miércoles, 20 de enero de 2016

La felicidad se aprende

En menos de una semana he oído de dos personas distintas que la felicidad es un estado de ánimo, y uniendo esta afirmación a otra que oigo en el coworking a menudo de que uno puede aprender a ser feliz, igual que a amar, una acaba concluyendo que ser feliz es enteramente responsabilidad de una.

La felicidad como estado de ánimo, como actitud ante la vida, como aprendizaje.

A raíz del post anterior, del caramelo, y de un libro que compré en NY de ilustraciones de "500 things to be happy about" (que me encaaaaanta y superrecomiendo) me he animado a plagiar el libro pero con dibujitos de mis momentos de felicidad, los míos y los de quien tenga a bien decirme los suyos!

Tanto las cosas que cita como los dibujos son tan "cute" que te arrancan una sonrisa y te hacen revivir esos momentos de felicidad, que al final son lugares comunes de todos, como saboreando el caramelo de las perlas.


Son cositas tan fáciles como meterse en la cama con las sábanas fresquitas recién lavadas y planchaditas, como que te hagan un "upgrade" sorpresa a business, ver fuegos artificiales o jugar con pompas de jabón.




Bailar como si no te viera nadie tu canción preferida, reír a carcajada limpia hasta llorar (o hacerte pipi ;-)), ser el primero en ver el arco iris y avisar a los demás, hacer algo que te da miedo hacer, y hacerlo bien, que te de el sol en la cara en invierno, la vista de las nubes desde el avión, los rayos del sol a través de las hojas de un bosque, el buzón de correo del mail por fin vacío, encontrar el ascensor en tu planta, cantar a dúo una canción que te encanta, caminar entre montañas de hojas secas en otoño, bajar esquiando con nieve perfecta, comprar flores que huelen genial para ti misma, cocinar algo para gente que quieres y que te quede delicioso...




Y a raíz de "todo el mundo", otra cita cazada al vuelo hoy, como dice Woody Allen "no conozco la clave del éxito, pero si la del fracaso: querer contentar a todo el mundo" .

Una vez asumido que intentar hacer feliz a todo el mundo es una cagada, hacer feliz a las personas de tu alrededor que te importan, o incluso a desconocidos, te hace ciertamente muy feliz. Es como si te dieran doble bonus de felicidad. Que poco cuesta pensar y hacer cosas que pueden hacer feliz a alguien y de vuelta a tí. Sin vivir para los otros, viviéndolo desde dentro, para una misma. Pero si está en tu mano hacerles felices...porquoi pas? ¿Porqué no aprender a ser feliz empezando por saborear esos caramelitos y haciendo felices a los demás, si está en nuestra mano?

Tengo que hacer algo para dejar estos posts de autoayuda que me están saliendo ultimamente, en breve acabaré poniendo un teléfono de pitonisa diosssssss!!! quiero volver a las frivolidades ya!!






No hay comentarios:

Publicar un comentario