se van a acostar contigo y tu vida familiar.
Si eres profesional liberal además tienes que ser bueno en tu área de conocimiento y estar siempre al día.


Apuestas a que no sólo lo sabrás hacer sino que la suerte también se pondrá de tu parte, y la coyuntura económica, y la salud.

Cada mes que pagas autónomos te reafirmas en esto, y es un voto con el que has de comulgar sí o sí, y asumir en silencio y con responsabilidad porque nadie te ha obligado.

Esa carga pesa infinitamente más que los 260€.

Para mí dejar de pagar autónomos y pasar a engrosar las filas del paro me parece un alivio.

Ya no puedo seguir en esta trinchera.

Asumir la derrota o la incapacidad (temporal o no, bastante tengo por hoy como para preocuparme del mañana) para llevar a término este gigantesco esfuerzo que implica levantar la persiana me ha aliviado inmensamente. Me he auto eximido de esta obligación auto impuesta.

Me voy a las listas del paro. A esperar pacientemente que alguien me encuentre, me ofrezca lo que necesito ahora (media jornada, poca presión, cero preocupaciones en cuanto acabe mi jornada laboral y salario y SS a fin de mes) y hacerlo lo mejor que esté en mi mano (sin extralimitarme en mis funciones, que me conozco). A que el estado se ocupe de mi paro, de mis enfermedades, mi pensión, que mis impuestos sean regulares y no tenga que financiar continuamente al Tesoro Público ni me sangren a impuestos absurdos y desproporcionados. A tener unos derechos que me amparen, que por violados que anden últimamente no dejan de serlo, frente a la absolutos indefensión del autónomo.

Me voy porque mi marido me lo puede regalar, porque puede hacer el papel que en la mayoría de casos, al menos durante un par de años hace el estado. Evidentemente no me va a pagar una prestación, o un sueldo que viene a ser lo mismo. Pero aportará como ya lleva tiempo haciendo mi parte contratante. Y yo a cambio dejaré de aportar nubes negras, angustias, dolores continuos de estómago, reglas endiabladas y llantos a media noche. Creo que es un buen negocio.

Me voy y mientras no aparece el trabajo ideal cuidaré de mi casita rural a distancia, que es nuestra y puede dar y dará más de sí, y daré algunas clases si surge, siempre y cuando no tenga que darme de alta de nada al ser docencia.

Y voy a destinar mi energía a criar a mis hijas con templanza y alegría, a no ser el saco de nervios desbordado en el que me he convertido justo estos últimos años que coinciden con su existencia.

No es justo y no hay necesidad.

Así que todo lo otro.... A TOMAR POR EL CULO!

Adiós Coworking, adiós Living, adiós MOOCs, adiós UNAUS, hasta luego Internships, ya veremos Caminos, adiós ríos, adiós fontes, adiós regatos pequenos, adiós vista dos meus ollos, non sei cando nos veremos, ojalá nunca máis!!


Hola calma, hola simplicidad, hola cosas pequeñas, hola sonrisa, cuánto tiempo sin verte por aquí!!! Hola paro. No me asustas, me gustas! :-)














martes, 3 de junio de 2014

5 días al mes

5 días al mes, cada mes, todos los días, durante 40 años.

5 días reptando por la vida, aparentando (o intentándolo) normalidad.

5 días con el cuerpo destrozado, los intestinos en modo cólico permanente, el útero contrayéndose y convulsionando, la cabeza a punto de reventar, insomnio alternado con hipersomnolencia, diarrea con estreñimiento, flujos por doquier... Y fea. Muy fea.

La lágrima fácil, la pena sobre volando, la sonrisa huyó hasta nuevo aviso, la energía en el subsuelo a la altura del yacimiento petrolífero más profundo y el hastío instalado en el entrecejo fruncido.

Enpastillada hasta arriba: iboprufeno, buscapina con nolotil, el aceite de onagra, el antiácido, infusiones mil a todas horas.....cómo no me va a doler la barriga? Pero es q ya no sé quien es huevo y quien gallina!

Y te sabes plasta, te sabes digna de huir de tí...cada vez la misma monserga, cada vez la misma alma en pena... Como un puto ciclo, como del que estoy hablando...con un precio demasiado alto... Demasiados días, demasiadas veces, todas las veces.

