jueves, 11 de diciembre de 2014

De apegos buenos y malos

Ultimamente llevo escuchando que algo que yo tomaba por bueno, el apego, resulta que es malo, según las postulaciones de crecimiento personal del "aquí y ahora" y compañía.

De hecho... ¿Qué es el apego?

Según la wikipedia:

"El apego, concepto que debemos a la etología, se define como una vinculación afectiva intensa, duradera, de carácter singular, que se desarrolla y consolida entre dos personas, por medio de su interacción recíproca, y cuyo objetivo más inmediato es la búsqueda y mantenimiento de proximidad en momentos de amenaza ya que esto proporciona seguridad, consuelo y protección (...).
Desde el punto de vista emocional, el apego surge cuando se está seguro de que la otra persona estará ahí incondicionalmente, lo que facilita que aparezcan la empatía, la comunicación emocional y hasta el amor entre estas personas"

Yo ampliaría que también le podemos tener apego a cosas y a situaciones. Puede darnos seguridad hacer siempre el mismo recorrido al trabajo, nuestro rincón de lectura o la rutina matutina, incluso a cosas como tu coche, o tu peluche de cuando eras pequeña.

Parece que todos coinciden en que el apego en edades muy tempranas, desde recién nacidos hasta los tres, cuatro años, es bueno y necesario. Es una estrategia de la manada en la que se protege a la cría, que crece en un entorno seguro y en el que desarrolla el sentimiento de cohesión que en determinadas especies les ha funcionado evolutivamente  para hacer frente a agresiones externas. Los mamíferos en general, vaya.

Pero en personas a partir de cierta edad es (dicen) absolutamente nocivo, al contrario de lo que se nos ha venido vendiendo en forma de "...y comieron perdices" y de fomento de modelos  familiares "indestructibles" de largo plazo, desde la religión, la economía y la política.

Eso en occidente, claro. En oriente, que llevan mucho más tiempo que nosotros pensando en estos menesteres, parece que no están por la labor de la permanencia per se.

Aquí la búsqueda de la estabilidad emocional, continuidad, seguridad, protección, predictibilidad ... Etc es el camino marcado y el que seguimos convencidos de sus bondades, anhelando su consecución y envidiando a quien (aparentemente) lo ha conseguido.

Para luego llevarnos las manos a la cabeza cuando rompe una pareja amiga que nunca lo hubieras dicho, una hija adulto se autoexilia voluntariamente a 10.000 km mar mediante de unos padres aparentemente perfectos.... qué frágiles son las relaciones, qué rápido giran las tornas, qué radicalmente puede cambiarnos la vida en unos segundos, cuando alguien tira de la manta y deja la estructura podrida al descubierto, y vemos que lo único que en realidad nos hacía seguir era el apego al otro, la costumbre, la falsa creencia de la necesidad.

Y aún así, aún viéndolo a nuestro alrededor, seguimos generando todo tipo de mecanismos tácitos para evitar, minimizar y esconder bajo la alfombra de la rutina cualquier atisbo de cambio, porque los cambios no nos gustan. Nos hacen pensar. Nos duelen horrores. Ponen las cosas patas arriba y tenemos que repensarlo todo. Y no sabemos hacerlo, no nos han enseñado. Nos gusta creer que todo es para siempre.

Cuando en realidad, sólo hay una cosa permanente en la vida: el cambio.

Deberíamos acostumbrarnos a autoevaluar de manera fluída y contínua los motivos que nos empujan a hacer lo que hacemos.

¿Hoy, prefiero vivir con esta persona a mi lado en lugar de sola o otra?
¿Me gusta el trabajo que hago, y si es que sí, es por que me aporta o por que me es fácil?
De las personas a las que les dedico mi tiempo y energía, ¿hay alguna que en realidad me hastíe, y que siga viendo por momentos juntos que hayamos pasados o una antigua amistad? ¿Todas me aportan?

El apego hace que en nombre de glorias pasadas o rutinas actuales aparentemente confortables vendamos nuestro futuro y nuestra alma al diablo, que es el miedo. Miedo al cambio, a la evaluación, al diagnóstico y a la decisión. Miedo a quedarnos solos con nosotros mismos. Miedo a la libertad, que requiere ingentes cantidades de energía y valentía.

Los motivos para llegar a estos asuntos profundos de reflexión nunca vienen solos, siempre aparecen a la vez. O mejor dicho, siempre están ahí pero una los ve a la vez cuando está preparada para verlos, volvemos al maestro que aparece cuando el discípulo está listo, y esta vez el maestro ha sido una circunstancia personal próxima a mi, una conversación entre coworkers y un libro en la misma semana.

Las dos primeras daban vueltas al apego entre adultos como pareja.

Y el tercero, entre madres e hijos ya crecidos, y no es uno, sino en vários libros de la misma escritora (Rosemund Pilcher) porque es un tema recurrente en ella.

Quizás es por su propia madurez personal, o quizás es cultural por la metálica forma de ser británica, al fin y al cabo el desapego familiar es un rasgo muy anglosajón, y me atreviría a decir protestante. O al revés, el apego es un rasgo muy católico.

A través de sus novelas insiste en la necesidad de dar aire a los hijos cuando éstos llegan a la edad madura (18 años). En animarlos a irse fuera del nido, en no inmiscuirse en sus asuntos salvo en caso de ser requerida por ellos. En respetar su vida y sus decisiones como a cualquier otro adulto. Y lo dice desde la sabiduria de quien desea evitar hijos inmaduros, infantiles y apegados. Y con la fortaleza de quien sabe que el mejor antídoto a las relaciones familiares enfermizas y castradoras es dar distancia asumiendo que quizás ésta sea para siempre.

