martes, 16 de julio de 2013

La mirada ferroviaria



He escrito tan a menudo en los impases aeroportuarios que me deja mi vida, que es un frenesí, que hoy, desde el traqueteo de un tren de cercanías, mi deuda para con este transporte me obliga a abrir portátil y esbozar estas líneas.

El primer tren que cogí sola fue de Barcelona a Lleida, a principios de octubre de 1.995, 3 meses recién cumplidos los dieciocho. No pudo ser más simbólico, más de la ya enorme carga que llevan de por sí los trenes.

Empezaba una nueva era, ese día. Empezaba la universidad, mi estancia en una ciudad diferente a la que había vivido siempre, mi vida autónoma en lo que a compañía familiar y de amistades de toda la (hasta entonces) mi vida. 

No quise que me viniesen a despedir mis padres porque quería hacer ese trayecto sin ellos, pero en cambio si lo hizo mi primer novio, que de hecho ya hacía un año que no lo era, pero ambos comprendimos la magnitud del momento vital de cada uno y el del común, que era un claro cierre.

El trayecto fue especialmente bello, a pesar de la mirada aguada con la que lo inicié, y aún lo reconozco así después de las innumerables horas que vendrían más tarde, pues la carrera fue larga y los viajes muchos. 



En ese traqueteo, en esas casi tres horas de viaje que duraba entonces sucedió lo que tenía que suceder, una pequeña metamorfosis simbólica de salida del capullo para volverme mariposa (mejo eso que de gusano a capullo, no? ;-)) .

De esto hará 18 años ya.

Algunos otros trenes han tenido sus momentos especiales, pero todos el sabor de la libertad...el viaje a Andalucía con mi amiga Aitana, el eterno Estrella de Galicia, o Shangai, con compartimentos de seis de madera y sus 17 horas de las más disparatadas confesiones entre sus ocupantes, las excursiones con los amigos del instituto, cargados de mochilas, sacos, esterillas y todo el ajuar, el divertidísimo viaje a Madrid siendo muy jovencitas con Isa y Aitana, el de Girona con el que buscábamos infructuosamente sensaciones nuevas en Figueres, el que perdí a París, que aunque parezca el título de una película es de verdad…


Este trayecto en el que estoy ahora es especialmente bonito, y bien podría ser un tren turístico, a un lado el azulísimo mar de una espléndida y calurosa tarde de julio de la Costa del Garraf, y al otro los todavía milagrosamente existentes campos de algarrobos alternados con los de olivos, esa belleza un tanto arisca del campo mediterráneo.


Y el tren, en definitiva, como metáfora…

De un espacio en el que no puedes hacer que las cosas vayan más rápidas, no puedes pisar el acelerador, sólo puedes dejarte llevar…

De la mezcla de humanidades variopintas que poco probablemente te cruzarías en otros lugares…

De la sucesión de paisajes cada vez menos rurales, cada vez más acementados, cada vez más frecuentados, hasta entrar por las tripas negras de la ciudad, por donde nadie se ha preocupado de adecentar, porque las vías del tren siempre han sido y son el patio de atrás.

De la mirada desde ese patio de atrás, que nos da muchas lecciones de las ciudades (y las nuestras, con esa cutrez mediterránea de la que nos es tan difícil desprendernos porque la llevamos en nuestro ADN)…



De que estás sola contigo misma, y que puedes embobarte con el paisaje o con la gente, pero que tarde o temprano te cruzarás la mirada con la que mira por la ventana, con esos ojos reflejados que no son otros que los tuyos, y con ese pequeño alto en el camino que nos da el tren para parar, tomar aliento, echar la vista atrás, ver el recorrido hecho y acordarse del destino al que vamos…

¿Tenemos destino prefijado? ¿O vamos simplemente “haciendo”? ¿Qué le pides a tu tren? ¿Cuál es la estación a la que te diriges? 

La estación de la felicidad es el trayecto, dicen los que saben. 

Y no hay que olvidarlo nunca, aunque tendamos a ello!

Este trayecto va acabando, por mi parte cero quejas de mi tren de cercanías, ni del real ni del metafórico. No sólo no hay queja, ha sido un viaje delicioso y muy agradable, y encima me he dejado el móvil, qué más podía pedir!! Sin este olvido este post muy probablemente no hubiera salido.

Tren, un placer dejarme llevar! Hasta la próxima!!


(*)Apunte: me ha sido tremendamente difícil encontrar una imágen para la cutre-ciudad desde el tren, y creo que a nadie se le escapa que toda entrada a toda ciudad en modo tren es un auténtico desastre del paisajismo urbano, pero como es feo de carallo nadie hace fotos, como nadie hace fotos no aparece en Google Images, luego...no existe? mmm...para la reflexión!

viernes, 7 de junio de 2013

Lo que nos mantiene en pie

Una es, como todo hijo de vecino, una y sus circunstancias.

Y como resulta que ha coincidido mi maternidad con la explosión de la burbuja, mis hijas van creciendo a la vez que los años que nos van diciendo puntualmente que llevamos en crisis declarada. Visto así suena feo, me recuerda a la fecha de nacimiento de mi madre, que va ligada irremisiblemente a la del (casi) día que cayó la bomba de Iroshima, malas fechas.

Pero al final que más da la crisis y que más da la bomba (sobretodo cuando no te cae encima), lo que nos mantiene en pie, y lo que nos hace decir "adelante" son esos golpes de felicidad, a menudo escondidos entre la rutina, entre las telas de nuestro día a día.