Cómo ha podido evolucionar así la naturaleza? Qué error más grande! cuantas mujeres sufrimos tantas veces y tan en silencio y tan cada puto mes la misma tortura? Porqué no sigue evolucionando la especie humana? Porqué no se subsana esto y de paso los dolores que acarrea parir de pie? Quiero decir con dos patas, bípedos vaya!

No lo entiendo...me enfurece y entristece tanta ineficiencia por parte de la evolución. Y no hay hoja de reclamación.

A la industria médica ni la nombro...si fueran hombres los que llevan sufriendo esto CADA mes desde que casi tienen uso de razón se habría avanzado mucho....cuantos años han de pasar para que los directivos de farmacéuticas y hospitales sean directivas y decidan apostar decididamente por eso!

Y las mujeres dejemos de tomárnoslo como un mal menor por el que hay que pasar y punto, con complicidad femenina, con miradas de ánimo, pero sabiendo que lo pasas sola, disimulando y en silencio porque es un coñazo andar con alguien que se arrastra por las cunetas del día.

Tíos (y mujeres q tengan la santa suerte de q no les ocurra, q haberlas haylas): esto es como el día de la marmota del día con la peor resaca q recuerdes, la que te dejó destrozado todo órgano q dentro de ti pueda haber, de humor pésimo y moral por los suelos. Lo único que deseabas era meterte en la cama, a oscuras, buscar la posición que menos te doliera, tomarte algo que te obligara a dormirte y pasarlo lo más rápido e inconscientemente posible.

Recuerdas alguna resaca o cólico nefrítico o gases mal puestos tal que así?
Muy bien. Ahora repítelo no un día sino 5, 5 días seguidos al mes, cada mes, seguidos, durante 40 años.

Y hazlo despertándote como cada día, lleva a las niñas al cole, vete a currar, ten reuniones, come lo que tu sistema digestivo patas arriba te permita, juega con las niñas, haz la cena y reza para q esta noche sea la de la hipersomnolencia y no la del insomnio, o la que el dolor te despierta a las 3 y a las 6 reclamando su dosis de buscapina con nolotil.

Y agradece que tu compañero sea comprensivo aunque en realidad nunca vaya a entender cómo te sientes, y la erosión del ciclo haga mella en el efecto compasión, pero que aún así te deje "escaquearte" de tus funciones y te tolere tu malhumor.

Es difícil mantener la empatía con dolores ajenos desconocidos y recurrentes, y esa es la guinda, que como lo sabemos, y lo entendemos, los disimulamos (o los minimizamos). Como hicieron nuestras abuelas y nuestras madres, por no aburrir ni generar fastidio y hastío a nuestro alrededor.

Ya sé que no se me pasa el dolor contándolo, pero el derecho a la pataleta no deja de ser terapéutico...no?





miércoles, 14 de mayo de 2014

Pan de hoy para mañana

Hay veces q defallezco
Caigo en caída libre
caigo pasto de mi miedo

Hay dias, cúmulos de otros,
En los q mi huída hacia adelante
Es cada vez más desbocada
Cada vez más desnortada

Y al final del camino un erial
En el que sin estrella polar
Sin rastros q seguir
Sin fieras de las q huir...
Me siento a llorar...

Dónde era que iba?
Y de dónde era que venía?
El frenesí no me deja ver
Ni bosque ni árbol
Ni sonrisas a mi alrededor

Temiendo por el mañana
Malvivo el día de hoy
Pan de hoy para mañana
Absurdo vivir!

Para y escucha.
Escucha el agua del mar lamiendo la arena de la playa
Escucha el viento del páramo moviendo las hojas de los álamos
Escucha la risa de tus niñas regalándote abrazos y cosquillas

Escucha la vida, hazle un lugar en tu día, regálate un ratito de felicidad.

Para y respira hondo
Reduce la marcha.
Sonríete.

E pensa q de fame, non vamos morrer!

Dónde están mis amigos

El título no es una pregunta, como la de Extremoduro, es una afirmación retórica, y le falta la segunda parte, pero como me mola la canción le hago este pequeño homenaje.

La segunda parte de la frase no es en Carabanchel, ni toda la retahíla de cárceles españolas, sino yo. Están dónde esté yo, o mejor todavía, al revés. Estoy donde estén ellos.