Miro a mi entorno y me llevo las manos a la cabeza.

Prácticamente todas mis amigas y desde luego me incluyo tenemos relaciones malsanas con sus padres (especialmente madres). Seguimos articulando planes en función de la familia sin que probablemente sea lo que en realidad deseamos. Seguimos con roles totalmente absurdos que sólo representamos en el hogar familiar, que ni nos corresponden ni nos definen, y que nos sacudimos de encima como si fuera un jersey de lana hecho por la abuela de los que pica rápidamente, ahora que no nos ven, al decir el último adiós.

Y volvemos a nosotros mismos sintíendonos avergonzados de nuestra cobardía de seguir aceptando jugar con las cartas de una baraja marcada que no hemos repartido nosotros, y nos vamos con un regusto amargo en la boca y el cuerpo acartonado.

Esa, creo, es la peor forma de apego, porque te inhabilita para la vida adulta y te obliga a repetir el mismo patrón por referencias con tu pareja y con tus hijos, repitiendo los mismos errores, que al final es uno. Estar tan lejos de ti mismo. Confiar tan poco en tus posibilidades sin ataduras. En no saber andar solo por la cuerda floja. Tu gente ha de ser tu red, para al caerte saberte amado. Pero tenemos que caminar solos, sin apoyos que nos vicien y nos hagan olvidar que podemos hacerlo solos.

Joder. Me ha salido un post de autoayuda. Horror! ;-)

Que me (auto)ayude al menos a integrar en mi mente, alma, o dónde se anclen estas verdades que sólo el cambio es permanente, que hay que saber en todo momento lo que preferimos, y que hay que educar para ello, sin caer en la fácil tentación de repetir patrones de apego del malo.

No, si esto va a ser como el colesterol! Hay apego del bueno y del malo ¿de cuál tienes tu?

sábado, 6 de diciembre de 2014

De electores y elegidos

Leo en el párrafo que antecede "El Balneario" (1.953) de la grande Carmen Martín Gaite en "Todos los cuentos" lo siguiente:

"Cuando un hombre, dormido e
inerte en la cama, sueña algo, ¿qué
es lo que más existe: él, como con-
ciencia que sueña, o su sueño?"

Miguel de Unamuno: Niebla (1.907)

El tema de los sueños en su enésima vuelta de tuerca, como el monólogo de Segismundo de Calderón de la Barca  (1.635) y su

".....que toda la vida es sueño
y los sueños sueños son"

o aún más atrás Shakespeare en 1.595 con "Sueño de una noche de verano"...

"Cuatro días pronto pasarán,
y cuatro noches en sueños se irán"

Gaite bebiendo de Unamuno, Unamuno de Calderón.

Niebla de Unamuno hermana de casi título y año con Ciudad de Niebla de Pío Baroja, esta última con su sorprendente (para mí) contemporaneidad, esperando una reliquia me encontré con algo "como recién escrito", por su ironía, por sus rápidos y ácidos diálogos, por lo aún hoy día inusual de ser una mujer inteligente e independiente la protagonista, siendo el autor un hombre.

Unamuno citado varias veces en "Bilbao Nueva York Bilbao" de Kirmen Uribe (2.008) como alguien de carne y hueso, real, amigo de los Arteta, una de las familias entrecruzadas protagonistas.

Las grandes obras (y las pequeñas, y las medianas) van saltando caprichosas por los años como ranas por nenúfares, sirviendo la fecha únicamente como contexto para entender mejor una época.

La escala temporal desaparece en el mundo paralelo de la literatura (¿de los sueños?) tejiendo una red de conexiones vigentes ajenas a su edad que, si tiramos de la madeja, iremos descubriendo, infinita, y cada vez cobrando todo más sentido.

La gran ventaja es que no perece, que la red es cada vez mas tupida, que a los clásicos se les unen las obras del siglo XX, las que se acaban de editar en el XXI, las que pronto florecerán explosivamente en soporte digital sin necesidad de filtros editoriales, contactos o favores....
¡Cuánto trabajo se nos viene encima!

Pero no hay que agobiarse, sería estúpido.

Hay tiempo para irse deleitando con el hilo de la madeja del que nos apetezca tirar.

Ahora me he ensimismado en mediados del siglo XX, y últimamente en mujeres (la citada Gaite, Rosemund Pilcher), y me asombro de cúanto han cambiado para nosotras (para bien) las cosas en relativamente muy poco tiempo (para lo que la humanidad viene siendo, claro).

Sé que mi brújula apunta ahora a la Matute, que ya le tengo ganas, y a la Wolf, que me mira retadora cada día desde la estantería del recibidor cuando dejo las llaves junto a ella.

Me espera, y estoy lista. Será la próxima en caer.