Pensando en este post me forcé a recordar momentos en los que soy, era o he sido feliz, y me perdí en un agradable laberinto de sensaciones cuyo denominador común era la felicidad, esa felicidad que dura un segundo, o dos, y que dicen, dicen, es la de verdad (pq más que eso es sospechosa de no serlo).

El resultado inmediato es que me dormí con una sonrisa en los labios.

La felicidad tiene efectos dopamínicos, por eso crea adicción y la buscamos a veces sin éxito para encontrarla luego en los momentos/sitios más inesperados.

  • Debajo de las sábanas con alguna de tus hijos susurrándote al oído un "t'estimo" recién aprendido a decir tras un día agotador.
  •  Cuando una mirada cómplice con alguien que te lleva y llevas dentro te lo dice todo sin palabra mediante y te empiezas a reír sin contención alguna.
  • Cuando de pronto suena en la radio una canción que se sintoniza a la perfección con tu estado de ánimo y parece que te envuelve y te sube a estadios suprahumanos.
  •  Cuando te maravillas ante un párrafo genial que sintetiza sensaciones indescriptibles (para ti) y vuelves los ojos atrás incrédula de leer lo que estás leyendo  y de que haya en el mundo alguien tan inteligente como para ello.
  • Cuando un amigo, un ser querido, un desconocido entra en resonancia contigo hasta el punto de pensar que es imposible (o cosa de brujas) tanta conexión entre dos individuos diferentes.
  • Incluso cuando resuelves un problema o una demostración de matemáticas compleja. 
  • Cuando un paisaje te entra más allá, mucho más allá de la retina y te invade y se queda gravado en tu memoria fotográfica con un pie de imagen que reza: aquí fui feliz, sólo por el mero hecho de estar aquí.




Pero la más duradera, y la que más largo y buen poso deja es cuando de pronto, después de una larga temporada de dispersión aparece el el milagro, y ahí, en medio del pasillo de tu casa, se produce el reagrupamiento familiar interno: cuerpo, alma y mente.

Por fin juntas, por fin una. Por fin los cauces convergen y se hace la paz en tu seno. Es como cuando se encuentran el padre, el hijo y el espíritu santo (no es un chiste, eh?), quizás en el fondo toda la historia de Jesús &Cia sea tout ça pour ça, como dicen los franceses.

Quizás, al fin y al cabo la biblia nos viene a decir eso, que cuando se sientan los tres a cenar la paz (ergo la felicidad? otro debate) está contigo. Sólo hay que cambiar los nombres cuerpo (Jesús), mente (el padre) y alma (el espíritu santo). Y no es ninguna tontería.Con lo necios que somos deberían haberse dejado de tanta parábola, pq los detalles nos pierden y al final no llegamos al quid...resulta que era eso!

La felicidad, en definitiva, creo que viene cuando se producen acoplamientos (jeje).
Acoplamientos de amistad, de amor, intelectuales, de estados de ánimo internos con sensaciones que vienen de fuera, cuando chocan dos electrones y generan energía, dos bits de información y generan un tercero, resultado de ambos.

Y en ese sentido si encima es un acoplamiento a tres bandas, como la reagrupación familiar del pasillo, ya es la repera, y tienes pila para rato.

Yo me siento así. Y el mundo me responde. Y estoy contenta. Parece que la terapia reconstructiva va dando frutos y en breve podréis conectaros a mi propia red eléctrica, generaré luz a doquier! YEAH! :-)

(desde el centro peninsular, desde donde hoy escribo me será más fácil montar el tendido eléctrico, jeje)

QUE SE HAGA LA LUZ, pues

(creo que me ha imbuido la 1ª Comunión de mi sobrina a la que asistiré mañana...me empieza a preocupar ;-))

viernes, 31 de mayo de 2013

Me gusta la gente

Me gusta la gente, no lo puedo evitar!

Me gusta mirarla en la calle, cuando me la cruzo, me gusta buscarles los ojos, me gusta colarme en sus vidas imaginándome dónde van, que piensan, como están.

Y me gustan los turistas y viajantes, porque al fundirme con ellos yo también estoy de viaje y los paisajes cotidianos a mis ojos se convierten en los  fascinantes análisis antropológicos en los suyos, como cuando soy yo la que viaja a un país desconocido. Me gusta que me ayuden a quitarle el polvo a la cotidianeidad, y a ver con una nueva mirada.

Y me gustan especialmente los peregrinos.

En los alrededores del Camino los peregrinos forman parte del paisaje, uno ya no se sorprende ni los mira curioso, porque vienen a ser todos muy parecidos, y hay un reguero de ellos invierno y verano. Les une el atuendo, pero sobretodo la atmósfera que crean a su alrededor, el aura que en otros tiempos le llamarían de santidad y ahora yo calificaría de serenidad.. Han asimilado la escala humana respecto el mundo a través de las distancias y lo que cuesta recorrerlas, conocen perfectamente sus límites, y eso les da paz y se les ve en la cara.

Yo no he hecho el Camino, me encantaría, algún día lo haré, de eso estoy segura, pero intuyo que algo de eso debe haber en la felicidad que todos dicen alcanzar. Más que felicidad debe ser sosiego, y eso, sobretodo en un mundo tan desbocado como el nuestro, es un bien muy preciado.

