Mostrando entradas con la etiqueta aceptación. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta aceptación. Mostrar todas las entradas

jueves, 7 de enero de 2016

Collares de perlas y ostras de Ferrol

Ayer mi hija mayor no se podía dormir. Imagino que de cansancio, nervios por el viaje de vuelta a Barcelona y porque al llegar se encontraría a sus primas y la cabalgata y los reyes!!! Tanta emoción junta y dispar es difícil de gestionar, yo lo entiendo.

Así que me tumbé con ella como casi cada noche (alterna, una en cada cama, que si no hay furiosas disputas, hay que compartir a mamá!) y me metí acurrucada entre sus sábanas y su tebio cuerpo. La pequeña se duerme en un santiamén, pero a la mayor le cuesta, se resigna pero le cuesta. La cabeza le puede.

Las dos en cucharita nos quedamos un rato, mientras le acariciaba el pelo, pero el sueño no llegaba.

Así que le propuse jugar al juego de los ratos bonitos. Cada una tenía que recordar uno tu uno yo un momento bonito de los pasados estos últimos días en Ferrol, un rato que nos hubiera hecho felices y que al recordarlo y revivirlo volviera una sonrisa de esas que van por libre, que tienen vida propia, que aparecen sin pedir permiso, las verdaderas, las que iluminan.

Fuimos desgranando así cada ratito de felicidad, y pasamos un rato delicioso, más el sueño seguía sin venir, y me pidió un cuento. La mayoría de mis cuentos son inventados, sobre la marcha, según lo que haya pasado aquel día.

Me salió un cuento que me gustó tanto que quiero contarlo aquí...

"Había una vez una sirena muy presumida muy presumida, que siempre quería ser la más bonita de todas. Le encantaban los collares de perlas, porque la hacían muy bella, en su cuello tan largo y moreno. Así que andaba hurgando por las ostras, abriéndolas y molestándolas para ver si guardaban dentro una preciada perla nacarada. Cuando tenía las suficientes se hacía un precioso collar, pero nunca tenía suficientes, nunca se veía lo suficientemente guapa. 
Un día, las ostras, hartas y enfadadas del mal trato de la sirena presumida, se fueron a quejar a la Sirena Sabia. Y al poco, la Sirena Bella, que era como se llamaba, fue llamada para acudir junto a la Sirena Sabia.

- ¿Es cierto que les robas a las ostras sus perlas molestándolas?
- Errr...si, ellas no las quieren para nada! Las esconden a la vista de todos! Y son tan feas pobres!!
- ¿Y para qué las quieres?
- Para estar más bonita
- ¿Y estás realmente más bonita?
- mmmm... la verdad es que no mucho
 - vaya, ¿es que no conoces el secreto de la belleza verdadera?- A la Sirena Bella le chispearon los ojos ansiosa por conocer el secreto
- No....¿hay tal secreto? 
- Por supuesto!! como crees que podría ser yo tan bonita con tantos años y tantas arrugas que tengo!!- y era cierto, la Sirena Bella a menudo se lo había preguntado con cierta envidia
- y...¿yo podría conocerlo?
- Claro, por eso te he llamado. 

Verás, empezó a contar la Sirena Sabia, la verdadera belleza es la que irradía de nosotras cuando somos felices. Pero no siempre somos felices, la felicidad sólo dura a ratitos, pero son ratitos que podemos hacer durar y lamer como a un caramelo. 

Las ostras hacen perlas porque les ha entrado dentro de su concha un grano de arena, una piedrita, cualquier cosa que a la ostra le es incómoda y va creando una capa de nacar alrededor de ella para que le sea menos molesta, cada vez más grande, cada vez más perfecta y redonda, hasta llegar a esas perlas que tanto te gustan. 

Si con esos pequeños ratitos de felicidad haces lo mismo, los vas lamiendo con ternura, suave, despacito, te irá saliendo una sonrisa cada vez que lo hagas, será una sonrisa que te iluminará el rostro, los ojos cambiarán de color y si el ratito ha sido de felicidad verdadera nunca se gastará, al revés, como las perlas, cada vez será mayor tu sonrisa al recordarlo. 

Y así, hilvanando ratitos de felicidad nacarada en forma de sonrisa, que es el más bello de los adornos, te harás bella y radiante, y sin necesidad de robarle nada a nadie, solo estando dispuesta a ser feliz con todos.

Y ahora...a dormir soñando con esos ratitos de felicidad, esas perlas de ostras ferrolanas que su gente, su mar, su pan, su tortilla de patatas y hasta su lluvia repiqueteando en las tejas nos ha dejado. Bona nit....
  

viernes, 4 de diciembre de 2015

Un año de colores

No sabría decir si ha pasado lento o rápido, desde aquel poético y frío 22 de diciembre, como tampoco sabría decir por qué entonces dejé de escribir ni por qué ahora lo retomo sin siquiera saber de qué quiero escribir.

Lo retomo porque es casi una necesidad tangible, porque aunque deba escuchar más al corazón que a la razón y me sepa hiperanalítica hasta extremos poco saludables estoy hecha a la escritura y es mi humilde pero segura senda por la que me siento a gusto, en casa. Todo lo otro a veces parece una selva de zarzas y tojos, donde te metes para salir malherida. El camino de la escritura no es tortuoso, es como si llevaras un frontal en la noche y a cada paso se iluminara el que has de hacer después. Es como recuperarme un poco a mí misma, o lo que sé de mi misma, o dónde me siento segura.

Lo retomo para romper el hielo, para volver a las teclas sentidas.

Y aunque no tenga mucho que decir, o demasiado y no sepa por dónde empezar, aquí vuelvo a estar.

Para que el 2016 me pille en forma y dispuesta a enriquecerme escribiendo, sacándole punta a los lápices de la vida, a veces pretendidamente graciosa, a veces tan afilada que pinchan, pero siempre lápices de colores...aunque aquí, en la pantalla sea negro sobre blanco, o blanco sobre azul, si algo tengo claro es que todo es una gama de grises, o mejor, una paleta pantone....

Como les gusta preguntarme a mis hijas, desde que les confesé que no tenía color preferido fijo, que dependía del día, o incluso del momento dentro del día, y claro desde entonces se ha convertido en machacona pregunta de obligado cumplimiento...más fácil pero menos bonito hubiera sido dar por zanjado el tema con un rosa incuestionable!

-mamá, avui quin color t'agrada més?
- avui....el blau, però el blau fosc
- tens raó, jo avui també estic blau fosc...o lila millor.

Bienvenida sea la paleta si sirve para explicar emociones que a veces resultan demasiado matizadas y leves como para ponerles tremendas y rígidas etiquetas como "triste" o "serena" o "animosa" pudiendo decir "lila" o "verde" o "naranja" .

Si no fuera porque exige método y me cuesta un potosí sería maravilloso tener un calendario de colores, de modo que al acostarlas pensáramos de qué color había sido el día... quizás ha empezado naranja después de una noche de buen descanso y un buen día por delante, pero luego se ha teñido de rojo en un momento de enfado, para acabar siendo lila al caer la noche, tan pronto en esta época del año y decidir que finalmente el cómputo ha sido un día granate. Y entonces pintar el cuadradito de hoy de granate.