Los amigos se llevan a cuestas, y en lugar de pesarte te hacen más liviano el camino. Por varios motivos resulta que tengo amigos dispersos por ahí, lejos geográficamente, pero cerca, muy cerca, en cariño.

Los amigos son capaces de hacerte una ciudad áspera amable, porqué es dónde ellos viven y dónde quizás hasta habéis compartido momentos deliciosos, o simplemente puede que hayáis compartido aburrimiento, que siempre se sobrelleva mejor acompañado. Pero esas calles ya no te son ajenas, vacías. Esa ciudad, ese barrio, ya te atrapa, ya es tuyo, y ya no es tan feo.

Del mismo modo que la amistad tiñe de pocos kilómetros que son muchos, también enmascara escenários de grises a rosas, y vidas que te pueden parecer anodinas a llenas de intensidad, o como mínimo con ciertos intereses interesantes.

De este modo en un pequeño periplo peninsular visitando amigos y familiares, he pasado de mi crítica fácil a flor de piel al modelo de vivienda suburbial de urbanización de anuncio "si me compro un pareado aquí seré feliz" a pensar que ciertamente otra cosa quizás no, pero paz y silencio si te dá, y quizás, al fín y al cabo tampoco sea tan terrible.

He pasado de considerar una ciudad que recordaba con cariño (pero que me va quedando cada vez más lejos) como fea, gris y anodina para luego ir recuperando su pulso vital a cada viejo amigo que veía en carne y hueso, a cada  café, a cada chato de vino, a cada corto de cerveza, hasta irme de ella a los poco días con pena, volviendo a ver sólo lo bueno, con esa habilidad maravillosa tan humana de vista selectiva que nos permite sobrevivir obviando lo malo y resaltando lo bueno.

A parte de tus amigos en sí mismos también tienes sus formas de vida, de las que aprendes o como mínimo te sacuden la consciencia. Tu vida la vives a tu manera y te crees que es universal, que todos vivimos igual. Y cuando te alojas en casa ajenas vives por unas horas su ritmo, su atmósfera, su día a día. Y de pronto entiendes que no, que no es universal.

Que puede que tu vida no sea el producto de una elección a la carta: vida de ejecutivo, vida de ama de casa, vida de ocioso... No la has escogido así tan fácilmente, pero lo cierto es que nadie te ha puesto una pistola en la sien para que estés haciendo lo que haces del modo que lo haces.

Pero entonces... Tus disconformidades con tu vida y en cómo la vives las has de buscar en tí mismo, ay amigo, y eso es lo jodido! Porque eres el único puto (con perdón) responsable de tu estrés, de tu frenesí, de tus angústias y de tu modo de vivir no acorde con tus gustos. No puedes culpar al mundo, ni siquiera a tu jefe.

¿Por que uno sale a navegar día si día también cada tarde? Porqué ha ido tomando una serie de decisiones que así se lo permiten.

¿Por que otra tiene tiempo para hacer pasteles, cup cakes y delicias várias aún trabajando y con hijas? Por lo mismo.

Este viaje me ha reafirmado en dos cosas.

Que los amigos son vitales, y a los que están lejos hay que mimarlos especialmente a distancia para reencontrar el regalo de su cariño cuando los vuelves a ver, mal que tenga que pasar mucho tiempo entre una y otra vez.

Que uno tiene la vida que se merece y que si la quiere mejorar en el aspecto que sea ha de esforzarse mucho para cambiarla, porque nadie dijo que iba a ser fácil!

Ha de ser sabio para detectar lo que le resulta tóxico y eliminarlo de su vida, fuerte para introducir o eliminar hábitos sabiendo lo difícil que es eso, y agradecido para reconocer para dentro y para fuera lo que le alimenta y le hace feliz.

Yo creo que ya voy siendo algo sabía y algo agradecida, me falta más sabiduría para saber cómo atacar mis vicios (que los conozco) y fortaleza para combatir mis malos hábitos (que los reconozco) que viene siendo uno, a saber, meterme en jardín tras jardín profesional por no decir en cuantos más simultáneos mejor! Si al menos me dieran dinero o no me generarán estrés ni interfirieran en mi vida personal que ya ni límite tengo (ni he tenido)!