Y a veces me pregunto...
¿Por qué ahora si y ahora no?
¿A qué viene ahora este interés mío reciente por la posguerra y la miseria moral Barcelonesa de los años cuarenta retratada por Marsé, por Terenci Moix, por Goytisolo?
¿Y por qué de manera recurrente cada cierto tiempo el frenesí por autores ingleses?
¿Por qué salvo Paul Aster y Truman Capote no me han llamado (por el momento) autores norte americanos?
¿Qué fue de esa ola voraz de García Márquez y de rebote otros autores de su constelación, al que deboré y murió de éxito fagocitado?
¿Por qué miro el grueso lomo del Quijote haciendo prácticamente una reverencia cuando mis pupilas se pasean por él como conteniendo la respiración sin apenas rozarlo? ¿Cómo sé que no es aún su momento, ni lo ha sido desde hace veinte años?

Simplemente lo sé. Instintivamente.

¿No es SU momento, o no es MI momento?...

¿Quíen escoge a quíen?

No hay duda.

Ellos me escogen. El objeto escoge al humano. Los objetos nos llaman, como dice mi amado Millás.
El objeto no varía, es el humano que sintoniza o no con el objeto en ese momento.

El objeto es un libro, es un coworking, o un vestido.

Un vestido rojo escotado sólo te lo pondrás en determinado estado de ánimo y momento.
Todas las mujeres en todos los momentos que se pongan un vestido rojo escotado serán prácticamente la misma mujer.

Ya no me preocupa quíen entre por la puerta del coworking y tras verlo se quiera quedar. No me preocupa que encaje con la gente, con el espacio. Si se queda, es porqué el coworking llama, como Hamelin a los niños, a los que encajarán en él. No deciden ellos. Decide el coworking siendo cómo es.

Los libros están ahí, y cuántos más leas más querrás leer, simplemente deja que los propios autores, temas, épocas o estilos, lo que más te haya atrapado del último libro, te muestren los hilos a seguir para escoger el siguiente, formando un eslabón más de una cadena que a menudo se ramifica, se enzarza o vuelve a su zona de confort, cual casilla segura de salida, cuando las prospecciones no han cuajado.

Como reza un dicho oriental, el maestro aparece cuando el alumno está listo"

Poco a poco, libro a libro, en el calidescopio del universo irás atisbando un sentido, una mirada algo menos desorientada, y cada libro te rellenará un hueco vacío que tal vez (seguramente) ignoraras que tenías.

Y luego te cuentan la gran revolución humana que estamos viviendo con los móviles, internet, smart cities y demás cacharrería... Que sí que sí, pero de Calderón hasta hoy se inventó la pólvora, la electricidad y el coche, entre otras cosas, y los sueños, que yo sepa, sueños siguen siendo! En realidad, cincuenta, cien, doscientos años no son nada, las grandes pasiones, las eternas incógnitas y las pequeñas realidades son siempre las mismas... Por no hablar de Homero!

sábado, 22 de noviembre de 2014

Fetichismos, amuletos y talismanes

Hoy no va de chamanes.

Va de nuestro apego absurdo a las cosas que nos han acompañado. Nuestra dificultad para deshacernos de ellas. O al menos la mía!.

Hoy he alcanzado un hito en el proceso reorganizador y de adopción de buenos hábitos en el que me veo inmersa: hacerme tuppers en lugar de mal comer por ahí a base de bocatas o directamente no comer, ir de verdad cada semana al gimnasio como mínimo una vez por semana, acostarme pronto, no tener úlceras... etc.

Hoy me he enfrentado a un armario lleno hasta arriba de papeles míos de cuando era algo parecido a algo serio profesionalmente hablando.

¡Y los he tirado todos!

Si. Mis 20 libretas de espirales y tapas duras que siempre me acompañan al lado del teclado.

Me resisto a abandonar el boli, y me gusta ordenar mis ideas, hacer listas de cosas o cálculos rápidos a mano. Ojeándolas ahora veo direcciones de correo de gente que te trae recuerdos de proyectos, números de teléfonos que en su momento no sabías si sólo hablarías una vez o se convertirían en clientes o colaboradores con los que acabarías desarrollando incluso una estrecha amistad....

Cálculos rápidos de presupuestos de proyectos que ignorabas si acabarías haciendo, fichas de proyectos, repartos de tareas, esquemas, diagramas, dibujos geométricos a base de cuadraditos reseguidos acompañando a saber qué conversación telefónica...

Los cuadernos són más personales que las agendas, porque no te limitan el espacio, y tanto puedes anotar una lista de la compra como redactar los antecedentes de un proyecto, o notas de un software nuevo.

Por eso me he resistido a deshacerme de ellas durante tanto tiempo. Las he paseado de mudanza en mudanza, cada vez más numerosas, cada vez exigiendo más volumen de casa para ellas. Y qué me daban a cambio. Hasta hoy que las he tirado no las había vuelto a mirar.

¿Por qué guardamos este tipo de recuerdos? Para muchos encima no siendo personales todavía es más absurdo, pero es que lo de personal es un concepto muy difuso. Para mi Aresta, mi pequeña ingeniería fue mucho, y desde luego, muy personal. Ahora que ya la "dí por muerta" hace unos meses, supongo que todavía tenía menos sentido seguir cargando con su cadáver.

Aunque no negaré que Aresta Ingeniería me dio muchos dolores de estómago, me dio tantas otras cosas que siempre me he sentido muy afortunada de haber podido vivir esta etapa.

Aprendí lo que no está escrito. De cosas técnicas desde luego. Pero también de cómo funcionaba el mundo en el que vivíamos (al menos el de antes de la crisis), de cómo es una empresa por dentro, de cómo responde la gente y de cómo no. A trabajar duro, a amar mi trabajo, a tener ilusión y generar ilusión en los clientes, a tener confianza y generar confianza. A entender que los trabajadores son trabajadores y a no pedirles o no decepcionarme si no hacían lo que en mí salía de natural.