En los aeropuertos, estaciones de tren o autobús, y espacios públicos con gente en general (terrazas, parques..etc) tengo esos dos grandes (y fascinantes) entretenimientos: mirar con ojos ajenos y escuchar y colarme en conversaciones ajenas. Lo que viene siendo una cotilla, vaya ;-)

Pero no puedo remediarlo! Incluso cuando estoy con gente tomando algo. Mi marido ya lo sabe y me recrimina que ya tenga la parabólica puesta cuando estoy manteniendo una conversación con él en una terraza, pero también sabe que soy capaz de ambas cosas a la vez y de que además no puedo remediarlo, así que al final ha optado por decirme: luego me lo cuentas, jeje!

Os imaginareis mi inmensa alegría cuando leí al gran Juan José Millás no sólo reconociendo esta misma debilidad sino utilizando a sus "espiados" como plato principal de muchos de sus articuentos, así que me tomo la licencia de emularlo!

Ayer puse al límite mi capacidad auditiva y de observación (sin éxito alguno) para recomponer la historia de dos hombre ya maduros, de unos 60 años, que esperaban un vuelo.  Luego supe que era Bilbao, pero fue lo único que saqué en claro y no lo hice por mis propias capacidades deductivas sino porque lo dijo la señora de megafonía y uno de ellos levantó el brazo señalando al cielo para alertar al otro, que asintió con un gesto apenas imperceptible. Y luego, transcurrido el rato suficiente como para que la cola descrita en el anterior Volando Voy ya se hubiera disuelto, se levantaron y se fueron (propio de señores muy volados).

El que tenía de frente (y que me despertaba más curiosidad) era un señor (un caballero, más bien) alto, delgado y con una pose corporal de esas que ya son elegantes de fábrica, como si los huesos ya fueran de buena cuna. Con el pelo cano y los ojos azules, debió ser guapo en su juventud, o al menos agradable. Cuidado, pulcro y con un tono de voz exquisito. Tan exquisito y educado que precisamente por ello apenas si cogía palabras sueltas al vuelo, lo que entiendo fue lo que me hizo arder de curiosidad.

Primero deduje que eran médicos madrileños (el castellano que utilizaban era sin inflexiones gallegas, a las que éstos son tan dados, y era un poco como de ningún lugar) que habían venido a Santiago a uno de esos congresos q se montan los médicos. Pero luego me alertó que hablaban de Panamá, que no me cuadra con médicos, y además he buscado en http://congresos-medicos.com/pais/espana/?pag=1 y no he encontrado ningún evento en estas fechas.

Y encima llevaban una troley exactamente igual, de piel, muy cuadrado y rígido, prácticamente un baulito. Eso me desconcertó. Pensé si no serían militares de altísimo rango, que les daban las maletas de uniforme. Cuando me llegó la palabra "astilleros" pensé que eso reafirmaba la tesis de militares de la marina (del tipo ingeniero civil, porque sino irían con uniforme, digo yo), pero cuando levantó el dedo a la señal de Bilbao me desmontó.Y como yo he leído mucho y me encantan las novelas policíacas ya me he puesto en plan sabueso, y fíjate tu que he averiguado que el 1 y 2 de junio son los días de las fuerzas armadas, y de que tenemos 15 buques por el mundo (y podemos saber dónde se encuentran en estos momentos, el Elcano cruzando el Atlántico Norte) y 133 personas en ellos.

También he visto que la Armada ha interceptado un buque cazatesoros (en la foto) por el Mar de Alborán, lo que evidentemente ha disparado mi imaginación y me ha llevado a las novelas de Reverte. Pero no hay nada en Bilbao, sí lo habrá en Ferrol, lo que me lleva a pensar lo que cambia todo cuando tu creías que uno iba y en realidad volvía, pero estos creo que ni iban ni venían de Ferrol, porque las fechas no me cuadran.


Conclusión, que me quedé con las ganas, que si el señor hubiera tenido 20 años menos se habría pensado que le estaba tirando los tejos porque me pilló como 4 veces mirándolo (se oye mejor cuando se mira, por eso cuando voy sin gafas no oigo nada), y que hay tantos mundos como personas y ojalá no tuviera que trabajar y me pudiera dedicar a sentarme en las terrazas a viajar por vidas ajenas. Eso sí,sólo un rato, que como la mía, por suerte, ninguna! Sólo me doy una vuelta para volver mejor, aunque a veces las "Vueltas al Cole" tras los viajes sean duras. Curioso, a esta misma conclusión llegué con la lectura en el post de Libros y Tripis!

Y hablando de lecturas y para terminar, he leído por casualidad seguidos (estaban en ese orden en la pila de libros de la mesita de noche) a dos suecos (ultimamente no hay más que suecos??)  que se dedican ambos a marear a sus protagonistas por el "mundo adiante" (galegos dixit) con el mundo y su historia de escenario común. El abuelo que saltó por la ventana y se largó  de Jonas Jonasson (Jonás hijo de Jonás, estos nórdicos son la pera) y El cerebro de Kennedy de Henry Mankell. La primera me encantó y la segunda me decepcionó, pero leídas seguidas es como más me han aportado, porque todo lo que la primera tiene de brillante y con sentido del humor, la segunda lo tiene de oscura, iracunda y pantanosa. Son dos maneras de tomarse la vida y el mundo en el que vivimos, con sus extravagancias, miserias y surrealidades reales como la vida misma.

Las consecuencias directas de cómo te la tomes caerán sobre tí y tus cercanos como el rayo de Neptuno, así que piensate bien de qué lado estás.