Si lo hubiera hecho podría concluir mejor qué tal ha ido el año echando un vistazo a mi paleta particular, pero conociéndome seguro que ha tenido todos los pantones posibles.

Hace un año tenía el propósito pre navideño de perder tres kg. Un año después, entre que la báscula no tiene pilas desde hace no se cuanto y que los tejanos me quedan flojos creo que es un tema cerrado. Me gusta mucho más que mi propósito sea hacer un calendario de colores cada una, y que por las noches, al acostarnos, nos lo preguntemos y lo pintemos...como un acto de reflexión, más que de reflexión, de aprender desde niñas a escuchar al corazón.





jueves, 11 de diciembre de 2014

De apegos buenos y malos

Ultimamente llevo escuchando que algo que yo tomaba por bueno, el apego, resulta que es malo, según las postulaciones de crecimiento personal del "aquí y ahora" y compañía.

De hecho... ¿Qué es el apego?

Según la wikipedia:

"El apego, concepto que debemos a la etología, se define como una vinculación afectiva intensa, duradera, de carácter singular, que se desarrolla y consolida entre dos personas, por medio de su interacción recíproca, y cuyo objetivo más inmediato es la búsqueda y mantenimiento de proximidad en momentos de amenaza ya que esto proporciona seguridad, consuelo y protección (...).
Desde el punto de vista emocional, el apego surge cuando se está seguro de que la otra persona estará ahí incondicionalmente, lo que facilita que aparezcan la empatía, la comunicación emocional y hasta el amor entre estas personas"

Yo ampliaría que también le podemos tener apego a cosas y a situaciones. Puede darnos seguridad hacer siempre el mismo recorrido al trabajo, nuestro rincón de lectura o la rutina matutina, incluso a cosas como tu coche, o tu peluche de cuando eras pequeña.

Parece que todos coinciden en que el apego en edades muy tempranas, desde recién nacidos hasta los tres, cuatro años, es bueno y necesario. Es una estrategia de la manada en la que se protege a la cría, que crece en un entorno seguro y en el que desarrolla el sentimiento de cohesión que en determinadas especies les ha funcionado evolutivamente  para hacer frente a agresiones externas. Los mamíferos en general, vaya.

Pero en personas a partir de cierta edad es (dicen) absolutamente nocivo, al contrario de lo que se nos ha venido vendiendo en forma de "...y comieron perdices" y de fomento de modelos  familiares "indestructibles" de largo plazo, desde la religión, la economía y la política.

Eso en occidente, claro. En oriente, que llevan mucho más tiempo que nosotros pensando en estos menesteres, parece que no están por la labor de la permanencia per se.

Aquí la búsqueda de la estabilidad emocional, continuidad, seguridad, protección, predictibilidad ... Etc es el camino marcado y el que seguimos convencidos de sus bondades, anhelando su consecución y envidiando a quien (aparentemente) lo ha conseguido.

Para luego llevarnos las manos a la cabeza cuando rompe una pareja amiga que nunca lo hubieras dicho, una hija adulto se autoexilia voluntariamente a 10.000 km mar mediante de unos padres aparentemente perfectos.... qué frágiles son las relaciones, qué rápido giran las tornas, qué radicalmente puede cambiarnos la vida en unos segundos, cuando alguien tira de la manta y deja la estructura podrida al descubierto, y vemos que lo único que en realidad nos hacía seguir era el apego al otro, la costumbre, la falsa creencia de la necesidad.

Y aún así, aún viéndolo a nuestro alrededor, seguimos generando todo tipo de mecanismos tácitos para evitar, minimizar y esconder bajo la alfombra de la rutina cualquier atisbo de cambio, porque los cambios no nos gustan. Nos hacen pensar. Nos duelen horrores. Ponen las cosas patas arriba y tenemos que repensarlo todo. Y no sabemos hacerlo, no nos han enseñado. Nos gusta creer que todo es para siempre.

Cuando en realidad, sólo hay una cosa permanente en la vida: el cambio.

Deberíamos acostumbrarnos a autoevaluar de manera fluída y contínua los motivos que nos empujan a hacer lo que hacemos.

¿Hoy, prefiero vivir con esta persona a mi lado en lugar de sola o otra?
¿Me gusta el trabajo que hago, y si es que sí, es por que me aporta o por que me es fácil?
De las personas a las que les dedico mi tiempo y energía, ¿hay alguna que en realidad me hastíe, y que siga viendo por momentos juntos que hayamos pasados o una antigua amistad? ¿Todas me aportan?

El apego hace que en nombre de glorias pasadas o rutinas actuales aparentemente confortables vendamos nuestro futuro y nuestra alma al diablo, que es el miedo. Miedo al cambio, a la evaluación, al diagnóstico y a la decisión. Miedo a quedarnos solos con nosotros mismos. Miedo a la libertad, que requiere ingentes cantidades de energía y valentía.

Los motivos para llegar a estos asuntos profundos de reflexión nunca vienen solos, siempre aparecen a la vez. O mejor dicho, siempre están ahí pero una los ve a la vez cuando está preparada para verlos, volvemos al maestro que aparece cuando el discípulo está listo, y esta vez el maestro ha sido una circunstancia personal próxima a mi, una conversación entre coworkers y un libro en la misma semana.

Las dos primeras daban vueltas al apego entre adultos como pareja.

Y el tercero, entre madres e hijos ya crecidos, y no es uno, sino en vários libros de la misma escritora (Rosemund Pilcher) porque es un tema recurrente en ella.

Quizás es por su propia madurez personal, o quizás es cultural por la metálica forma de ser británica, al fin y al cabo el desapego familiar es un rasgo muy anglosajón, y me atreviría a decir protestante. O al revés, el apego es un rasgo muy católico.

A través de sus novelas insiste en la necesidad de dar aire a los hijos cuando éstos llegan a la edad madura (18 años). En animarlos a irse fuera del nido, en no inmiscuirse en sus asuntos salvo en caso de ser requerida por ellos. En respetar su vida y sus decisiones como a cualquier otro adulto. Y lo dice desde la sabiduria de quien desea evitar hijos inmaduros, infantiles y apegados. Y con la fortaleza de quien sabe que el mejor antídoto a las relaciones familiares enfermizas y castradoras es dar distancia asumiendo que quizás ésta sea para siempre.

Miro a mi entorno y me llevo las manos a la cabeza.

Prácticamente todas mis amigas y desde luego me incluyo tenemos relaciones malsanas con sus padres (especialmente madres). Seguimos articulando planes en función de la familia sin que probablemente sea lo que en realidad deseamos. Seguimos con roles totalmente absurdos que sólo representamos en el hogar familiar, que ni nos corresponden ni nos definen, y que nos sacudimos de encima como si fuera un jersey de lana hecho por la abuela de los que pica rápidamente, ahora que no nos ven, al decir el último adiós.

Y volvemos a nosotros mismos sintíendonos avergonzados de nuestra cobardía de seguir aceptando jugar con las cartas de una baraja marcada que no hemos repartido nosotros, y nos vamos con un regusto amargo en la boca y el cuerpo acartonado.