Aprendí muchísimo de mis numerosos errores.

Fui muy feliz trabajando duro, ganando autonomía, sentido de la responsabilidad, confianza y sabiduría, y eso, eso está en las libretas. Pero eso lo llevo yo todavía más dentro de mí.

Quizás no recuerde ese teléfono garabateado en 2005, pero sé que ese nombre, Miguel Teixido, me dio la oportunidad de hacerme valer. Quizás ese presupuesto que salió por mucho más en la realidad vaya a la basura, pero las lecciones aprendidas a la hora de calcular presupuestos se fijaron a mí en su momento y por siempre.

No necesitamos amuletos voluminosos pero vacíos, talismanes que nos recuerden tiempos mejores. Lo que tenía que quedar quedó, marcado en nuestra alma como hormigón impreso.

Podemos viajar ligeros, debemos dejar espacio en nuestras estanterías para lo que vaya trayendo el devenir, y no vivir de joyas pasadas, cuyas enseñanzas ya se forjaron.

El pasado, pasado está. Y el papel, a reciclar!

(Creo que si "maté" a Aresta hace unos meses, hoy le he dado sepultura y esto ha sido la necrológica... Que en paz descanse pues! Te recordaré con una sonrisa)

martes, 28 de octubre de 2014

La intensa vida de una mamá chacha (que no mamarracha)

Voy a contar un tópico. Y pensaréis buaaaa q aburrido, siempre con la misma monserga, que pesadas sois!

Pero es q es una verdad de las verdaderas. De las verdaderas de verdad! De la buena.

Ser madre-ama-de-casa es agotador. Es que no paras de trabajar!

Yo de por mi era perezosa, vaga, holgazana, me escaqueaba a la que podía, nunca me levantaba de la mesa para ayudar en cenas multitudinarias si no era ya de flagrante mala educación inexcusable.
En mi casa por aquello de yo ya pongo la casa y en ajenas por lo de yo es que no sé donde están las cosas. En definitiva. Que no pegaba ni sello en casa.

Y desde que soy madre, quien me viera oyes! Me han cambiado por otra! No me reconozco en los espejos en los que ya por no verme ni me miro!

Soy una máquina de trabajar.

Con lo profesional ni entro ni salgo, más o menos con la misma intensidad de siempre, que, todo hay que decirlo, es mucha! Porque que una puede ser vaga por sectores. Y a pencadas eficientes (y la mayor parte de las veces apasionadas) pocos me tosen.

Pero con lo doméstico.... Hoy ha sido uno de esos días cúspides de mi carrera doméstica. Me permitiréis retozarme en ello.

He empezado como siempre; ducha, despertar niñas, vestir niñas, desayunos, mochilas, cole. Como hoy las llevaba mi consorte señor marido (ya), he podido proceder a recoger cocina, baño, hacer camas, recoger juguetes, ordenar libros, poner una lavadora, sacar una secadora, doblar ropa, colocar ropa en sus armarios, preparar bolsa piscina, ir a trabajar.

Trabajar-trabajar-trabajar-trabajar-(si, la que estaba en el paro, ya dije que era un paro tácito)-trabajar-trabajar-trabajar.... Ups! Las 4! Corre corre

Moto a toda pastilla q llego tarde (¿¿nunca aprenderé a salir antes??)

Recoge niñas, no llevas merienda?

No, no llevo merienda, (a tanto no llego, no me explaiaré), ala! al paki a por unos donuts y unos cacaolats, y la integración de nuevos hábitos alimenticios con la que llevamos dos semana a base de pan de verdad que compro en un horno de los buenos a precio de titanio (el titanio es caro, no?) y de legumbres de verdad puestas en remojo ochocientas horas, y de arroz integral que no se cuece ni tras tres tristes horas... A la mierda! Dos donuts x niña, no uno no, DOS!

Vamos a la piscina corriendo que no llegamos. Agotadas tras una caminata (sube, baja, recto, sube, baja) de 15 minutos vertiendo cacaolat (obvio) por la camiseta llegamos.

Desviste niñas (y creía q ir a la piscina yo sola era complicado!, juas juas! Inocente...), pon bañadores, gorros, chanclas. Ya, al agua patos.

Y yo? ¿Me doy un merecido descanso y me tomo un café y me leo algo q creo que se llama periódico? Nooooo!

Decidí sabiamente en su día que lo mejor era apuntarme yo al gimnasio esa hora, yendo x c.....s con las niñas era la única manera de asegurarme que iría, tras varios infructuosos intentos de hacer deporte. Así que durante 45 minutos a la semana un señor me maltrata sometiéndome a las tan temidas máquinas cual sala de torturas.

Salgo exhausta pitando cuando veo q salen de la piscina. Ahora ya somos tres a duchar y a vestir y a secar el pelo. Que bonito...

Una hora después salimos dispuesta a pegarme otra caminata hasta a casa, y encima ya tan de noche!

Hoy por un designio divino ha venido el padre de las criaturas a por nosotras en ese artefacto con 4 ruedas q hay q reconocer que a veces es maravilloso.

Llegamos a casa, muerta de hambre me dispongo a hacer un risotto de bolets (si, quien me mandaba).