Pero soy tan estúpida que no sé decir que no a nada por variopinto y extravagante que sea ni a no vivirlo con intensidad devastadora y ni mi cuerpo ni mi cabeza ni mi tiempo pueden con todo.


Con lo tranquila que he visto con mis propios ojos que se puede vivir!!!

QUIERO HACER CUPCAKES Y SALIR A NAVEGAR!!! Y quiero ser rica.




















viernes, 11 de abril de 2014

Viviendo de sobresueldos

Hay que ver lo cegatos que somos unos con nuestras propias vidas y actitudes!

Han tenido que pasar estos últimos cuatro años, con sus 48 meses, como toda una vida (la de Laura), y cuanta medida del tiempo que lo haga más o menos largo o corto (que es lo que tiene el tiempo), para darme cuenta de lo óbvio!

A saber, que hay una clara desconexión entre lo que sigo creyendo que soy y lo que soy, profesionalmente hablando.

A saber, que cuando me preguntan sigo diciendo no sólo que soy ingeniera (que eso mal que bien lo seguiré siendo toda la vida) sino que ejerzo de tal, o al menos lo intento.

Cuando la realidad es que en cuatro años he redactado un estudio de viabilidad y un proyecto.

Y en la misma semana (a saber, ésta) han caído dos presupuestos que me pidieron a su vez la misma semana de hace cuatro meses (si, en ingeniería/consultoría se manejan estos plazos que arruinan la tesorería de cualquiera :-( ) y que me habían devuelto cierta ilusión de que el agua volvía a sus cauces.

No sólo han caído éstos, sino que ha vuelto en forma de marrón un (el) proyecto de hace dos años (si vuelven es en forma de marrón indefectiblemente, otra lección de introducción a la ingeniería).

A lo que voy, que me disperso! Que estoy viviendo de sobresueldos que me he ido inventando para salir del paso, pero con la paradoja de que les sigo llamando sobresueldos a lo que en realidad es el sueldo, y lo que debería ser sueldo no sólo es vacío sino agujero negro en el que entierro horas inertes de presupuestos, de intentos y de absorción de marrones pasados que se ejecutan ahora sin ver un solo €!

Para que el vacío monetario no arrastrase al existencial profesional me he ido dedicando durante todo este tiempo a explicarle a quien a tenido a bien escucharme (o al menos oírme) que yo en realidad hago proyectos, sólo que no tengo clientes que me los contraten.

Siempre que lo digo pienso que si hablara en inglés sería muy adecuada la expresión "I used to work as engineer" o "I used to draft projets". Como habló en romances otros varios digo cursiladas como "solía hacer proyectos".

Visto así bien pudiera parecer que lo tuviera asumido. Pero no es cierto. Basta con analizar que alguien que se defina profesionalmente en pasado y en negativo está teniendo un problema!

Luego añado la coletilla de que hago cositas para ir tirando mientras no vuelven las cosas tal y como las conocí y entre las que me crié profesionalmente hablando. A saber: ayuntamientos y demás administraciones públicas que contratan estudios y proyectos.

Ya va siendo hora que dignifique y les de el lugar que se merecen a estas cositas, actividades varias con contraprestación económica.

Algo habrá hurgando en mi interior de orgullos casposos y vanidosos, y de la sensación de que se ha invertido mucho en mí para hacerme una profesional de provecho (=ingeniera), y en cambio aquí ando, como quien dice en el McDonald's.

Pero no es cierto. No estoy en el McDonald's. Sigo -nunca lo he dejado de hacer- generando actividad a mi alrededor, y casualmente con lo que siempre he flirteado: docencia, turismo y emprendeduría.

Al final, el €/marrón de ingeniería/consultoría sale demasiado barato, o caro, según se mire, y me merezco vivir mejor! Llevo diez años en este IAE y ocho ejerciendo como tal. Si la ingeniería siempre fue una actividad de volumen (lo de valor añadido o calidad es pura patraña, desengañémonos) cuando cae el volumen sólo queda la esencia, que es marrón mal pagado tras marrón mal pagado, sólo que más espaciados y sin retribución económica. Esto no hay costura que aguante, y mantenerlo roza el masoquismo!


