miércoles, 20 de agosto de 2014

De suspiros y genes...

Suspiros de cansancio, suspiros de desesperación, suspiros de frustración por no saber hacerlo todo mejor, suspiros de alivio, suspiros de ternura, suspiros de amor... Todos ellos, todos, sin excepción, suspiros de amor!

6 años han pasado desde aquel 19 de agosto, tras tres días con sus tres largas noches, cortadas a intervalos de quince minutos por contracciones que me hacían incorporar de dolor, cronometrando nerviosa los minutos que habían transcurrido desde la última.

6 años de ver esa cara de ángel preciosa y perfecta que, con lágrimas en los ojos, rodando mejilla abajo y salando mis labios, miraba yo atónita sin alcanzar a entender el milagro, ese que ocurre cada día en casa de otros y es natural, pero que cuando ocurre en la propia es pura magia...

De bebé pasó a niña chica, y ahora ya a niña.
Todavía es pequeña, lo sé...pero el tiempo va pasando, y lo que va pasando no ha de volver.
Vendrán cosas buenas, y malas también! Habrán más suspiros, muchos más suspiros!

Pero tengo la sensación casi palpable, casi mordible, de fin de etapa. Y a mi los fines de etapa, cuando los reconozco, siempre me ponen triste, pero un triste sereno y feliz. Necesito hacer un pequeño duelo por ellos, aunque esté ansiosa de entrar en la siguiente. Es como si acabarán las colonias de verano y cantáramos "És l'hora dels adéus". Es superior a mi, así de cursi soy!

Y aquí me tenéis, la noche antes a su sexto aniversario, un buen rato después de acostarla, de haberle explicado de cuento el día en que nació, como cada vigilia de su aniversario...

La miro dormida y me viene como a borbotones la emoción, se me inunda el amor, me sale rodando con las lágrimas que otra vez me mojan la cara y me salan los labios. Claro que no se escapa, el amor, vuelve a mi porqué me bebo mis propias lágrimas, cómo no lo iba a hacer, con lo saladitas que están!

Y no se escapa, si algo he aprendido con mis hijas es que das lo que recibes. Das respeto y te devuelven respeto. Chillas y gritan. Risas por risas. Besos por besos. Amor por amor.

Nada escapa, todo vuelve. Y es el puro ejercicio de la responsabilidad por eso. Porque lo que des, te volverá. Y multiplicado. Te volverá a ti una parte, pero esa es la menos importante, aunque sea la más visible ahora. La otra las acompañará toda su vida, para bien o para mal. A ella y a los que la rodeen, a sus amigos y a su familia cuando la tenga, a los hijos de tus hijos. Por suerte todos hacemos camino al andar, y hacemos cosechas propias, no todo va a ser culpa de los padres! Pero mucha parte de responsabilidad desde luego si tenemos!

Por eso es crucial proyectar en ellas lo mejor que pueda escarbar de mi propio baúl. Del nuestro! Porque igual que nuestras células se juntaron para complementar cromosomas nuestras enseñanzas deben dar lo mejor de cada uno. Darles amor, curiosidad, respeto, belleza, saber, generosidad, ética, esfuerzo, orden, límites, confianza, autonomía....
Yo quizás pueda hacerlo mejor en algunas, pero mejor recibirán de su padre muchas otras cualidades que yo carezco o de las que no me enorgullezco especialmente!

Supongo que de algún modo eso es lo que ves en la pareja que escoges como padre/madre de tu prole. Alguien cuyas virtudes admiras porque careces de ellas o las reconoces mayores en el otro. Dicen que la admiración produce enamoramiento. Y yo lo comparto.

Te enamoras de alguien por sus virtudes, quieres convivir con él por ellas, porque te hacen sentir feliz y a gusto y un buen día te ves pensando que es genial que tus hijos no sólo puede que las hereden sino que probablemente las aprehenderán por imitación, como referente.

A veces creo que soy muy obtusa con las cosas más básicas e instintivas. Hay gente que nace con una sabiduría práctica de supervivencia milenaria y yo estoy en la parra y descubro sopas de ajo por doquier!

Yo sólo pido que aunque vaya creciendo y ya no me reclame como lo pudiera hacer cuando tenía 3años, aunque prefiera irse con sus amigas a jugar, aunque ya no se guíe sólo por mi mirada, oaunque sus horizontes se vayan ampliando...sólo deseo que sepa que siempre puede contar conmigo, que la amo con locura, que soy su fan incondicional y que siempre estaré ahí, dónde me necesite. Que lo sepa, lo sienta y lo utilice. Que me quiera un gramo de lo que yo la quiero a ella.

Que consigamos mostrarle nuestros mejores yoes para que pueda aunar virtudes que hagan de ella una persona feliz y equilibrada con capacidad para hacer felices a los suyos. Que haya amor, vaya,

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