Media hora larga después, con las niñas en pijama y la lavadora puesta con las cosas de la piscina, nos dan ambas la cena; que no les gusta el risotto, con lo bueno que me ha salido, oyes. Al final se lo han comido las dos.

Pasa que después de recoger la cocina, sacar secadora, doblar otra vez toallas, contar un cuento y que se durmieran, la pequeña de tanto toser lo ha echado todo por la borda. Cambia sábanas, pijama, albornoz, muñecos, todo al cubo de la ropa sucia.

Pena de rissotto de bolets.

Limpia con agua caliente y jabón el cosi en el que ha acabado de darlo todo, pasa el mocho por el suelo, dale de cenar al perro que protesta, recoge las bolitas de pienso que se han caído, vuélvete a lavar las manos por quinta vez en 20 minutos.

Ya se ha acabado la lavadora, pon la secadora y lava ya las sábanas y el muñeco afectado que huele que alimenta. Vuélvete a lavar las manos.

Son las diez.

Luego la fisio de suelo pélvico me preguntará porqué no hago lo que me dice y practico ejercicios de Kegel media hora cada noche y lo del etíope en plena hambruna que se llama ejercicios hipopresivos.

Señora. No puedo con mi alma!

Y con los dos platos de rissotto q me he comido no puedo hacer el etíope!

Si yo no era así!!! Devuélvanme a mi Maria!!! Era mucho más cómodo! Vas a comparar!!

Aunque bien mirado...creo que debería sentirme más orgullosa de ésta que de aquella....al fin y al cabo, ahora ayudo todo el rato y no hago casi nada para mi. No es que ayude, es que sin mi (y el 50% correspondiente a mi esposo) nada de esto tiraría adelante.

Y creo q lo de ser madre va por ahi.

Me refiero a anteponer a la família a hacer lo que te rota en cada momento.

Porqué lo de hacer de chacha digo yo que te lo ahorras si eres rica y tienes interna, no? Es una opción interesante, miraré mi cuenta corriente a ver si me ha salpicado por casualidad una de estas tramas de sobrecitos!

Au, bona nit, a descansar, yo desde luego caeré frita frita !

miércoles, 8 de octubre de 2014

Un ratito de gratitud

Gracias, gracias y más gracias.

Por la vida, que me ha dado tanto, como diría Violeta Parra.

Por tantos motivos deberíamos dar las gracias cada día al levantarnos, y cada noche al acostarnos, que al final no darlas no deja de ser un signo inefable de lo perfectísimamente bien que estamos, y siempre hemos estado, queja mediante.

 Ayer empecé (y casi acabé) "Si te dicen que caí", de Juan Marsé.


Todavía tengo una pelota incrustada entre el esófago y el estómago, una retroexcavadora con bulldozer ha entrado en mi aparato digestivo y se me ha llevado parte del alma que guardo allá y ahí ando intentando recomponerla, sacar la pelota y devolverme la fisiología que debiera estar en su lugar.

Brutalidad. Dolor enquistado en la corta memoria infantil de los niños protagonistas, rotos y ya viejos. Personajes sórdidos absolutamente faltos de toda moralidad. Violencia sexual. Sociedad putrefacta. Y Barcelona, años 40 de telón.

Y para más inri las calles que piso cada día. Secretàri Coloma, Escorial, Legalitat, Providència. Hoy ciudad ejemplar, con sus tiendas y sus bares, sus personas mayores sentadas al sol, su ajetreo de barrio. Sus acera arregladas, los edificios de pisos dignos y decentes. La calle limpia. La escuela rebosante de niños alegres. Que no juegan a que torturan, que no comen de entre las basuras, que no se ponen azufre en la cabeza para combatir la sarna. Que no se prostituyen por 4 chavos.

Niños que no tienen el recuerdo de sus padres fusilados, ni colgados, ni humillados. Niños cuyas madres son razonablemente felices, entre sus estreses laborales y sus conciliaciones, pero amigos, amigas, bendito problema!

75 años han pasado. Sólo una vida. Marsé y tantos otros están ahí para contárnoslo. Nos cuentan ellos lo que nuestros abuelos han callado. Porque lo sufrieron en sus carnes y recordarlo es revivirlo o porqué en su momento pudieron escoger no quererlo ver, se amarraron bien fuerte y a consciencia la venda en los ojos y ahora, a estas alturas, el paso del tiempo lo pone en bandeja para hacerlo todavía más insignificante. Más irreal. Probablemente hasta lo hayan conseguido olvidar. Ellos han ganado. Ya casi nadie sabe ni quiere saber lo que ocurría hace una vida.en los descampados alrededor del campo del Europa, en el Guinardó, en el Carmelo, en las faldas de Montjuïc,  en el Somorrostro.Ya nadie se acuerda de la miseria. Somos una ciudad opulenta, rica y orgullosa. Estamos entre las 10 más turísticas del mundo. La mierda se ha barrido bajo la alfombra del olvido.

El Carmelo y el Guinardó son, sin ser de lujo, barrios dignos con todos los servicios. Montjuïc es una zona ajardinada y monumental, testigo orgulloso y mudo de los fastos de la Barcelona Olímpica. El Somorrostro ha quedado enterrado por la arena de la Barceloneta, las icónicas torres Mapfre y el pez dorado, así como por el resto de la Vila Olímpica. En el Raval, en cambio, la miseria continúa, pero esta vez los emigrantes vienen de tan lejos que nos cuesta empatizar, y la venda en los ojos vuelve a apretarse.