Hoy mismo llamo al gestor para que me cambie la etiqueta y añada (¿substituya?) a la de turismo, la gente de vacaciones es infinitamente más amable que los contratistas y los clientes lo toman o lo dejan, no te sacan la sangre y el sudor con sanguijuelas a cambio de 4 duros!

Así que me presento: me llamo Maria y me dedico a varias cosas a la vez: a recibir turistas en los alojamientos que gestiono, a escribir posts/guías de Barcelona y Galicia que es lo que siempre me ha gustado, a gestionar el Coworking, a dar alguna charla de emprendedores cuando me la piden y mantengo mi amor por la cartografía y la docencia con las clases on line que con suerte parece que se repiten para el año que viene!

Y a la ingeniería que le den por saco!!! Yeah!

martes, 1 de abril de 2014

¡Antes muerta que sencilla!

Dentro de la reconstrucción maternal, te lo dicen siempre: arréglate,  no te descuides, no te abandones, ponte guapa! Manuales, amigas, madres, matronas...y claro, una que es dócil por naturaleza está dispuesta a hacerles caso....

Pasa que cuando una además de dócil es un tanto descuidada con su aspecto físico no sabe muy bien a que atenerse con lo de cuidarse!

Peluquería? Si el flequillo me lo corto yo, que no se me da mal y ahorro un montón!
Depilarse a la cera? Ah! Si... Recuerdo vagamente esa sensación de pasta tibia en la espinilla...Era eso, no?
Masajes? No gracias, por suerte no he tenido ninguna lesión grave :-) ah que pueden ser así por placer? Uy no! Yo es que en el fondo soy muy luterana!

Ir de tiendas? Mmmm... Ir de tiendas sin tiempo ni dinero es complicado... No digo que no me guste, sólo que robar me da acidez.

Total, que no, que no me he cuidado nada! Que cuando intenté ir a la piscina a practicar algún tipo de movimiento extra al de darle intensamente al teclado del ordenador y al de carreteo de niñas me salió rana y me acabé dando de baja (por falta de tiempo y de dinero... hay que ver la de cosas que se deben poder hacer con tiempo y dinero, oyes! En un sólo párrafo ya me han salido dos!...).

Lo de correr es un drama porqué, si, aún se me escapa el pipí y no, aún no he ido al fisioterapeuta a hacer ejercicios de suelo pélvico ni abdominales hipopresivas, si con sólo decirlo ya me agoto! (Pero esta tarde voy, lo juro!)


Hasta que a la maternidad (= 2kg por niño, no?), la crianza (=ojeras), la pobreza energética y de la normal sólo que ahora la otra está más de moda (= + ojeras), la lucha incesante pero infructuosa por generar ingresos como free lance (= arruga surcada a machete en el entrecejo), horas seguidas de postura 4 de ordenador (= joroba).... no se le ha unido un enemigo con el que no contaba por aquello de que creemos en la eterna juventud (en la propia): LAS CANAS!

Entonces he reaccionado y he visto el cuadro preocupante... Y me he dicho: Marieta, Marieta, que no tens 15 anys, guapeta! Que si vols ser una miqueta mona t' hauràs d'espabilar i posar de la teva part!,

Aún así no sabía muy bien lo que tenía que hacer... En mi casa las mujeres sin ser descuidadas són austeras y nunca me he sabido los nombres de las cosas: rímmel, sombra, base de maquillaje, para dar brillo, para quitar brillo, mascarillas de cara y de pelo, tónico facial, leche limpiadora.... Un mundo por conocer! Al qué me da auténtico pánico reconocer ante una de esas señoritas tan avezadas en estos menesteres de cualquier tienda de cosméticos. Que le digo, tengo 36 años y en mi vida he entrado en un sítio así? Dame algo que me arregle (y barato?)

Finalmente la inspiración, el empujoncito, me lo dio sin saberlo mi cuñada, azafata de vuelo de Iberia para más inri. Más que ella su baño... Más que su baño el contenido de su baño. A mi ducha de 5 minutos de rigor y manta (toalla en este caso) en esta ocasión me dediqué a investigar (y probar... Però poquet, eh, Célia? ;-)) cuanto potecito hubiera por ahí!