Esa, creo, es la peor forma de apego, porque te inhabilita para la vida adulta y te obliga a repetir el mismo patrón por referencias con tu pareja y con tus hijos, repitiendo los mismos errores, que al final es uno. Estar tan lejos de ti mismo. Confiar tan poco en tus posibilidades sin ataduras. En no saber andar solo por la cuerda floja. Tu gente ha de ser tu red, para al caerte saberte amado. Pero tenemos que caminar solos, sin apoyos que nos vicien y nos hagan olvidar que podemos hacerlo solos.

Joder. Me ha salido un post de autoayuda. Horror! ;-)

Que me (auto)ayude al menos a integrar en mi mente, alma, o dónde se anclen estas verdades que sólo el cambio es permanente, que hay que saber en todo momento lo que preferimos, y que hay que educar para ello, sin caer en la fácil tentación de repetir patrones de apego del malo.

No, si esto va a ser como el colesterol! Hay apego del bueno y del malo ¿de cuál tienes tu?

sábado, 6 de diciembre de 2014

De electores y elegidos

Leo en el párrafo que antecede "El Balneario" (1.953) de la grande Carmen Martín Gaite en "Todos los cuentos" lo siguiente:

"Cuando un hombre, dormido e
inerte en la cama, sueña algo, ¿qué
es lo que más existe: él, como con-
ciencia que sueña, o su sueño?"

Miguel de Unamuno: Niebla (1.907)

El tema de los sueños en su enésima vuelta de tuerca, como el monólogo de Segismundo de Calderón de la Barca  (1.635) y su

".....que toda la vida es sueño
y los sueños sueños son"

o aún más atrás Shakespeare en 1.595 con "Sueño de una noche de verano"...

"Cuatro días pronto pasarán,
y cuatro noches en sueños se irán"

Gaite bebiendo de Unamuno, Unamuno de Calderón.

Niebla de Unamuno hermana de casi título y año con Ciudad de Niebla de Pío Baroja, esta última con su sorprendente (para mí) contemporaneidad, esperando una reliquia me encontré con algo "como recién escrito", por su ironía, por sus rápidos y ácidos diálogos, por lo aún hoy día inusual de ser una mujer inteligente e independiente la protagonista, siendo el autor un hombre.

Unamuno citado varias veces en "Bilbao Nueva York Bilbao" de Kirmen Uribe (2.008) como alguien de carne y hueso, real, amigo de los Arteta, una de las familias entrecruzadas protagonistas.

Las grandes obras (y las pequeñas, y las medianas) van saltando caprichosas por los años como ranas por nenúfares, sirviendo la fecha únicamente como contexto para entender mejor una época.

La escala temporal desaparece en el mundo paralelo de la literatura (¿de los sueños?) tejiendo una red de conexiones vigentes ajenas a su edad que, si tiramos de la madeja, iremos descubriendo, infinita, y cada vez cobrando todo más sentido.

La gran ventaja es que no perece, que la red es cada vez mas tupida, que a los clásicos se les unen las obras del siglo XX, las que se acaban de editar en el XXI, las que pronto florecerán explosivamente en soporte digital sin necesidad de filtros editoriales, contactos o favores....
¡Cuánto trabajo se nos viene encima!

Pero no hay que agobiarse, sería estúpido.

Hay tiempo para irse deleitando con el hilo de la madeja del que nos apetezca tirar.

Ahora me he ensimismado en mediados del siglo XX, y últimamente en mujeres (la citada Gaite, Rosemund Pilcher), y me asombro de cúanto han cambiado para nosotras (para bien) las cosas en relativamente muy poco tiempo (para lo que la humanidad viene siendo, claro).

Sé que mi brújula apunta ahora a la Matute, que ya le tengo ganas, y a la Wolf, que me mira retadora cada día desde la estantería del recibidor cuando dejo las llaves junto a ella.

Me espera, y estoy lista. Será la próxima en caer.

Y a veces me pregunto...
¿Por qué ahora si y ahora no?
¿A qué viene ahora este interés mío reciente por la posguerra y la miseria moral Barcelonesa de los años cuarenta retratada por Marsé, por Terenci Moix, por Goytisolo?
¿Y por qué de manera recurrente cada cierto tiempo el frenesí por autores ingleses?
¿Por qué salvo Paul Aster y Truman Capote no me han llamado (por el momento) autores norte americanos?
¿Qué fue de esa ola voraz de García Márquez y de rebote otros autores de su constelación, al que deboré y murió de éxito fagocitado?
¿Por qué miro el grueso lomo del Quijote haciendo prácticamente una reverencia cuando mis pupilas se pasean por él como conteniendo la respiración sin apenas rozarlo? ¿Cómo sé que no es aún su momento, ni lo ha sido desde hace veinte años?

Simplemente lo sé. Instintivamente.

¿No es SU momento, o no es MI momento?...

¿Quíen escoge a quíen?

No hay duda.

Ellos me escogen. El objeto escoge al humano. Los objetos nos llaman, como dice mi amado Millás.
El objeto no varía, es el humano que sintoniza o no con el objeto en ese momento.

El objeto es un libro, es un coworking, o un vestido.

Un vestido rojo escotado sólo te lo pondrás en determinado estado de ánimo y momento.
Todas las mujeres en todos los momentos que se pongan un vestido rojo escotado serán prácticamente la misma mujer.

Ya no me preocupa quíen entre por la puerta del coworking y tras verlo se quiera quedar. No me preocupa que encaje con la gente, con el espacio. Si se queda, es porqué el coworking llama, como Hamelin a los niños, a los que encajarán en él. No deciden ellos. Decide el coworking siendo cómo es.

Los libros están ahí, y cuántos más leas más querrás leer, simplemente deja que los propios autores, temas, épocas o estilos, lo que más te haya atrapado del último libro, te muestren los hilos a seguir para escoger el siguiente, formando un eslabón más de una cadena que a menudo se ramifica, se enzarza o vuelve a su zona de confort, cual casilla segura de salida, cuando las prospecciones no han cuajado.

Como reza un dicho oriental, el maestro aparece cuando el alumno está listo"

Poco a poco, libro a libro, en el calidescopio del universo irás atisbando un sentido, una mirada algo menos desorientada, y cada libro te rellenará un hueco vacío que tal vez (seguramente) ignoraras que tenías.

Y luego te cuentan la gran revolución humana que estamos viviendo con los móviles, internet, smart cities y demás cacharrería... Que sí que sí, pero de Calderón hasta hoy se inventó la pólvora, la electricidad y el coche, entre otras cosas, y los sueños, que yo sepa, sueños siguen siendo! En realidad, cincuenta, cien, doscientos años no son nada, las grandes pasiones, las eternas incógnitas y las pequeñas realidades son siempre las mismas... Por no hablar de Homero!

martes, 28 de octubre de 2014

La intensa vida de una mamá chacha (que no mamarracha)

Voy a contar un tópico. Y pensaréis buaaaa q aburrido, siempre con la misma monserga, que pesadas sois!

Pero es q es una verdad de las verdaderas. De las verdaderas de verdad! De la buena.

Ser madre-ama-de-casa es agotador. Es que no paras de trabajar!

Yo de por mi era perezosa, vaga, holgazana, me escaqueaba a la que podía, nunca me levantaba de la mesa para ayudar en cenas multitudinarias si no era ya de flagrante mala educación inexcusable.
En mi casa por aquello de yo ya pongo la casa y en ajenas por lo de yo es que no sé donde están las cosas. En definitiva. Que no pegaba ni sello en casa.