 A mi me gusta la gente, los que conozco son buenas personas, y los que no conozco pero juego a inventarme sus vidas también lo son, aunque sean licencias literarias, me hacen la vida mejor ;-)!

A mi me gusta la gente

jueves, 9 de mayo de 2013

Nadar y guardar la ropa

Hoy he ido a la piscina.

Mi relación con la piscina es un poco itinerante.

Tengo el gran mérito de sin ser yo una nadadora habitual, ni ser mi deporte preferido, ni siquiera de mantenerme en él de manera fija-discontinua por periodos de más de seis meses seguidos, he conseguido apuntarme a cuanta piscina de cuanta ciudad haya residido.

Creo q tiene algo q ver con el cloro q le ponen, deben echarle algo, como la droja en el colacao ;-)

Por lo pronto he sido socia de 3 en Barcelona, 1 en Lleida, 1 en Toulouse y 1 en Ferrol, sumando un total de 6 piscinas, q insisto, para nadar como un pato con una frecuencia de media vez al mes hay q reconocerme cierta tesón piscícola!

A la vista está que no he conseguido mi hito de convertirme en (al menos) una patonadadora habitual, por aquello de hacer alguna cosa de deporte. Pero he conseguido algo que en el fondo me divierte mucho más y para lo cuál estoy bastante mejor dotada: la observación y análisis sociológico de personas y procesos ligados a las piscinas, y que paso a compartir, para que vayais prevenidos por si os diera por ir.

Los preparativos

Por más tiempo que lleves yendo a la piscina o eres una maniática del orden o SEGURO q te dejas algo en la mochila! No se puede tener tanto todo en la cabeza ni tan pocas otras cosas que hacer simultáneamente como para hacer bién la bolsa de la piscina!

A saber, hay que llevar:

- una bolsa de plástico con las chanclas
- el bañador
- el gorro
- las gafas
- la toalla
- el neceser
- otra bolsa vacía de plástico donde irá todo lo mojado
- muda de recambio (por aquello de no repetir, q una es -o lo pretende- muy limpita
- el candado de la taquilla


En el capítulo neceser para ponerse profesionales debería entrar:

- champú
- suavizante
- gel
- lentillas
- liquido de lentillas
- cepillo/peine
- crema hidratante de cuerpo
- crema hidratante de cara
- desodorante


Obvia decir que en mi caso casi ni lo tengo en mi lavabo de casa, por lo que duplicarlo es como un mito, y lo que acaba pasando indefectiblemente es que me dedico a movilizar enseres de higiene personal de un lado para el otro extraviando la mitad por el camino.

No son baladís los preparativos desde el momento en que cualquier olvido es ERROR FATAL, que implica volverte a casa sin tocar el agua! Especialmente en lo que concierne a:

- el bañador
- el gorro
- las chanclas
- las gafas
- toalla
- el candado

O sea, todo menos el neceser. Como metáfora de que a veces lo que más nos complica la existencia resulta ser lo menos esencial no está nada mal!

El Vestuario

El vestuario de un gimnasio/piscina suele convertirse en uno de esos trámites de obligado cumplimiento pero que no generan ningún entusiasmo.

Para empezar busca un sitio adecuado.


En mi caso, que representa una de mis parcelas reconstructivas, una de mis premisas no negociables es que sea el opuesto a donde se instalan las patrullas de mamás y bebés que vienen a natación para bebés (pobres, sometidos desde tan jóvenes a la cloradicción!)

 Básicamente la mayoría sólo tienen uno (es lo típico que haces con el primero o hijo único), y aún son pequeñitos y sus únicas trastadas son llorar por la noche, lo q hay que reconocer que es sumamente incómodo. Conclusión, que suele ser todo como muy naïf, muy cursi y desde luego con las clásicas conversaciones de las que vengo huyendo, en definitiva, un coñazo, así que me largo!


Casi diría que aún es peor caer en sector hedónico/culto al cuerpo, porque claro, en eso una como que se siente mejor entre recién mamás, que aunque ya hayan pasado tres años desde el último parto una sigue tirando de excusa ;-)!

Al hilo de esto tengo que hacer un agrio reproche a las madres con un cuerpo 10 porque esas, señoras, no son formas de dejarnos en evidencia y tirar por lo suelos la tan bien acogida teoría de que para cada hijo hay que sumarle dos kg con lo bien que nos va a algunas!! Grgrgr que rabia que dan! (se puede sustituir rabia x envidia)

Prosigo:

De la zona cultoalcuerpo ya me he dado por excluida (probablemente me he dado de baja yo mucho más tarde de lo que me habían dado ellas, por aquello del autoengaño visual y los espejos domesticados).
Puede que esté ahí físicamente, pero no participo en la liga, estoy de espectadora. Y realmente ves. Ves a la monitora perfecta (que lo sabe), ves a la pibón (q lo sabe), ves a chicas que hago yo dos de ellas de ancho y ellas dos de mi de largo (que lo saben)...





Creo que en el gimnasio es el único sitio donde realmente importa absolutamente un rábano mi ingeniería, mis 5 idiomas, mis proyectos y mis contactos de LinkedIn.
Bueno miento, importan en la medida que para llegar a todo eso he tenido el culo clavado en la silla durante demasiadas horas al día durante demasiados años!

No vayamos a quitarle importancia al culto (cul(t)o?) a la gastronomía en todas sus versiones (especialmente en versión hidrato de carbono) y el cul(t)o a las terrazas y a las cañas. No nos vamos a engañar tampoco!