Yo no soy de los que se quejan de que Barcelona sea ahora un escenario de cartón piedra sin personalidad, para rodar anuncios de coches y darle un marco coherente a las obras de Gaudí. No extraño esa Barcelona de moral carcomida, de vencedores y vencidos. De muy vencedores y de extremadamente vencidos.

Me siento afortunada de haber llegado a ella con este lapso de vida que me ha ahorrado vivencias desgarradoras, difíciles de sobrellevar con dignidad el resto de tu vida. Me maravillo de que en sólo una vida las heridas hayan cicatrizado, que la dignidad haya sobrevivido.Se las llevan, las unas y la otra, sus víctimas a la tumba. Nos las han ahorrado. Y la prosperidad ha hecho lo demás.

No digo que antes fuera mejor, esa cínica e insultante afirmación merece embucharle al susodicho la bibliografía completa de Marsé, Gil de Biedam, Terenci Moix y Vázquez Montalbán en 24 horas y que escuche luego testimonios reales, a ver que tan "auténtico" le parece! (Sacaremos a Mendoza de ahí porqué sería capaz de no entender más allá de la ironía graciosa de sus hilarantes peripecias.)

No era mejor. Ni mucho menos. Pero aunque duela, aunque se nos lleve un trozo de esófago por el camino, o precisamente por eso mismo, hay que conocer esa Barcelona. Para valorar la de ahora. Para valorar este momento, esta vida. Esta paz (aunque haya quien la quiera tergiversar), esta prosperidad (aún con la que está cayendo), el respeto por los derechos humanos y la protección férrea a nuestra infancia. Para crecer. Para madurar.

Y para dar las gracias a quien corresponda. Para tener un ratito de gratitud.






miércoles, 1 de octubre de 2014

Downshifting y otras quimeras

A 1 de octubre de 2014 me hallo como una sopa de mocos y con mis planes de downshifting tan tierna y amorosamente amasados durante el verano tambaleándose peligrosamente.

En menos de dos semanas he visto caer uno tras otro cual piezas del serpentín mis grandes propósitos de septiembre (todos ellos en la línea de trabajar menos, estar más y mejor con los míos...etc etc)

Empecé bien a grito eufórico de "a tomar todo por el culo" antes del verano.

Continué mejor que bien tomándome tres meses de vacaciones, así, rollo l'Oreal, porqué yo lo valgo!

Septiembre empezó a torcerse pero yo aguanté estoicamente las embestidas a fuerza de repetirme a mi y al mundo tercamente "mientras las niñas no empiecen el cole yo tampoco"!

Pero las dos semanas siguientes han sido el castigo divino de los dioses envidiosos de mis 3 meses de verano!

Me temo que estoy pagando con creces mi osadía.

En dos semanas he tenido QUE LIDIAR

Con correos histéricos de gente idem que total, acaban de llegar de vacaciones como yo y de ir a medio gas en julio y pretenden que esté todo listo sólo llegar y hacen pagar sus agobios a los del siguiente eslabón de la cadena.
Con la nevera vacía.
Con poner (o intentarlo sin mucho éxito) al día todo lo atrasado.
Con vuelta al cole (así, en plan genérico).
Con el tetris de extraescolares (así, específicamente).
Con la nevera vacía.
Con hacerme con los equipamientos propios de sendas extraescolares (bañadores, gorros, toallas, gafas, chanclas...se repite la historia, q es un bucle, y kimono de judo como novedad)
Con los sueños mal domados.
Con la nevera vacía.
Con temas de curro aplazados a octubre pensando que octubre no existiría porque el mundo se habría acabado antes porque nos caería un meteorito o nos ahogaríamos en el mar (los barceloneses) con lo del cambio climático.
Con las lluvias torrenciales.
Y con la nevera vacía.

Tengo que recomponerme el moño, respirar hondo en la medida en que mis virus ascensor (léase los q pasan de niños a adultos) me lo permitan y plantarle cara al mundo, y darle calabazas al sitio que me tiene reservado.

Que no, que a mi ya no se me engaña. Que yo ya he pringado. Que no quiero meterme en el ciclón del día a día ni en la rueda de las urgencias.
Que el curro más importante nunca lo es tanto como para dejarte exhausta y sin energía para los tuyos.
Que de hambre no moriremos.
Que necesitamos poco, que como decía mi abuelo Erundino "es más rico quien menos necesita que quien más tiene".

Y aun así me voy viendo metida por compromisos adquiridos, porque en el fondo (y en la superficie) me va la marcha y no sé decir que no porque todo me apasiona incluso los proyectos ruinosos...casi parece que cuanto más ruinoso mejor! Y a todo esto, yo no estaba en el paro? ¿Que ha pasado? Ahhh si, que era un paro virtual, un paro emocional, una declaración de intenciones venida a menos. Al final la única diferencia es que yo me considero en el paro. Vamos, otra estratagema de autoengaño de las mías. No hay que preocuparse.

Tengo mucho camino que recorrer buscando el equilibrio, y aprendiendo a planificarme mejor.

He descubierto que gran parte de mis desasosiegos y estreses vienen porque mi nivel de planificación es cero y siempre ando con la nevera vacía y llegando tarde a todas partes (tarde y estresada).