Y desde que soy madre, quien me viera oyes! Me han cambiado por otra! No me reconozco en los espejos en los que ya por no verme ni me miro!

Soy una máquina de trabajar.

Con lo profesional ni entro ni salgo, más o menos con la misma intensidad de siempre, que, todo hay que decirlo, es mucha! Porque que una puede ser vaga por sectores. Y a pencadas eficientes (y la mayor parte de las veces apasionadas) pocos me tosen.

Pero con lo doméstico.... Hoy ha sido uno de esos días cúspides de mi carrera doméstica. Me permitiréis retozarme en ello.

He empezado como siempre; ducha, despertar niñas, vestir niñas, desayunos, mochilas, cole. Como hoy las llevaba mi consorte señor marido (ya), he podido proceder a recoger cocina, baño, hacer camas, recoger juguetes, ordenar libros, poner una lavadora, sacar una secadora, doblar ropa, colocar ropa en sus armarios, preparar bolsa piscina, ir a trabajar.

Trabajar-trabajar-trabajar-trabajar-(si, la que estaba en el paro, ya dije que era un paro tácito)-trabajar-trabajar-trabajar.... Ups! Las 4! Corre corre

Moto a toda pastilla q llego tarde (¿¿nunca aprenderé a salir antes??)

Recoge niñas, no llevas merienda?

No, no llevo merienda, (a tanto no llego, no me explaiaré), ala! al paki a por unos donuts y unos cacaolats, y la integración de nuevos hábitos alimenticios con la que llevamos dos semana a base de pan de verdad que compro en un horno de los buenos a precio de titanio (el titanio es caro, no?) y de legumbres de verdad puestas en remojo ochocientas horas, y de arroz integral que no se cuece ni tras tres tristes horas... A la mierda! Dos donuts x niña, no uno no, DOS!

Vamos a la piscina corriendo que no llegamos. Agotadas tras una caminata (sube, baja, recto, sube, baja) de 15 minutos vertiendo cacaolat (obvio) por la camiseta llegamos.

Desviste niñas (y creía q ir a la piscina yo sola era complicado!, juas juas! Inocente...), pon bañadores, gorros, chanclas. Ya, al agua patos.

Y yo? ¿Me doy un merecido descanso y me tomo un café y me leo algo q creo que se llama periódico? Nooooo!

Decidí sabiamente en su día que lo mejor era apuntarme yo al gimnasio esa hora, yendo x c.....s con las niñas era la única manera de asegurarme que iría, tras varios infructuosos intentos de hacer deporte. Así que durante 45 minutos a la semana un señor me maltrata sometiéndome a las tan temidas máquinas cual sala de torturas.

Salgo exhausta pitando cuando veo q salen de la piscina. Ahora ya somos tres a duchar y a vestir y a secar el pelo. Que bonito...

Una hora después salimos dispuesta a pegarme otra caminata hasta a casa, y encima ya tan de noche!

Hoy por un designio divino ha venido el padre de las criaturas a por nosotras en ese artefacto con 4 ruedas q hay q reconocer que a veces es maravilloso.

Llegamos a casa, muerta de hambre me dispongo a hacer un risotto de bolets (si, quien me mandaba).

Media hora larga después, con las niñas en pijama y la lavadora puesta con las cosas de la piscina, nos dan ambas la cena; que no les gusta el risotto, con lo bueno que me ha salido, oyes. Al final se lo han comido las dos.

Pasa que después de recoger la cocina, sacar secadora, doblar otra vez toallas, contar un cuento y que se durmieran, la pequeña de tanto toser lo ha echado todo por la borda. Cambia sábanas, pijama, albornoz, muñecos, todo al cubo de la ropa sucia.

Pena de rissotto de bolets.

Limpia con agua caliente y jabón el cosi en el que ha acabado de darlo todo, pasa el mocho por el suelo, dale de cenar al perro que protesta, recoge las bolitas de pienso que se han caído, vuélvete a lavar las manos por quinta vez en 20 minutos.

Ya se ha acabado la lavadora, pon la secadora y lava ya las sábanas y el muñeco afectado que huele que alimenta. Vuélvete a lavar las manos.

Son las diez.

Luego la fisio de suelo pélvico me preguntará porqué no hago lo que me dice y practico ejercicios de Kegel media hora cada noche y lo del etíope en plena hambruna que se llama ejercicios hipopresivos.

Señora. No puedo con mi alma!

Y con los dos platos de rissotto q me he comido no puedo hacer el etíope!

Si yo no era así!!! Devuélvanme a mi Maria!!! Era mucho más cómodo! Vas a comparar!!

Aunque bien mirado...creo que debería sentirme más orgullosa de ésta que de aquella....al fin y al cabo, ahora ayudo todo el rato y no hago casi nada para mi. No es que ayude, es que sin mi (y el 50% correspondiente a mi esposo) nada de esto tiraría adelante.

Y creo q lo de ser madre va por ahi.

Me refiero a anteponer a la família a hacer lo que te rota en cada momento.

Porqué lo de hacer de chacha digo yo que te lo ahorras si eres rica y tienes interna, no? Es una opción interesante, miraré mi cuenta corriente a ver si me ha salpicado por casualidad una de estas tramas de sobrecitos!

Au, bona nit, a descansar, yo desde luego caeré frita frita !

miércoles, 20 de agosto de 2014

De suspiros y genes...

Suspiros de cansancio, suspiros de desesperación, suspiros de frustración por no saber hacerlo todo mejor, suspiros de alivio, suspiros de ternura, suspiros de amor... Todos ellos, todos, sin excepción, suspiros de amor!

6 años han pasado desde aquel 19 de agosto, tras tres días con sus tres largas noches, cortadas a intervalos de quince minutos por contracciones que me hacían incorporar de dolor, cronometrando nerviosa los minutos que habían transcurrido desde la última.

6 años de ver esa cara de ángel preciosa y perfecta que, con lágrimas en los ojos, rodando mejilla abajo y salando mis labios, miraba yo atónita sin alcanzar a entender el milagro, ese que ocurre cada día en casa de otros y es natural, pero que cuando ocurre en la propia es pura magia...

De bebé pasó a niña chica, y ahora ya a niña.
Todavía es pequeña, lo sé...pero el tiempo va pasando, y lo que va pasando no ha de volver.
Vendrán cosas buenas, y malas también! Habrán más suspiros, muchos más suspiros!

Pero tengo la sensación casi palpable, casi mordible, de fin de etapa. Y a mi los fines de etapa, cuando los reconozco, siempre me ponen triste, pero un triste sereno y feliz. Necesito hacer un pequeño duelo por ellos, aunque esté ansiosa de entrar en la siguiente. Es como si acabarán las colonias de verano y cantáramos "És l'hora dels adéus". Es superior a mi, así de cursi soy!

Y aquí me tenéis, la noche antes a su sexto aniversario, un buen rato después de acostarla, de haberle explicado de cuento el día en que nació, como cada vigilia de su aniversario...

La miro dormida y me viene como a borbotones la emoción, se me inunda el amor, me sale rodando con las lágrimas que otra vez me mojan la cara y me salan los labios. Claro que no se escapa, el amor, vuelve a mi porqué me bebo mis propias lágrimas, cómo no lo iba a hacer, con lo saladitas que están!