Lo único es asumir las consecuencias de tanto culto con la escasa dignidad que le queda a una en pelota picada, mal depilada, con celulitis cavalgante y mis 4 kg de más (2 x hija, a huevo, con lo cómodo q era!).

Mi pensamiento balsámico es pensar que de las mujeres más decididamente atractivas que conozco unas cuantas muchas no cumplen para nada con los cánones, si están rellenitas consiguen que no importe o incluso le sacan partido y si su cara no es agraciada su mirada y su personalidad hacen que así te lo parezca.

Nada, que quien no se consuela es pq no quiere!

Una vez ubicada ya (entre las yayas, claro jeje, pa q sufrir?) empiezan esos extraños equilibrios imposibles para ponerte el bañador motivados por una mezcla de:
- pudor
- exageradas (o no) medidas de higiene
- el mini banco en el que tienes que organizar el cargamento digno de un mercante por el Canal de Suez que he enumerado antes.

Ahora, ya podemos ir a la piscina!

La piscina
En el supuesto (frecuente en mi) de haberte olvidado las lentillas te verás obligada a ir medio a tientas por la piscina. Tiene la ventaja de no tener q sufrir el h...d.p.. del espejo toooodo a lo largo del pasillo que en mi piscina en cuestión te acompaña durante unos angustiosos 15 metros, viendo esos muslos férreos, ese culo con forma de culo en lugar de almohada amorfa, ese vientre plano en lugar de abombado, ese pecho turgente, no caído de lactancias varias, esos biceps fuertes de verdad, no solo simplemente resistentes a 17 kg de acarreo de niña cansada más compra cuesta arriba! Y esa cara que aún desprovista de melena disuasoria q la dulcifique es tersa y bonita, no con pinta de espermatozoide negro, con arrugas que empiezan a decir hola, ni unas ojeras hasta las chanclas!
Lo habeis adivinado, delante siempre va una de las del club cultoalcuerpo, y detrás tu, claro!

Pero no pasa nada, te dices: ese espejo lo han comprado en la misma tienda defectuosa donde los de Zara compran los suyos antes de verano probándote vestidos imposibles, q rácanos, por ahorrarse unas pelas comprando espejos deformes nos generan conatos de depresiones!!

Llegamos al carril q en el supuesto de q sigas sin lentillas intuyes es el menos poblado. Siempre te queda el recurso de preguntárselo al monitor, que constituye una manera tan buena como cualquier otra para entablar conversación con él. Pasa q vestida de calle y conociendo tus puntos fuertes aún podrías tener alguna expectativa, pero de espermatozoide negro con esa cara y ese cuerpo mejor abandonar toda ilusión. Y menos con la preguntita de marras, q es de todo menos sexi (mira, perdona, me puedes decir en que carril hay menos gente? Es q no veo). Un día quise ser chistosa (ya q a guapa no, a ver si a ingeniosa) y le dije: tranquilo q no me voy a chocar con nadie! El chico ya no sabía detrás de que boya esconderse. Me suele pasar. Una ya está hecha a ello.

Y resulta q es verdad, pq por algún extraño capricho de la óptica se me corrigen la mitad de las dioptrías debajo del agua!

Yo en mi carril voy haciendo, un largo en un sentido, el siguiente en otro. Básicamente lo hago yo y todos los demás, puesto que no te quedan muchas más alternativas, salvo parar a descansar. Visto así la cosa tiene mucho de hamsteril, pero por alguna extraña razón es adictivo. El hámster tb le da con énfasis a la rueda sin llegar a ningún sitio, si lo hace él no vamos a ser menos, siendo más evolucionados como somos nostros, no?

Ir con lentillas te da mucho más juego. Puedes mirar a los musculados monitores en minitanga. Yo cuando era joven y de buen ver despreciaba estos tipos incluso con cierto hastío. Hoy me he sorprendi
do observando con interés cómo el monitor de bebés se quitaba (absolutamente innecesario)
1/ la camiseta
2/ el bañador tipo pantalon ancho

Dejando un mini slip negro y una cantidad inusitada de músculos al aire libre (con piel, eh? Sino me hubiera dado asco).

Creo q he mirado abiertamente un par de veces y de reojo tres o cuatro. Al chico en cuestión por lo pronto le pasaba diez años (esta es otra amigas, tu vas creciendo pero el resto del mundo cada vez es más joven).







Yo tengo la teoría q esto se me ha pegado de las yayas, q están todas desatás (en andaluz) con el monitor de yayas. E imagino q las mamás 3/4 con el q me he complacido la vista yo esta tarde. Es lo q tiene ir por libre, los ves a todos pero a todos de lejos!





Bueno, tras el cuarto de hora de natación (ah! No os lo he dicho!?? Si total nadas 15 minutos, con lo cansado q es no te da ese maltrecho body para más!) ya vas saliendo y recogiendo tus enseres para volver al obligado pero desagradable trámite del vestuario again... q en realidad es el que consume el 80% de tu tiempo....

Visto así creo que una de dos... O me desapunto YA q no está la cosa económica para andarse con lujos o me dedico a NADAR de verdad y a ponerme como la Esther Williams de una puñetera vez (antes del verano a poder ser?)