Descubrí que al pelo se le puede poner vinagre (aha! Por eso le brilla tanto!,), que a la cara se le puede poner un toque de color, que además de vinagre al pelo también se le pone queratina, que las ojeras se pueden disimular! E infinidad de argucias varias para mejorar lo presente.

Quedé muy guapa, tanto que cuando bajé no me reconocieron! Jiji!

A la vuelta a Barcelona las ruedas de mi bici me llevaron entre reunión y notario a mi pelu que hacía 1 año y medio que no pisaba y me gasté en mechas tapacanas parte de la póliza que iba a firmar en el nombrado notario. Así vamos!

No contenta con eso, al primer vuelo siguiente a Bilbao que tuve que coger, me dirigí directa al duty free de la T1 y aprovechando la displicencia que te da llevar una semana sin dormir por la tos y los mocos y la autoridad de no tener prácticamente voz y ser la versión femenina de Corleone le dije sin más florituras: dame algo barato que me quite la cara de cadáver, por favor.

Así, sin paños calientes. Y me dio una cosa maravillosa milagrosa que efectivamente, por 15€ pareces Heidi!

No diré la marca porque paso de convertirme en una fashion blogger con 15.000 followers y porque la marca en cuestión usa todos los animales del zoo para sus pruebas (incluyendo a Bambi) y mete parabéns a tutiplén y yo no traicionaré por escrito mis ideales ecologistas ;-)

A esto le siguió una incursión en el mundo deliplús (por suerte mi cuñada es respetuosa con la pobreza energética) en la que me he hecho (con la otra parte de mi póliza) con mi arsenal particular de belleza a la carta!

Aprovechando los 10 minutos de espera que tenía en el taller de bicis (algún simpático me chafó la rueda trasera estando atada) en lugar de tomarme el café de 1€ que me proponía hacer entré en el outlet de Mango y estuve 1 hora y me gasté 100 €, a mi es que me va es sistema decimal.

Salí eufórica a pesar de dejar mi póliza profesional cada vez más mermada, pero oye, ahora parezco un ángel, y las cosas de trabajo por fín van lentamente pero de manera constante mejorando! Aparecen nuevos presupuestos que hacer, y proyectos nuevos con buena acogida inicial, hay satisfacción por el trabajo hecho, hay expectativas razonables y pooooco a poco se van monetizando, y al fin y al cabo la póliza que firmé era por menor cuantía que la anterior!

Y mis hijas y mi marido me dicen: maaaaaamiiiiiii! Qué guaaaapaaaa!

Y yo encantada de la vida! Si lo llego a saber antes me gastaba íntegra mi póliza anterior como bienes de inversión material!!


domingo, 2 de marzo de 2014

El olor de la nieve

Hemos ido a la nieve.

Con varias artimañas que no detallaré hemos conseguido practicar un deporte de ricos siendo pobres!

Como somos pobres pero gozamos de una libertad que para mi la quisiera de no tenerla hemos importado de Francia esta sana costumbre de hacer una Semana Blanca. Así, a la brava!

Aprovechando que las niñas son pequeñas y la ausencia de máquina fichadora de nada, que mis suegros alquilan chalet en el Pirineo francés durante una semana con unos amigos desde tiempos inmemoriales y que sobraba una habitación, para allá nos hemos ido.

Dado lo obscenamente caro que resulta este deporte, contábamos con hacer trineos, raquetas, esqui de fondo, muñecos de nieve etc, todas ellas muy nobles y bellas actividades, pero finalmente nos ha sonreido la fortuna y también
hemos podido iniciar a las niñas (especialmente a la mayor, con 5) en esto del esquí alpino, y disfrutar nosotros también.

Como todo últimamente hacía muuuuucho que no esquiaba. Esquié mucho de niña, de adolescente y algo de joven, menos porque entonces me lo tenía que pagar yo y no andaba boyante que digamos.. como ahora vamos!

Así que la mayor parte de vivencias con el esquí las he tenido de niña. Y al ver a mi hija enfrentándose alborozada con sus primeros telearrastres, sus primeras telesillas y sus primeras bajadas me venían recuerdos en forma de sensaciones a oleadas, tan frescas como la nieve que pisaba, como si no hubieran pasado 30 años!