Y no se escapa, si algo he aprendido con mis hijas es que das lo que recibes. Das respeto y te devuelven respeto. Chillas y gritan. Risas por risas. Besos por besos. Amor por amor.

Nada escapa, todo vuelve. Y es el puro ejercicio de la responsabilidad por eso. Porque lo que des, te volverá. Y multiplicado. Te volverá a ti una parte, pero esa es la menos importante, aunque sea la más visible ahora. La otra las acompañará toda su vida, para bien o para mal. A ella y a los que la rodeen, a sus amigos y a su familia cuando la tenga, a los hijos de tus hijos. Por suerte todos hacemos camino al andar, y hacemos cosechas propias, no todo va a ser culpa de los padres! Pero mucha parte de responsabilidad desde luego si tenemos!

Por eso es crucial proyectar en ellas lo mejor que pueda escarbar de mi propio baúl. Del nuestro! Porque igual que nuestras células se juntaron para complementar cromosomas nuestras enseñanzas deben dar lo mejor de cada uno. Darles amor, curiosidad, respeto, belleza, saber, generosidad, ética, esfuerzo, orden, límites, confianza, autonomía....
Yo quizás pueda hacerlo mejor en algunas, pero mejor recibirán de su padre muchas otras cualidades que yo carezco o de las que no me enorgullezco especialmente!

Supongo que de algún modo eso es lo que ves en la pareja que escoges como padre/madre de tu prole. Alguien cuyas virtudes admiras porque careces de ellas o las reconoces mayores en el otro. Dicen que la admiración produce enamoramiento. Y yo lo comparto.

Te enamoras de alguien por sus virtudes, quieres convivir con él por ellas, porque te hacen sentir feliz y a gusto y un buen día te ves pensando que es genial que tus hijos no sólo puede que las hereden sino que probablemente las aprehenderán por imitación, como referente.

A veces creo que soy muy obtusa con las cosas más básicas e instintivas. Hay gente que nace con una sabiduría práctica de supervivencia milenaria y yo estoy en la parra y descubro sopas de ajo por doquier!

Yo sólo pido que aunque vaya creciendo y ya no me reclame como lo pudiera hacer cuando tenía 3años, aunque prefiera irse con sus amigas a jugar, aunque ya no se guíe sólo por mi mirada, oaunque sus horizontes se vayan ampliando...sólo deseo que sepa que siempre puede contar conmigo, que la amo con locura, que soy su fan incondicional y que siempre estaré ahí, dónde me necesite. Que lo sepa, lo sienta y lo utilice. Que me quiera un gramo de lo que yo la quiero a ella.

Que consigamos mostrarle nuestros mejores yoes para que pueda aunar virtudes que hagan de ella una persona feliz y equilibrada con capacidad para hacer felices a los suyos. Que haya amor, vaya,

miércoles, 11 de junio de 2014

La maravillosa terapia de mandarlo todo tomar por el culo

Por fin!

Por fín me he decidido a mandarlo todo a tomar por el culo!

Que muerto me he quitado de encima! Que muerto no, que morgue!!

Ya está. Después de 4 años picando piedra para sacar chirlas, inventándote y reinventándome y volviéndome a reinventar.

He pasado de tener una pequeña ingeniería con 4 personas a ser ingeniera free lance sola con colaboradores conforme los proyectos iban cayendo y la capacidad de financiación iba ahogándome más y más.

He pasado de facturar 120.000 € anuales a no poder costearme autónomos, que he pagado religiosamente sin que por ello tenga a cambio ningún derecho de paro que me facilitara el paso que voy a hacer ahora.

He pasado de redactar proyectos, dirigir obras e incluso ejecutarlas a gestionar y limpiar pisos turísticos.

Me he levantado nuevas actividades de cero que pudieran contribuir a saldar la deuda generada por la actividad anterior:

- He montado y gestiono una casa rural a distancia.
- He creado un coworking que ahora está a pleno rendimiento.
- He montado un piso vacacional con un 9'7 de media de 26 comentarios a pleno rendimiento.
- He creado y atendido tres cursos online de nivel universitario por el que han pasado un centenar de alumnos a los que me he dedicado en cuerpo y alma
- He co-creado un curso a nivel de máster de un colegio profesional en el que me he volcado para que aprendieran un software que no tenían ningún interés particular en aprender.
- Estoy montando una iniciativa para crear programas para estudiantes extranjeros en prácticas en Barcelona
- Y estoy creando dos cursos MOOC para una academia de Nueva York.

Y todo esto sin ver apenas un duro, no me preguntéis cómo lo he conseguido porque ni yo misma lo entiendo, tendré que reflexionar acerca de mi patológica aversión a ganar dinero, el día que me decida y tenga pasta para hacer terapia.

Puede que tenga que ver con que cuando levantas todo tan de cero nunca te alejas demasiado del cero, y después de invertir mucha energía, esfuerzo y tiempo (del que no dispongo, por lo que todavía es más valioso) no llego más que al uno o al dos. Y así una no se quita de pobre y en cambio llega a límites de agotamiento crónico, angustia y una terrible sensación de que arrastras un carro lleno de piedras.

Y no tengo más energía. Hace tiempo que he llegado a la reserva y ya estoy grimpando el motor.

Antes de que explote, he decidido hacer terapia: la terapia de mandarlo todo a tomar por el culo!

Y no sabéis la sonrisa que se me puso en cuanto me día cuenta que esta vez si, esta vez en lugar de dar vueltas y vueltas a mi malestar crónico como un ratón atrapado en un laberinto tomaba una decisión, firme y drástica.

Me voy al paro!

Al paro relativo, pero como si fuera paro.

Para empezar me doy de baja de autónomos, julio va a ser mi último mes después de 10 años cotizando y sólo este paso me aligera la mitad del peso. Porque pagar autónomos no es sólo pagar 260 € al mes.

Cuando pagas autónomos haces un pacto con la sociedad, en el que renuncias al estado paternalista y asumes la responsabilidad de tu vida profesional. Asumes que vas a carecer de unos derechos que para quien nunca los ha disfrutado se le antojan un auténtico lujo asiático. Vas a carecer de ellos porque apuestas por tí. Apuestas a que te vas a saber buscar la vida, a que vas a saber aprovechar y generar contactos, a negociar con tus clientes y proveedores, a ser mejor o venderte mejor o ambas cosas que tus competidores, a conseguir buenas financiaciones con los bancos, a aprender a administrar tu tiempo y la carga de trabajo que te auto asignes, a controlar tus emociones y a conciliar y separar los problemas que quieras o no se van a acostar contigo y tu vida familiar.
Si eres profesional liberal además tienes que ser bueno en tu área de conocimiento y estar siempre al día.


Apuestas a que no sólo lo sabrás hacer sino que la suerte también se pondrá de tu parte, y la coyuntura económica, y la salud.

Cada mes que pagas autónomos te reafirmas en esto, y es un voto con el que has de comulgar sí o sí, y asumir en silencio y con responsabilidad porque nadie te ha obligado.

Esa carga pesa infinitamente más que los 260€.