Otro post mi incursión del otro día por primera vez en la temida SALA DE MÁQUINAS cual sala de torturas q me parece (por no hablar de lo del spinning q me tiene aterrada, desde aquí mi mayor admiración a mi fiel amiga y lectora Bea por atreverse con semejante cosa, mis reverencias sinceras!)





martes, 30 de abril de 2013

De libros y tripis

Bueno, no me he podido contener, atención a la noticia:

"Los expertos reconocen que la lectura estimula la actividad cerebral y protege nuestro cerebro.



La Sociedad Española de Neurología ha concluido tras varios estudios sobre cómo evoluciona el cerebro en las personas que leen habitualmente que la lectura estimula la actividad cerebral, fortalece las conexiones neuronales y aumenta la reserva cognitiva del cerebro, lo que implica que la lectura protege nuestro cerebro ante enfermedades neurodegenerativas.

La protección llega gracias a que leer es una de las actividades que más activan nuestro cerebro y esto hace además que nuestro cerebro se mantenga joven y se retrase la pérdida de memoria en un 60%.

Por último, la Sociedad Española de Neurología reconoce que la lectura también genera temas de conversación, lo que facilita la interacción y las relaciones sociales. Por ello, una vez más, sabemos que leer ¡solo tiene ventajas!" (http://www.sen.es/saladeprensa/pdf/Link95.pdf)

Sinceramente, estoy confusa! No sé si debo alegrarme o entristecerme de que la Sociedad Española de Neurología haya "concluido tras VARIOS estudios" que la lectura nos beneficia! 


Por otra parte tal y como lo describen no puedo dejar de pensar en que están hablando de un tripi, pero eso me alegra decididamente y sin fisuras porque viene a reforzar una teoría que tengo yo desde hace tiempo acerca de la lectura: la lectura es una droga, y de las duras! 

 
libros y tripisPara mí al menos, y ahora que me estoy reconstruyendo más, que he vuelto a sus mieles con todas sus consecuencias yonkies: adicción, escapismo, viajes mentales, esquizofrenia y bipolaridad (me vuelvo como el/la protagonista, me fundo con él, soy él mientras dura el viaje), sensación de tristeza cuando se acaba y desorientación cuando vuelvo en mi y se abre la fase "dónde era que andaba yo en mi vida real?" e insisto con lo del anuncio de Fairy del post de la vuelta al cole! "Children, garden and dog included"


Y una resaca al día siguiente de haberlo terminado que ando como si se me hubieran matado al gato.

No todos los libros me trastocan así, pero tengo la suerte de dar con los que sí con relativa frecuencia (y desde aqui agradezco de corazón recomendaciones). 

Un libro que te atrape, que te absorbe, que te abre puertas, ventanas y zaguanes a nuevas vidas, a nuevas reflexiones que tu intuiste alguna vez pero nunca acertaste a ponerle las palabras que se enfundan a  ellas como un guante. 

Personajes de los que te enamoras, aborreces o con los que desearías encontrarte a lo largo de tu vida para tomaros unos buenos vinos y echaros unas risas y que te hiciera una transfusión de todo lo que has admirado en él a lo largo de sus páginas: su inteligencia, su humor, su postura ante la vida...

Paisajes que de tan plásticos se te meten en la retina como si hubieras vivido en ellos, como si fueran escenarios de tu infancia, como si los olieras y notaras su humedad en tus huesos.

Gracias a ellos he conocido desde países lejanos hasta barrios de mi propia ciudad que nunca he pisado, ya sea porque no hemos coincidido en el tiempo o en el espacio. 

Culturas que me son ajenas y visiones nuevas y sorprendentes de la mía, sentimientos que reconozco en mi o que me son extraños pero reconocibles en otros.

La palabra, lo que daría por poder alinear las palabras de manera que cual hormiguitas nos llevaran en procesión hasta el tuétano de historias ajenas que se convierten en la nuestra cuando terminamos el viaje, escribir esos libros que crean una vida nueva a cada lectura, nunca iguales, ni siquiera en el mismo lector. 

No podría recordar todos los que me han alimentado el alma y dado cobijo para salir de ellos reforzada y más grande, más lista, más sensible y más compleja, en definitiva, más humilde y más sabia.

Lo poco (o mucho ;-)) que lo pueda ser se lo debo en gran parte a ellos, aunque nunca en tan gran parte como a los que me rodean, of course, al césar... los libros son como los amigos, cuando están bien escogidos te dan lo mejor de ellos, y a cambio los llevas en tí para siempre.

Muchos a pesar de todo lo que han hecho por mi ya ni recuerdo sus títulos, sus autores... pero lo esencial queda, y cuando paseo el dedo o la pupila por sus lomos ordenados en cualquier estantería, en una casa, en una librería, en las fastuosas paradas de Sant Jordi, se me van los ojos y las mentes tras lo que sus títulos  evocan, y cuando veo uno de los que me ha alimentado lo reconozco de inmediato y me vuelve como una oleada las mismas sensaciones que me trajo, o al menos, si no todas, el poso que en mi quedó se revuelve para volver a dejar en el aire la reminiscencia de sus polvos mágicos...

Polvos!? He dicho polvos?? lo veis? es una droga, y de las duras!!

No puedo por menos que dedicar este post a mi último maravilloso tripi recién acabado: 

Filomeno a mi pesar (memorias de un señorito descolocado)
Gracias por el viaje, me he reído un montón contigo, Gonzalo Torrente Ballester!

(No hemos sido vecinos por un pequeño desacompasamiento de 70 años, que pena, me hubiera encantado coincidir contigo en la cola del pan del Forno de Xoane, o en la sala de espera del Centro de Salud de Serantes e intercambiar unas palabras y que me regalaras algúna reflexión, otro día será!)







martes, 23 de abril de 2013

De mis conversaciones ZEN (de pasillo) con Ananda (I)

Esta es una enseñanza.

