martes, 28 de octubre de 2014

La intensa vida de una mamá chacha (que no mamarracha)

Voy a contar un tópico. Y pensaréis buaaaa q aburrido, siempre con la misma monserga, que pesadas sois!

Pero es q es una verdad de las verdaderas. De las verdaderas de verdad! De la buena.

Ser madre-ama-de-casa es agotador. Es que no paras de trabajar!

Yo de por mi era perezosa, vaga, holgazana, me escaqueaba a la que podía, nunca me levantaba de la mesa para ayudar en cenas multitudinarias si no era ya de flagrante mala educación inexcusable.
En mi casa por aquello de yo ya pongo la casa y en ajenas por lo de yo es que no sé donde están las cosas. En definitiva. Que no pegaba ni sello en casa.

Y desde que soy madre, quien me viera oyes! Me han cambiado por otra! No me reconozco en los espejos en los que ya por no verme ni me miro!

Soy una máquina de trabajar.

Con lo profesional ni entro ni salgo, más o menos con la misma intensidad de siempre, que, todo hay que decirlo, es mucha! Porque que una puede ser vaga por sectores. Y a pencadas eficientes (y la mayor parte de las veces apasionadas) pocos me tosen.

Pero con lo doméstico.... Hoy ha sido uno de esos días cúspides de mi carrera doméstica. Me permitiréis retozarme en ello.

He empezado como siempre; ducha, despertar niñas, vestir niñas, desayunos, mochilas, cole. Como hoy las llevaba mi consorte señor marido (ya), he podido proceder a recoger cocina, baño, hacer camas, recoger juguetes, ordenar libros, poner una lavadora, sacar una secadora, doblar ropa, colocar ropa en sus armarios, preparar bolsa piscina, ir a trabajar.

Trabajar-trabajar-trabajar-trabajar-(si, la que estaba en el paro, ya dije que era un paro tácito)-trabajar-trabajar-trabajar.... Ups! Las 4! Corre corre

Moto a toda pastilla q llego tarde (¿¿nunca aprenderé a salir antes??)

Recoge niñas, no llevas merienda?

No, no llevo merienda, (a tanto no llego, no me explaiaré), ala! al paki a por unos donuts y unos cacaolats, y la integración de nuevos hábitos alimenticios con la que llevamos dos semana a base de pan de verdad que compro en un horno de los buenos a precio de titanio (el titanio es caro, no?) y de legumbres de verdad puestas en remojo ochocientas horas, y de arroz integral que no se cuece ni tras tres tristes horas... A la mierda! Dos donuts x niña, no uno no, DOS!

Vamos a la piscina corriendo que no llegamos. Agotadas tras una caminata (sube, baja, recto, sube, baja) de 15 minutos vertiendo cacaolat (obvio) por la camiseta llegamos.

Desviste niñas (y creía q ir a la piscina yo sola era complicado!, juas juas! Inocente...), pon bañadores, gorros, chanclas. Ya, al agua patos.

Y yo? ¿Me doy un merecido descanso y me tomo un café y me leo algo q creo que se llama periódico? Nooooo!

Decidí sabiamente en su día que lo mejor era apuntarme yo al gimnasio esa hora, yendo x c.....s con las niñas era la única manera de asegurarme que iría, tras varios infructuosos intentos de hacer deporte. Así que durante 45 minutos a la semana un señor me maltrata sometiéndome a las tan temidas máquinas cual sala de torturas.

Salgo exhausta pitando cuando veo q salen de la piscina. Ahora ya somos tres a duchar y a vestir y a secar el pelo. Que bonito...

Una hora después salimos dispuesta a pegarme otra caminata hasta a casa, y encima ya tan de noche!

Hoy por un designio divino ha venido el padre de las criaturas a por nosotras en ese artefacto con 4 ruedas q hay q reconocer que a veces es maravilloso.

Llegamos a casa, muerta de hambre me dispongo a hacer un risotto de bolets (si, quien me mandaba).

Media hora larga después, con las niñas en pijama y la lavadora puesta con las cosas de la piscina, nos dan ambas la cena; que no les gusta el risotto, con lo bueno que me ha salido, oyes. Al final se lo han comido las dos.

Pasa que después de recoger la cocina, sacar secadora, doblar otra vez toallas, contar un cuento y que se durmieran, la pequeña de tanto toser lo ha echado todo por la borda. Cambia sábanas, pijama, albornoz, muñecos, todo al cubo de la ropa sucia.

Pena de rissotto de bolets.

Limpia con agua caliente y jabón el cosi en el que ha acabado de darlo todo, pasa el mocho por el suelo, dale de cenar al perro que protesta, recoge las bolitas de pienso que se han caído, vuélvete a lavar las manos por quinta vez en 20 minutos.

Ya se ha acabado la lavadora, pon la secadora y lava ya las sábanas y el muñeco afectado que huele que alimenta. Vuélvete a lavar las manos.

Son las diez.

Luego la fisio de suelo pélvico me preguntará porqué no hago lo que me dice y practico ejercicios de Kegel media hora cada noche y lo del etíope en plena hambruna que se llama ejercicios hipopresivos.

Señora. No puedo con mi alma!

Y con los dos platos de rissotto q me he comido no puedo hacer el etíope!

Si yo no era así!!! Devuélvanme a mi Maria!!! Era mucho más cómodo! Vas a comparar!!

Aunque bien mirado...creo que debería sentirme más orgullosa de ésta que de aquella....al fin y al cabo, ahora ayudo todo el rato y no hago casi nada para mi. No es que ayude, es que sin mi (y el 50% correspondiente a mi esposo) nada de esto tiraría adelante.

Y creo q lo de ser madre va por ahi.

Me refiero a anteponer a la família a hacer lo que te rota en cada momento.

Porqué lo de hacer de chacha digo yo que te lo ahorras si eres rica y tienes interna, no? Es una opción interesante, miraré mi cuenta corriente a ver si me ha salpicado por casualidad una de estas tramas de sobrecitos!

Au, bona nit, a descansar, yo desde luego caeré frita frita !

1 comentario:

  1. Me mondo lirondo...
    Has pensado en poner una webcam y teletransmitirlo todo, como los Kardashian?

    Bea ;)

    ResponderEliminar