Quiero cumplir un horario (con muy pocas horas laborales puestos a pedir).
Quiero cobrar (parece una perogrullada pero sé de lo que me hablo).
Quiero cocinar más y mejor.
Quiero dedicarme íntegramente a mi familia por la tarde (sin intrusismos de mails de curro leídos y lo que es peor, contestados, a hurtadillas con una mano y un ojo mientras con la otra mano columpio una niña y con el otro ojo vigilo que no se me desnuque y así en plan global bizqueo)
Quiero que cenen pronto y se acuesten pronto.
Quiero escribir (más) y leer (más).

Aunque he mejorado muchísimo desde mi primer post de reconstruyendoamamá (entre otros indicadores: leo y escribo ;-)), aún me queda...
.... Y me da que para cuando haya aprendido a organizarme con esto de llevar una familia y ser una emprendedora apasionada con proyectos ruinosos de bombero las niñas ya se habrán ido de casa a estudiar, conocer mundo o lo que sea que se haga de aquí 15 años y yo tendré que consolarme inaugurando la nueva temporada de post "Reconstruyendo a mamá post nido vacío" ;-)!

Hasta entonces seguiré en la brecha!

domingo, 28 de septiembre de 2014

Sedimentada crónica de mi(s) maravillosa(s) boda(s) veraniegas


Primero fue Ferrol....

Fue un inolvidable paseo en barco por la Ría de Ferrol, y si, fui esa, fui la novia radiante que no para de sonreír encantada de la vida, de su ahora marido, de sus amigos, de su família, del paisaje verde azul, de la mejor tarde de verano que el caprichoso tiempo gallego podía regalarnos, del albariño fresquito cortesía de David y su bodega, de la increíblemente inmensa luna llena roja de julio que inundó de luz la ría y de destellos la mar calma, de la voz y la guitarra de Roger, de la armónica de Jose, del cariño de Carmen al hacer posible (y un éxito) nuestra penúltima idea peregrina de celebrar la boda a bordo del Rías Altas I!

Y de navegar por la ría de tu vida con la gente que te ha acogido en tierra extraña y han sido tu familia por diez años, y los que han de llegar, a la que quieres y te quieren, y a la que tantas gracias tienes que dar...

A Bea por su amor incondicional y correspondido tal cual, por los incontables momentos pasados, por los muchos buenos pero sobretodo por los malos, por ayudarnos mútuamente a pasarlos mejor y que nos han unido con superglue para siempre jamás!

A la otra Bea por su coraje y por su alegría de vivir y por ser tantas veces mi inspiración y ejemplo a seguir cuando me veo superada y no sé priorizar lo que vale de verdad de lo que no. Y a todo su clan por acogernos con simpatía y cariño sincero.

A Rocío por ser mi alma gemela, por conocerme tanto y aún así quererme, por entenderme con mirarnos y por ser bruixa curuixa y sorprenderme continuamente con su sagacidad!

A Pilu por su energía infatigable y amistad leal, por ser noble y tener los pies anclados, la cabeza amueblada, un punto de locura y la risa fácil.

A Antía por su inteligencia eléctrica y brillante, por su sentido del humor, por su cultura, porque nunca nos cansaríamos de hablar ni de hacerlo en el mismo idioma. Y mil gracias por esas palabras exactas, llenas de poesía y de razón, que nos regaló en el templo civil en el que nos dimos el "si, quiero". Templo que otra alineación cósmica, como el radiante sol que tiñó la tarde de rojo y esa luna de belleza blanca casi insoportable, se llamaba Centro Torrente Ballester, con lo que adoro yo a este hombre!

A Jose por ser un amigo de los de verdad, por sus pocas pero acertadas palabras, por su autenticidad, y por dejar a su paso la atmosfera calma del hombre tranquilo. Y por su armónica!

A David por su Albariño y su sonrisa, y por ser ese hilo transparente que une mundos tan lejanos en todo, como son Lleida y Galicia.

A Carlos por incorporar a Dani en las interminables tertulias lata de Estrella de Galicia en mano que se libraban en la báscula del puerto y hacer que se sintiera parte de algo cuando no formábamos parte de nada...

Y a todos ellos, a los que me dejo en el tintero, por acogernos y convertir nuestra estancia en Galicia en una de las más felices etapas de nuestras vidas, sin ellos, nunca lo habría sido!

Y luego Barcelona...

La transformación de lo que era un recuerdo lejano de jardín y charca con posibles pero decrépito a un auténtico jardín aterrazado con una espectacularmente azul piscina, sofisticado y sensual donde la merendola inicial pensada paso al cóctel con clase, relajado pero elegante gracias al voluntarioso esfuerzo de Dani y su padre Pere y las acertadas elecciones de cátering y grupo de música.

Conseguir por fin esa fiesta tantas veces anhelada pero aplazada 10 años al darla por imposible, capaz de juntar a 140 personas, darles de comer, de beber y de bailar, y sobretodo darles felicidad, sin necesidad de montar mesas juntando primos y alternando géneros, ni de vestirse de blanco con cola y velo, sin sesiones de fotos, sin servilletas haciendo el estúpido molino a la entrada de los novios, sin vals cutre malbailado, sin tarta de novios con monigotes arriba, sin centros de mesa, sin mesas a penas! Sin ramo que tirar a nadie, sin "que se besen", sin "Vivan los novios!"....