Uno anhela lo que no ha tenido en su infancia, y a la vez no valora lo que si ha tenido, en la medida tan estudiada desde la economía en que cuanto más limitado es un recurso, más valioso es (ejemplo: petróleo y sus achaques "pedro-y-lobiles" de: ay que se acaba por octava vez en un siglo, sube el petrodolar!)

Esta es la otra enseñanza.

La otra es que la paz y la sabiduría (casi siempre van juntas) radican en la aceptación de los hechos.

Los hechos que nacen de la maldad deben ser más difíciles de encajar.

Pero los hechos simplemente equivocados, o no adecuados a las expectativas que son fruto de una mala gestión interna o de una miopía emocional, o de que simplemente no se ha podido hacer mejor porque no se ha sabido cómo, estos debería ser más fácil de aceptar (y de perdonar).

Sólo (sólo?!) es preciso, poner por encima de tu dolor del "me ha fallado" la aceptación de la incapacidad del otro en colmar tus expectativas.

Ser magnánimo y generoso, entender que la gente es como es, y que somos nosotros los que sufrimos el conflicto en nuestro seno cuando existe fricción entre lo que esperamos de esa persona y lo que obtenemos de ella en realidad.

En la medida en que recibamos lo que ya esperábamos no habrán decepciones ni desilusiones, y como con todo, mejor esperar poco y que lo que venga de más sea de regalo!
 

Esto es de mi cosecha

En realidad es como una ecuación en la que hay dos variables, su actitud y tus expectativas, una a cada lado del igual. Como uno no puede modificar la forma de ser del otro, se convierte en una variable fija. En cambio tus expectativas sí sin variables, así que para igualar la ecuación (conseguir el equilibrio de la relación) es preciso que tu reduzcas tus expectativas hasta llegar a su manera de ser.

Y otra reflexión de mi cosecha:

Damos a los otros lo que esperamos de ellos?

Cambiemos el foco a nosotros: los otros a veces nos hacen daño, o nos decepcionan. Y nosotros a ellos? Estamos dispuestos a dar lo que esperamos recibir?

Por otro lado...debería ser así? Hay gente más generosa que otra, los hace eso más dignos de amistad? Quizás la no generosidad es fruto de un seno familiar que no la ha fomentado, quizás luego no ha aprendido o no ha sabido como redirigir el camino que se forjó en un patrón de egoísmo desde su infancia.

Esperemos poco de ellos, no nos indignemos.

Quiere eso decir que también debemos concluir que nos tiene en poca estima? En absoluto. Probablemente ni se ha dado cuenta de sus actos egoístas, porque el egoísmo llega hasta no constatar que se está siendo.

Aceptémoslo, perdonemos, y decidamos si aún así nos aporta algo. Una vez decidido, y si es afirmativo, no volveremos a sufrir desilusiones, si es que se ha hecho desde la sinceridad y la consciencia. Si nos cuece, es que no se ha hecho bien el proceso, y habrá que volver a empezar. Digo yo.

Las fricciones están dentro de nosotros, y en realidad es una suerte, porque es dónde mejor pueden estar para que las tratemos! Imaginad que tuviésemos que ir cambiando la manera de ser de la gente y que ellos a su vez nos estuvieran intentando cambiar! Que horror, una plaga de evangelizadores!

En realidad, es lo que intentamos cuando reaccionamos con aspereza, enfado, tensión o tristeza a una decepción. De algún modo, sin analizarlo si quiera, estamos enviando el mensaje: me has hecho daño, corrige lo que has hecho, pídeme perdón, la próxima vez hazlo mejor.

Intentamos que el otro se amolde a lo que nosotros esperábamos de él.

Pero son esfuerzos muy desgastantes y casi siempre infructuosos, porque la tensión casi siempre genera tensión, y  manteniendo el supuesto de no-maldad, sino mala gestión de las emociones, el otro no logrará entender qué es lo que nos genera tanta crispación porque si pudiera hacerlo mejor, probablemente lo hubiera hecho.

Si pretendemos "educar" (y cuestiono si tenemos que "educarnos"), es la peor manera que podemos hacerlo.

Además, pretender poner recto un roble torcido es muy cansino, genera muchas penas y no se conseguirá ningún resultado en él (tu en cambio estarás agotado y de mal humor). Si realmente quieres incluirlo en tu vida, siéntate tranquilo a su lado y espera lo mejor de él. Y cuando te levantes procura hacerlo por el lado que no está torcido.

Como dice Ananda, no te lamentes de que el pescado tiene espinas, si tanto te molestan no lo compres, y si lo compras sabiéndolo, no te quejes ni sufras por ello. Cómete lo bueno y procura no atragantarte con una!


domingo, 7 de abril de 2013

De Semanas Santas y Másteres en Harvard...

Ayer asistí a una procesión de Semana Santa.

Mi cultura bíblica es tan pobre (de lo que en absoluto me enorgullezco) que ni siquiera he conseguido retener en mi cabeza si va antes Pascuas o Ramos, a pesar de mi apellido, y de vivir en España, tierra que ni que sea por ciencia infusa (y porqué significa "¿vacaciones!") acabas por saberte la mitad del santoral y por supuestísimo la vida y milagros de Jesús.