Y me di cuenta de que los deportes en los que te ves solo ante las circunstáncias, casi siempre gratificantes, pero también a menudo adversas, realmente curten mucho y te refuerzan el carácter.

Recuerdo con el mismo soplo al corazón que entonces cómo habían telearrastres que tiraban tanto que aún con todas tus fuerzas y tus 30 kg no lograbas mantenerte en contacto con el suelo y salias volando luchando por no perder el control. Y lo orgullosa que te sentías cuando conseguías volver a pisar nieve indemne, y contarlo al llegar arriba!

Recuerdo cuando no lo conseguías y te caías del arrastre, rodeada de altos abetos oscuros y silenciosos, con nieve virgen alrededor y sin saber muy bien que hacer, si esperar a que alguien bajara a por tí o lanzarte a la brava en busca de la pista perdida.

Recuerdo tremendas ventiscas con la nieve como agujas perforando la cara, los pies helados y las manos paralizadas del frio, el cuerpo encogido, las manos cubriendo el rostro, meciéndote en el silencio silbante de la ventisca en una silla inoportunamente parada por largos minutos en tan hostiles condiciones.

Recuerdo pistas heladas en los que no había cantos qu
e se clavasen, empinadas como acantilados, minadas de "bumps" y piernas agotadas que ya no respondían orden alguna.

Recuerdo monitores hablandome en francés, sin entenderlos ni jota y asintiendo a la vez con la cabeza, que si que si, cuando era que no que no, no me entero de nada y todos los del cursillo se van a reir de mi.

Todo esto que lo sufrí lo recuerdo en bueno, como recuerdan, los que la hicieron, las batallitas de la mili.




Supongo que lo recuerdo en positivo porque viene reforzado por cientos de flashes que me hacen esbozar un amago de sonrisa involuntariamente.....

Una naranja que sabe a gloria comida al sol de cualquier piedra en la Molina con amigas, ya en 8º yendo solas a esquiar un domingo con la UEC después de unas estupendas bajadas y muchas risas...


 


La adrenalina supurando por los poros en las últimas bajadas a toda castaña cerrando pistas como si fuera el útlimo día de esquí de nuestras vidas tras un día sin parar de esquiar con los chicos del CEC.

Los primeros saltos un poco dignos que te ponían el estómago en la boca, los primeros chuss a velocidades ya peligrosas, el placer de una bajada hecha a la perfección con una nieve perfecta, un sol perfecto y unas piernas perfectamente flexionadas en un
estado de forma perfecto...

Las tremendas óstias que me he ido pegando, o se han pegado a mi alrededor, la pata rota de mi primo, la triple voltereta que dí en un chuss mal calculado, el cabezazo de mi hermana contra el hierro de una silla al bajar y la espectacular bajada acompañándola en la camilla llevada por los camilleros, o mi propia bajada en camilla, que no recuerdo porque perdí el conocimiento de un golpe que nunca llegué a retener porque se me borró casi una hora de memoria de antes del tortazo, commoción cerebral, dijeron (y rotura de gafas), y así me quedé! :-(

El olor del cuerpo después de esquiar, el olor de la nieve, una mezcla de sudor fresco con frío y crema solar, de naranja, con la cara ardiendo, el pelo despeinado con la forma de gorro de lana o de cinta de gafas de ventisca.

El placer de los pies quitándose las botas de esquiar (malditas sean)...

El cansancio infinito en todo el cuerpo, que queda derrengado y dispuesto a un sueño reparador donde sea, en los incómodos asientos del autocar de vuelta, en el coche, o en la cama tras un baño caliente caliente caliente para sacarse de encima el frío pasado.

Así, desgranando recuerdos y reviviendo los primeros pasos en la mirada vibrante de mi hija me doy cuenta de lo mucho que me ha dado el esquí, y quien dice el esquí dice la montaña, o dice cualquier deporte, pero especialmente si son al aire libre, y en plena naturaleza.

Ojalá les gusten tanto como a mi, y les aporten tanto como me han aportado. No sé si les hará mejores personas, pero desde luego más vividas y más felices!


martes, 11 de febrero de 2014

Yo, me, mi, conmigo...y otra vez yo, yo y mi bici

He vuelto a ir en bici.