Para mí dejar de pagar autónomos y pasar a engrosar las filas del paro me parece un alivio.

Ya no puedo seguir en esta trinchera.

Asumir la derrota o la incapacidad (temporal o no, bastante tengo por hoy como para preocuparme del mañana) para llevar a término este gigantesco esfuerzo que implica levantar la persiana me ha aliviado inmensamente. Me he auto eximido de esta obligación auto impuesta.

Me voy a las listas del paro. A esperar pacientemente que alguien me encuentre, me ofrezca lo que necesito ahora (media jornada, poca presión, cero preocupaciones en cuanto acabe mi jornada laboral y salario y SS a fin de mes) y hacerlo lo mejor que esté en mi mano (sin extralimitarme en mis funciones, que me conozco). A que el estado se ocupe de mi paro, de mis enfermedades, mi pensión, que mis impuestos sean regulares y no tenga que financiar continuamente al Tesoro Público ni me sangren a impuestos absurdos y desproporcionados. A tener unos derechos que me amparen, que por violados que anden últimamente no dejan de serlo, frente a la absolutos indefensión del autónomo.

Me voy porque mi marido me lo puede regalar, porque puede hacer el papel que en la mayoría de casos, al menos durante un par de años hace el estado. Evidentemente no me va a pagar una prestación, o un sueldo que viene a ser lo mismo. Pero aportará como ya lleva tiempo haciendo mi parte contratante. Y yo a cambio dejaré de aportar nubes negras, angustias, dolores continuos de estómago, reglas endiabladas y llantos a media noche. Creo que es un buen negocio.

Me voy y mientras no aparece el trabajo ideal cuidaré de mi casita rural a distancia, que es nuestra y puede dar y dará más de sí, y daré algunas clases si surge, siempre y cuando no tenga que darme de alta de nada al ser docencia.

Y voy a destinar mi energía a criar a mis hijas con templanza y alegría, a no ser el saco de nervios desbordado en el que me he convertido justo estos últimos años que coinciden con su existencia.

No es justo y no hay necesidad.

Así que todo lo otro.... A TOMAR POR EL CULO!

Adiós Coworking, adiós Living, adiós MOOCs, adiós UNAUS, hasta luego Internships, ya veremos Caminos, adiós ríos, adiós fontes, adiós regatos pequenos, adiós vista dos meus ollos, non sei cando nos veremos, ojalá nunca máis!!


Hola calma, hola simplicidad, hola cosas pequeñas, hola sonrisa, cuánto tiempo sin verte por aquí!!! Hola paro. No me asustas, me gustas! :-)














miércoles, 14 de mayo de 2014

Pan de hoy para mañana

Hay veces q defallezco
Caigo en caída libre
caigo pasto de mi miedo

Hay dias, cúmulos de otros,
En los q mi huída hacia adelante
Es cada vez más desbocada
Cada vez más desnortada

Y al final del camino un erial
En el que sin estrella polar
Sin rastros q seguir
Sin fieras de las q huir...
Me siento a llorar...

Dónde era que iba?
Y de dónde era que venía?
El frenesí no me deja ver
Ni bosque ni árbol
Ni sonrisas a mi alrededor

Temiendo por el mañana
Malvivo el día de hoy
Pan de hoy para mañana
Absurdo vivir!

Para y escucha.
Escucha el agua del mar lamiendo la arena de la playa
Escucha el viento del páramo moviendo las hojas de los álamos
Escucha la risa de tus niñas regalándote abrazos y cosquillas

Escucha la vida, hazle un lugar en tu día, regálate un ratito de felicidad.

Para y respira hondo
Reduce la marcha.
Sonríete.

E pensa q de fame, non vamos morrer!

Dónde están mis amigos

El título no es una pregunta, como la de Extremoduro, es una afirmación retórica, y le falta la segunda parte, pero como me mola la canción le hago este pequeño homenaje.

La segunda parte de la frase no es en Carabanchel, ni toda la retahíla de cárceles españolas, sino yo. Están dónde esté yo, o mejor todavía, al revés. Estoy donde estén ellos.

Los amigos se llevan a cuestas, y en lugar de pesarte te hacen más liviano el camino. Por varios motivos resulta que tengo amigos dispersos por ahí, lejos geográficamente, pero cerca, muy cerca, en cariño.

Los amigos son capaces de hacerte una ciudad áspera amable, porqué es dónde ellos viven y dónde quizás hasta habéis compartido momentos deliciosos, o simplemente puede que hayáis compartido aburrimiento, que siempre se sobrelleva mejor acompañado. Pero esas calles ya no te son ajenas, vacías. Esa ciudad, ese barrio, ya te atrapa, ya es tuyo, y ya no es tan feo.

Del mismo modo que la amistad tiñe de pocos kilómetros que son muchos, también enmascara escenários de grises a rosas, y vidas que te pueden parecer anodinas a llenas de intensidad, o como mínimo con ciertos intereses interesantes.

De este modo en un pequeño periplo peninsular visitando amigos y familiares, he pasado de mi crítica fácil a flor de piel al modelo de vivienda suburbial de urbanización de anuncio "si me compro un pareado aquí seré feliz" a pensar que ciertamente otra cosa quizás no, pero paz y silencio si te dá, y quizás, al fín y al cabo tampoco sea tan terrible.

He pasado de considerar una ciudad que recordaba con cariño (pero que me va quedando cada vez más lejos) como fea, gris y anodina para luego ir recuperando su pulso vital a cada viejo amigo que veía en carne y hueso, a cada  café, a cada chato de vino, a cada corto de cerveza, hasta irme de ella a los poco días con pena, volviendo a ver sólo lo bueno, con esa habilidad maravillosa tan humana de vista selectiva que nos permite sobrevivir obviando lo malo y resaltando lo bueno.

A parte de tus amigos en sí mismos también tienes sus formas de vida, de las que aprendes o como mínimo te sacuden la consciencia. Tu vida la vives a tu manera y te crees que es universal, que todos vivimos igual. Y cuando te alojas en casa ajenas vives por unas horas su ritmo, su atmósfera, su día a día. Y de pronto entiendes que no, que no es universal.

Que puede que tu vida no sea el producto de una elección a la carta: vida de ejecutivo, vida de ama de casa, vida de ocioso... No la has escogido así tan fácilmente, pero lo cierto es que nadie te ha puesto una pistola en la sien para que estés haciendo lo que haces del modo que lo haces.

Pero entonces... Tus disconformidades con tu vida y en cómo la vives las has de buscar en tí mismo, ay amigo, y eso es lo jodido! Porque eres el único puto (con perdón) responsable de tu estrés, de tu frenesí, de tus angústias y de tu modo de vivir no acorde con tus gustos. No puedes culpar al mundo, ni siquiera a tu jefe.

¿Por que uno sale a navegar día si día también cada tarde? Porqué ha ido tomando una serie de decisiones que así se lo permiten.

¿Por que otra tiene tiempo para hacer pasteles, cup cakes y delicias várias aún trabajando y con hijas? Por lo mismo.

Este viaje me ha reafirmado en dos cosas.

Que los amigos son vitales, y a los que están lejos hay que mimarlos especialmente a distancia para reencontrar el regalo de su cariño cuando los vuelves a ver, mal que tenga que pasar mucho tiempo entre una y otra vez.