Con una calurosa noche perfumada de verano, con un atardecer que a medida que la luz del sol apagaba las obviedades del fabuloso jardín modernista, las tintineantes luces de las velas y los focos desvelaban rincones especiales, reflejos azules, verdes palmeras...con unos amigos y familiares, queridos todos, que ya viniendo dispuestos a darlo todo se dejaron contagiar por la magia de la noche, seducir por la sensualidad de la música, asumir mansamente el calor y darse a él, palpitar con la efervescencia alegre de las rumbas mediterráneas de Blas, Tomy y el resto de la banda, que entre palmeras y en un escenario de ensueño con gallineros al fondo nos hicieron bailar, sudar y vibrar de alegría a ritmo de Los Rodríguez arrumbados, entre la barra y la piscina, de tentación a tentación! Hasta que vino la policía claro....

Con todo el mundo guapo, vestido de manera dispar pero guapos todos a su manera, Dani estupendo con su buena planta y su traje a medida y yo sintiéndome tan guapa y radiante que iba tan como flotando que ni notaba los tacones, será que volaba de verdad??

Con la calidad insuperable de los manjares servidos, bocadito de esto y de aquello, con el cava fresquito o la cerveza helada (que hubo que reponer de urgencia por superar toda previsión gracias a Javi)!

Con las charlas distendidas y alegres al borde de la piscina de Iñaki, Miguel, Víctor, Alberto y compañías...con los pies en el agua de Fátima y Jaume, con las risas contagiosas de Isa, con la inestimable e imprescindible ayuda de Aitana para conectar gente, con los bailoteos insaciables de Natalia trayendo viejos tiempos de los noventa a la noche, con la alegría de los Galino, con los bailes de la Tía Carmen de 80 años que no bailaba fuera de las clases de aquagym desde hacía más de 20!

Con la felicidad en forma de chiribitas en los ojos de Elena e Isma, de Gemma, de Ananda, con el regalo en forma de palabras que Alberto nos dio diciendo que era la noche con más felicidad por metro cuadrado que había vivido nunca (algo así, era muy largo, casi tanto como las copas de vino que se tomó ;-))

Con el cariño de tu família, que está contenta por ti y tu por ellos, y ellos por ti, y así vuelta a empezar en un bucle de felicidad!

Con la risueña comprobación por enésima vez de que tus amigos son unos gamberros, unos borrachos y unos personajes de cuidado, ya por separado, ni te cuento juntos!

Con la emoción de vernos juntos de nuevo los de la carrera, bailando canciones de hace 20 años en el Akanahi de Lleida, sudados como pollos y abrazándonos saltándo al ritmo de Legalización! Sergio que no se había visto con David, ni Azu con Belén, ni Vero con nadie que es madre primeriza vuelta al mundo tras su destierro auto infringido.... Y todos felices de vernos de nuevo, en una réplica de lo que fueron probablemente las mejores noches de fiesta de nuestras vidas.

Con las satisfacción que te obliga a sonreír hasta reventar comisuras de ver cómo dos amigos que no se conocían entre ellos pero tú sabías que tenían que cruzarse sus vidas, se están tomando un gin tónic y bailando abrazados como viejos amigos brindando a nuestra salud: Llum y Belén, David y Joachim, Javi y Bea, va por vosotros!

Con los pies ya enfundados en mis crocs, el goteo de despedidas terminado, las piernas sobre la mesa a lo Bush/Aznar, sólo el puñado de amigos que han venido de lejos y que a penas os veis y el rímmel medio corrido por las lágrimas de tanto reír ante la enésima vez que Paco de Azu nos amonesta con la insistencia con la que sólo los borrachos (y los niños de 3 años) pueden.... que tenemos ya 40 años, que estamos ya en el ecuador de nuestras vidas y no nos hemos enterado todavía de qué va esto, de lo que cuenta y lo que no. Que ya no nos cogen en los trabajos, que ya no nos quiere nadie para ligar si vamos de copas, y que da igual porque tenemos una mujer y unos hijos que nos quieren y que queremos, que la vida es eso, y que lo otro, a tomar por el culo!

Y tiene razón, cuánta razón! Y yo, que he llegado a esta conclusión con tres años de antelación (siempre fui algo precoz ;-)), lo sé. Lo sé y lo practico! (O lo intento)

Ya mandé a tomar por culo mi carrera profesional entendida como tal (o al menos como la entendía yo) y comprendí que proyectos cada vez mayores no equivalían a cada vez más felicidad (ni siquiera satisfacción profesional). Ya mandé al carallo al sistema y ya no pago autónomos y ya soy una outsider que no aparezco en ninguna lista, ni de hacienda, ni del INS, ni del INEM!

Ya decidí destinar lo mejor de mí a mis hijas, y a lo que me vaya dando sin excesivo desgaste, no malgastar un gramo más de energía que me es tan necesaria para ellas en chorradas de curro que no es más que eso, aún siendo tu propio jefa y lo que quieras, es curro y no compensa...nunca compensa!

Y ya, ya le he dicho al mundo, por todo lo alto y en dos meridianos distintos que sí, que me caso, que quiero a mi marido, que a parte de ser el padre de mis hijas, mi compañero de aventuras y fatigas, mi cotitular de varias hipotecas, mi socio en unas cuantas empresas, pasadas, presentes y futuras, mi complemento, mi "seny" siendo yo su "rauxa", es tan parte de mi, me hace tan mejor persona, me ha enseñado y lo sigue haciendo tanto día a día y nos queremos tanto, que simplemente no concibo mi vida sin él a mi lado.

QUE SÍ, QUE QUIERO! Y que si hace falta nos casamos otra vez!