Supongo que unido a cierta rebeldía o rechazo (y eso que fui a colegio público y en mi casa siempre fueron del lado laico), mi subconsciente decidió (conscientemente) no atender a razones religiosas, y me dio por la estupidez de no darle ni siquiera el gusto de saberme lo que se debe saber si se pretende ser algo culta.

Así que ayer, en plena procesión de...Lunes Santo? me vi en la tesitura de tener que responder la insaciable curiosidad y afán de saber de mi hija mayor, de 4 años. Si hubiera sido en privado hubiera sido más fácil, tengo tendencia a inventarme explicaciones un tanto surrealistas de las cosas (la vida lo es, no?), pero en medio de tanto devoto se me hizo complicado no incurrir en posibles ofensas (la historia nos viene demostrando con demasiada asiduidad la elevada sensibilidad de la gente a la ofensa en temas religiosos).



Nosotros fuimos a ver la procesión porqué como liturgia me parece de lo más estética, y consigue, como toda buena liturgia que se precie, imbuirte en lo suyo, dejarte hipnotizada ante su complejidad y si te despistas queriendo ser de la banda cofrade tocando la gaita!! (los caperuzos no me llama tanto, los veo algo incómodos tirándose para abajo la tela que les cubre el rostro para poder ver algo por los miniagujeritos de los ojos, a parte que "of course" me dan miedo!).

Para vuestra información la procesión en cuestión a la que asistimos recibe el aparatoso y alegre nombre de:

PROCESIÓN DE LA CORONACIÓN DE ESPINAS, LA PRIMERA CAÍDA Y LA VIRGEN DE LA AMARGURA


Ahí es nada!




Pero claro, el tema despierta muchas cuestiones en una mente infantil, y sobretodo no se entiende muy bien porqué ese niño Jesús tan mono que hace tres meses era un bebé que nos dedicábamos a buscar día sí día también porqué la pequeña lo robaba de su Portal de Belén para buscarle mejores emplazamientos (debajo del sofá, detrás de la tele, el cubo de la basura...;-)) ahora es ese señor mayor, flaco y con barba colgado de una cruz.

Y porqué en la "procesión" de los Reyes Magos se daban caramelos y se gritaba mucho y ahora los pequeños cofrades reparten estampitas con su nombre escrito en el dorso (primera vez que lo veo) en grave silencio y sólo algún caramelo de vez en cuando, y sobretodo hay unos señores muy altos (así cualquiera) con unas capuchotes que dan mucho miedo.












Al final opté por explicarle que "cuentan" que hace muuuuuchos muchos años, nación un niño (Jesús) que algunos creían que iba a ser su rey (el concepto rey también baila un poco, suerte de los cuentos que sino...).

Como el rey que había entonces no quería dejar de serlo mandó matar a todos los recién nacidos (esto he tenido que incluirlo pq un día vino con esta historia del cole, una se estruja los sesos pensando en qué y cómo explicar las cosas para que cualquier día te aparezcan con cualquier historia que remodelar!), pero Jesús se escondió y se libró.


Aún así, Jesús, que se dedicaba a ir explicando a la gente que teníamos que ser buenos los unos con los otros, tenía muchos enemigos que querían seguir siendo malos sin que nadie les molestara (sus conciencias? uf, eso lo dejaremos).

Así que un día, ya mayor lo mataron (lo mataron de verdad, si, sin paños calientes, a ver como después metemos lo de resucitar..., como aún no hemos llegado tengo cinco días hasta el  Domingo de Resurrección para ir pensando...).

Y lo mataron colgándolo de una cruz de madera y dejando que se muriera de hambre (j...r, en las que me tengo que ver!), pero eso lo hacían antes, hace muchos años, que eran unos salvajes! (ahora en cambio estas cosas ya no pasan, claro...somos muy civilizados!).

Total, que por eso hay una cruz en todas las iglesias, porqué se recuerda lo que ocurrió, y por eso los creyentes (los que se "creen" esta historia) se hacen una cruz en el rostro. Y por eso se hace este "teatro" en la calle para revivir lo que "cuentan" pasó hace dos mil años.

Que en otras regiones cuentan otras historias de otros niños, como Mahoma, o Buda, y que en lugar de una cruz tienen otro dibujo, como una media luna. Y que incluso hay regiones que tienen un montón de personajes que traen buena suerte, unos para la casa, otros para los viajes, otros para la escuela, para ganar dineritos...



Finalmente la cosa gustó y emocionó (en esto hay que reconocer la maestría en la puesta en escena, son muchos años de ensayos!), cuando pasó la virgen (Virgen?) la mayor me dijo:

 "mama, estic tremolant de tant que m'agrada" 
(mamá, estoy temblando de tanto que me gusta)

Y la pequeña que empezó aterrada por los capuchones (y quién no?) y acabó encantada con las gaitas y los tambores de la banda y a la pregunta de:

 "t'ha agradat?" hizo un sí tan grande con la cabeza que casi se nos disloca!


(lo que no sé cómo voy a explicar es qué relación tiene el uniforme militar de los músicos con la pasión...)

Así que primera prueba pasada!


CONCLUSIÓN:
Voy a intentar incrementar mis conocimientos en la materia para poder explicarlos con toda la claridad que la complejidad (y salvajez) del asunto requiere y hacerlo a la vez de la manera más laica y con la mente más abierta que pueda. 

Si tener hijas (entre otras muchas cosas) me va a servir para hacer tremendo esfuerzo intelectual que se quite el mejor Máster de Harvard!