Que uno tiene la vida que se merece y que si la quiere mejorar en el aspecto que sea ha de esforzarse mucho para cambiarla, porque nadie dijo que iba a ser fácil!

Ha de ser sabio para detectar lo que le resulta tóxico y eliminarlo de su vida, fuerte para introducir o eliminar hábitos sabiendo lo difícil que es eso, y agradecido para reconocer para dentro y para fuera lo que le alimenta y le hace feliz.

Yo creo que ya voy siendo algo sabía y algo agradecida, me falta más sabiduría para saber cómo atacar mis vicios (que los conozco) y fortaleza para combatir mis malos hábitos (que los reconozco) que viene siendo uno, a saber, meterme en jardín tras jardín profesional por no decir en cuantos más simultáneos mejor! Si al menos me dieran dinero o no me generarán estrés ni interfirieran en mi vida personal que ya ni límite tengo (ni he tenido)!

Pero soy tan estúpida que no sé decir que no a nada por variopinto y extravagante que sea ni a no vivirlo con intensidad devastadora y ni mi cuerpo ni mi cabeza ni mi tiempo pueden con todo.


Con lo tranquila que he visto con mis propios ojos que se puede vivir!!!

QUIERO HACER CUPCAKES Y SALIR A NAVEGAR!!! Y quiero ser rica.




















viernes, 11 de abril de 2014

Viviendo de sobresueldos

Hay que ver lo cegatos que somos unos con nuestras propias vidas y actitudes!

Han tenido que pasar estos últimos cuatro años, con sus 48 meses, como toda una vida (la de Laura), y cuanta medida del tiempo que lo haga más o menos largo o corto (que es lo que tiene el tiempo), para darme cuenta de lo óbvio!

A saber, que hay una clara desconexión entre lo que sigo creyendo que soy y lo que soy, profesionalmente hablando.

A saber, que cuando me preguntan sigo diciendo no sólo que soy ingeniera (que eso mal que bien lo seguiré siendo toda la vida) sino que ejerzo de tal, o al menos lo intento.

Cuando la realidad es que en cuatro años he redactado un estudio de viabilidad y un proyecto.

Y en la misma semana (a saber, ésta) han caído dos presupuestos que me pidieron a su vez la misma semana de hace cuatro meses (si, en ingeniería/consultoría se manejan estos plazos que arruinan la tesorería de cualquiera :-( ) y que me habían devuelto cierta ilusión de que el agua volvía a sus cauces.

No sólo han caído éstos, sino que ha vuelto en forma de marrón un (el) proyecto de hace dos años (si vuelven es en forma de marrón indefectiblemente, otra lección de introducción a la ingeniería).

A lo que voy, que me disperso! Que estoy viviendo de sobresueldos que me he ido inventando para salir del paso, pero con la paradoja de que les sigo llamando sobresueldos a lo que en realidad es el sueldo, y lo que debería ser sueldo no sólo es vacío sino agujero negro en el que entierro horas inertes de presupuestos, de intentos y de absorción de marrones pasados que se ejecutan ahora sin ver un solo €!

Para que el vacío monetario no arrastrase al existencial profesional me he ido dedicando durante todo este tiempo a explicarle a quien a tenido a bien escucharme (o al menos oírme) que yo en realidad hago proyectos, sólo que no tengo clientes que me los contraten.

Siempre que lo digo pienso que si hablara en inglés sería muy adecuada la expresión "I used to work as engineer" o "I used to draft projets". Como habló en romances otros varios digo cursiladas como "solía hacer proyectos".

Visto así bien pudiera parecer que lo tuviera asumido. Pero no es cierto. Basta con analizar que alguien que se defina profesionalmente en pasado y en negativo está teniendo un problema!

Luego añado la coletilla de que hago cositas para ir tirando mientras no vuelven las cosas tal y como las conocí y entre las que me crié profesionalmente hablando. A saber: ayuntamientos y demás administraciones públicas que contratan estudios y proyectos.

Ya va siendo hora que dignifique y les de el lugar que se merecen a estas cositas, actividades varias con contraprestación económica.

Algo habrá hurgando en mi interior de orgullos casposos y vanidosos, y de la sensación de que se ha invertido mucho en mí para hacerme una profesional de provecho (=ingeniera), y en cambio aquí ando, como quien dice en el McDonald's.

Pero no es cierto. No estoy en el McDonald's. Sigo -nunca lo he dejado de hacer- generando actividad a mi alrededor, y casualmente con lo que siempre he flirteado: docencia, turismo y emprendeduría.

Al final, el €/marrón de ingeniería/consultoría sale demasiado barato, o caro, según se mire, y me merezco vivir mejor! Llevo diez años en este IAE y ocho ejerciendo como tal. Si la ingeniería siempre fue una actividad de volumen (lo de valor añadido o calidad es pura patraña, desengañémonos) cuando cae el volumen sólo queda la esencia, que es marrón mal pagado tras marrón mal pagado, sólo que más espaciados y sin retribución económica. Esto no hay costura que aguante, y mantenerlo roza el masoquismo!


Hoy mismo llamo al gestor para que me cambie la etiqueta y añada (¿substituya?) a la de turismo, la gente de vacaciones es infinitamente más amable que los contratistas y los clientes lo toman o lo dejan, no te sacan la sangre y el sudor con sanguijuelas a cambio de 4 duros!

Así que me presento: me llamo Maria y me dedico a varias cosas a la vez: a recibir turistas en los alojamientos que gestiono, a escribir posts/guías de Barcelona y Galicia que es lo que siempre me ha gustado, a gestionar el Coworking, a dar alguna charla de emprendedores cuando me la piden y mantengo mi amor por la cartografía y la docencia con las clases on line que con suerte parece que se repiten para el año que viene!

Y a la ingeniería que le den por saco!!! Yeah!

sábado, 28 de septiembre de 2013

El alma entre paredes

No es ningún secreto que las paredes atrapan almas. 

Otra cosa es que haya gente más o menos sensible a ellas, y se den por enteradas o se conformen con atribuir el bienestar que sienten en una estancia al jarro de flores artificiales que hay en la entrada o su incomodidad al "olor" del ambientador (aprovecho; por favor, señores fabricantes de ambientadores....déjenlo, es inútil, lo suyo es pura especulación, de verdad, preferimos que huela mal, no nos torturen así!).

https://encrypted-tbn0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcRiddcEojyHeHmpiLZ6gbLH-HZfZepIGGJ-bcDpY_PbfUIj3nW5
 
El alma que encierran las paredes flota, es pegajoso como el calor barcelonés, que nos plantamos en octubre y ahi sigue, enganchado a la piel, que no nos deja ni respirar. Te envuelve y te transporta donde te quiera llevar, y poco puedes hacer para evitarlo.

Yo prefiero reconocerlo lo antes posible, conocerlo, analizarlo y hacerme a él, tanto si es bueno como si no. Es, en general, mi estrategia para con todo, pero con estas cosas medio de meigas más, que una ha vivido mucho por Galicia y se ha curtido!

Ese alma dónde más le afecta a una es dónde más se vive, o sea, en tu casa, pero no suele ser dónde es más fácil reconocerlo, precisamente porque es todo demasiado intenso.