Hacía unos 15 años que no iba en bici. Como modo de desplazamiento, me refiero, no de paseo con las niñas o por el monte. Ultimamente, ignoro por qué, parece que mucho de lo que ocurría hace 15 años me está pasando por las narices esperando que lo retoma donde lo dejé. 

Es una sensación extraña y no sé muy bién cómo afrontarlo, si tiene alguna lectura, si es cosa de meigas, o si es que de algún modo he vuelto de un largo viaje (que lo ha sido geográficamente), en el que sin dejar de ser yo, he sido otra.

Varias cosas han ido pasando que me devuelve a mis tempranos 20 en un relativamente corto plazo de tiempo (sobretodo tomando los quince años entre medio que me han reconectado con esa yo).

Mi madre llevaba lustros diciéndome que vaciara mi (su) habitación de mi (su) casa. Empecé por las cajas más voluminosas y al llegar a mi (pseudomi) casa las abrí. Eran mis diarios...desde los 10 años hasta los 22. Los más intensos desde luego fueron los últimos, una perla tras otra salía de sus páginas...páginas vividas, como aquella antigua colección.
 
Esos años de carrera en los que me reafirmé tal y como iba apuntando en la adolescencia. Por fin la independencia (aunque no económica), la autonomía, un mundo nuevo sólo mío y de quien yo escogiera, fuera de casa, con la tan ansiada libertad. 

Tantos amigos, tantas experiencias, tantos aprendizaje, tantos bailes, tantos amoríos y amores, tantos exámenes que parecían inaprobables y tantas horas de estudio, finalmente fructuosas aunque con el miedo semi instalado a ratos de que no lo llegaran a ser nunca y no lograra acabar la carrera.

 En todo aquel tiempo me movía con una ligereza, una libertad de movimientos y una autenticidad y frescor que nunca volví a tener.

La bici y la confianza en ti misma te da eso, te da plena capacidad de decisión en todo momento. Ahora vas por la calzada, ahora por la acera, ahora a pie charlando con un amigo ahora a pedales a toda castaña.



Por fría que sea la mañana los guantes acaban sobrando y las mejillas tiñéndose de rojo, el cabello alborotado al aire, los pulmones a pleno rendimiento y el corazón totalmente despierto y alborozado. 

La bici tiene escala y velocidad humana, y no pierdes nunca la pertenencia a la parte viva de la ciudad, su gente, sus tiendas, su ritmo. 

La moto o el coche te aparta radicalmente de ella y te circunscribe a la calzada, donde entras en competición con los otros o contigo mismo o con el semáforo o con quien sea pero en competición. La moto tiene la válvula de adrenalina en la misma maneta con la que das gas.

Desde que cogí la bici no he vuelto a la moto. 

Y de algún modo ha sido una decisión que ha ido mucho más allá que en qué me muevo. 

No es sólo en qué, también es cómo.

Me he reencontrado con mi pasado, con mis anhelos y mis gentes que me acompañaron en mi eclosión.

Luego la vida cambió radicalmente y a un cambio le sobrevino otro, nuevas tierras, nuevas gentes, nuevos retos, la maternidad, y más cambios de vuelta, descolocándome y sin encontrar mi lugar, hasta medio olvidarme de esa Maria exultante de energía, con el triumfo metido entre los plieges de la sonrisa, brillando desde dentro de las pupilas. 

El triumfo de ser simplemente feliz. Siempre con una broma en los labios, siempre con ganas de todo, conociendo a todo el mundo y quedándome siempre con lo mejor de cada uno.

Miro atrás y veo la fuente de la que he ido bebiendo el resto del tiempo, pero cada vez más cansada y sin regenerar la energía genuína que me acompañó durante esa etapa.

Por lo que sea ahora han vuelto los diarios, ha vuelto incluso gente de entonces sin decirles yo nada, o simplemente han estado ahi y yo no los veía.

Han vuelto en forma de casualidades enlazadas, como cuentas de un collar. Ha vuelto la bici y voy volviendo yo. A reencontrar mi sitio.

García Márquez consideraba que la velocidad máxima a la que podía viajar su alma era aproximadamente la del paso de un burro, así que tardaba días en volver a encontrarse con ella después de un viaje en avión.
Quien me lo iba a decir, que mi burro tardaría tanto en llegar!

.......Quizás la mía viaje en bici en lugar de en burro?