Es mucho más fácil en un bar. A ese yo  le llamo "Alma de Bar".  Hay bares en los que uno entra y se mastica el aire, de tan intenso. Y no hablo de viciado ni de ambipures varios. Hablo de esa sensación, entras en un sítio y te invade, te atrapa, y como si tuvieramos antenas extrasensoriales en la cabeza rollo hormiga, lo cazas al vuelo en el mismo quicio de la puerta.


https://encrypted-tbn3.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcREPbOjYMREuGvOUgUUAQEuaiJwhu6vU3BOF0lHaWuBrVlwzZ6C
Cuando percibimos alma malo paramos en seco como si hubieramos chocado con una pared invisible y damos hasta un paso atrás medio huyendo como si hubiesemos visto un muerto (medio pero sin el medio, huída por pies, vamos!).

Otras al contrario, entramos de cabeza sin pensarlo ni apenas mirarlo, atraídos por cuál cantos de sirena (o olor a café recién heho a las 11h de la mañana, que a estos efectos lo contamos como alma!)

No hay patrones, sólo esencia. Evidentemente si el sitio es mono y limpio ayuda, pero insisto en que es algo mucho más intangible. Tengo archivados en mi gps mental con mucho cariño bares y mesones con alma de un montón de capitales de provincia de este a oeste o de pueblos más pequeños, y de ciudades más grandes.

https://encrypted-tbn0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcTa67bC8YuP7_pS0vTYdLxKAOP_0g5AWrwPjmqeQ-nuTAY5duG-Y en todos la esencia es la misma. Parece como si las risas antiguas, los abrazos furtivos, las amistades forjadas, las miradas vibrantes...todo lo bueno que ocurre en un buen bar -en definitiva los bares son como los ríos que van a dar a la mar, que es el vivir (pequeña liciencia literaria) ;-) - se hubiera quedado en el aire, pegado entre sus paredes...y por más que se friegue el suelo con lejía al cerrar cada noche (o no,que  también hay bares guarros con alma, y bastantes!) ahí queda, flotando para que lo respire el primer cliente despistado, viajero de paso, que sólo al abrir la puerta ya lo percibe.

Como lo bueno llama a lo bueno, y lo malo a lo malo al bar con alma dificilmente lo verás cerrado al siguiente año que cual cigüeña te dejes caer por ahi. Por suerte para nosotros, claro!

Bares sin alma ni os los describo porque todos conoceís un puñado y de puro anodino aburren. 

El lugar de trabajo es otro clásico, pero peor que los bares, porqué poco puedes hacer para modificarlo y en cambio mucho te toca sufrirlo si es malo. Siempre te queda el pequeño consuelo de ponerle alma a tu metro cuadrado de mesa, y de ahí, supongo, los intentos con las fotos de los seres queridos, la última obra de arte de tu hija de cinco años y el cactus por aquello de que absorve las malas radiaciones del ordenador (y que no hay que regarlo, vaya, tampoco hay que ser siempre tan metafísicos!). Ahí sólo me queda desearos suerte y ánimo!


http://sp9.fotolog.com/photo/41/8/49/patralamatra/1296079429784_f.jpg














Y la casa? Ay amigo, la casa! Una en esto está curtida también, porque considerando estancias de más de un mes he vivido en 15 casas distintas, lo que me da una media de cambio de casa cada 2,4 años (no saquéis la calculadora, tengo 36, marujas!). Evidentemente es una media falsa, puesto que hasta los 18 fue todo una maravilla de la estática (exceptuando un cambio de habitación a los 8 años), o sea que la media sale en 0,93 piso por año. De estas 15 sin pensárlo durante más de 5 segundos podría ir diciendo si la casa tenía alma buena o alma mala, o simplemente no tenía alma alguna, pero de corrido además!

El problema aparece cuando con el cuarto de hora de ver la casa con el vendedor de rigor comiendote la oreja no siempre se llega a captar la ausencia de alma, o lo que es peor, el alma chunga... ya sabes, acaban de pintar, entra el sol por la ventana, estás hasta el gorro de ver pisos y zascas! Alquilado (por suerte) o comprada (......).

 

Luego te instalas y al principio sigues sin darte cuenta por aquello del frenesí de la mudanza.

Una vez ya le has sacado al piso en cuestión los cuadros de gatitos, has escondido el tapete de ganchillo de poliester, las cortinas de terciopelo marrón (brfdzecgardakclackjhñÑ;Z´: onomatopeya de escalofrío de pensar en ellas-), le has empezado a poner tus cosas, incluso te has atrevido pintando alguna pared y te has comprado por 1 € la Guía Para Principiantes De Feng Shui Para Tu Casa (si, si, asi todo empezando en mayúsculas porque Tu Casa Es Muy Importante) y aún así.....



Has cambiado la cama de lugar tres veces intentando encontrar el norte y encajar a la vez el cabecero sin que bloquee ni la puerta del armario ni la de la habitación (por aquello de que ambas son bastante prácticas), has organizado el recibidor para dejar la vida de la calle en la calle y entrar limpio y puro en la doméstica, has cambiado de lugar cuatro espejos que resulta que estaban como el culo y tu sin saberlo! Has comprado flores naranjas para compensar no sé que cosa y casi intercambias la cocina por el baño porqué están justo al revés de como deberían, de no ser por el presupuesto de Reformas López, que está más por el capitalismo que por Confucio seguro que lo habrías solucionado Todo!

Pero aaaay....sigue ahí. No acaba de hacer CLEC. Ese clec de cualquier cosa que nos hace saber que si, que tema zanjado, que esto funciona. Pasa con las relaciones y con los trabajos, como no iba a pasar con con las casas?

Mi casa no me hace clec. 

Vamos haciéndonos amigas, pero no hacemos clec. Y he hecho absolutamente todo lo del párrafo anterior (y más, no lo pongo para no extenderme) y la cosa mejora muuuuuuy timidamente. No progresa del todo adecuadamente, como dicen los de la ESO. Y lo peor de todo es que ya no le cuento a nadie lo mío con la casa ("nadie " es el blog, claro, jeje) porqué me miran raro cuando lo digo, de loca caprichosa, rollo como tienes los c...s de quejarte porque se supone que debería sentirme afortunada y estar haciendo genuflexiones por el pasillo a la casa en lugar de andar criticándola.

Pero es que lo he intentado todo, incluso derrochar alma mío por sus rincones, pero me da que se lo queda y no lo devuelve, en serio, rollo Voldemor total. Y oye, que el alma es como el cactus del ordenador, crece despacito y una no puede regenerarlo tan alegremente! 

La parte buena es que parece que como ya llevo muy por encima de mi propia media puede que en un breve plazo indefinido volvamos a mudarnos. La parte mala es la mudanza en sí, claro.

Evidentemente cuando me vaya (que no sé cuando será, pero seguramente más pronto que tarde) me dará pena porque una con esto de andar derrochando su alma por ahi le coge apego a todo y luego le da pena separarse, que a pesar de no haber hecho clec nos estabamos empezando a tolerar cada una con sus cosas y ya le estaba empezando a coger cariño, al fin y al cabo tiene muchas virtudes...(eso dicen, vaya)! ;-)

En Cualquier Caso Habré Aprendido Un Montón De Feng Shui!! ;-)